En redes sociales un video se ha hecho viral, debido a que capturó el momento en que tres hampones llegan a una taquería armados y despojan de sus pertenencias con lujo de violencia a los indefensos comensales.
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La cobarde agresión ocurrió en un negocio ubicado en la calle Hacienda cofradía del Rosario, en la colonia Oblatos, en Guadalajara, Jalisco, el pasado 24 de agosto.
En las escalofriantes imágenes, se aprecia a uno de los sujetos con sudadera negra, cuando llega a intimidar a los comensales que le entraban con gusto a sus tacuches, con pistola en mano y luego ingresa al establecimiento donde apunta con el arma a los taqueros que se encontraban frente a las hornillas.
Enseguida, este sujeto golpea en la cabeza a uno de los taqueros y este cae al suelo agarrándose en la parte donde recibió el trancazo. Luego, avanza y comienza a manotear con otro de los empleados y también lo golpea con la cacha en el cráneo, mientras varios comensales tratan de meterse al negocio para ponerse a salvo.
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Sin embargo, afuera del local, dos cómplices más atracaban a los comensales a punta de pistola también, luego ingresó a la taquería otro sujeto vestido todo de negro con arma de fuego en mano, para “desplumar” a unas mujeres de sus pertenencias.
Mientras eso pasaba, los dos taqueros agredidos se mantenían sin moverse, uno en el suelo y el otro de pie, mientras se le aprecia una mancha de sangre en su gorrito blanco, producto del cachazo que recibió por parte de uno de los cobardes hampones, quienes, se nota, eran sujetos muy jóvenes.
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Una vez que los delincuentes “despluman” a los comensales, salen guardándose las fuscas dentro de las fajillas de sus pantalones y huyen, mientras uno de los taqueros se limpia la sangre de la cabeza con una servilleta que le proporciona su compañera.
El taquero que estaba en el suelo se incorpora y comienza a levantar algunos utensilios que se cayeron en el ajetreo, mientras los comensales intentan reaccionar del mal rato que los hicieron pasar los delincuentes.
Sin duda, estos sujetos cobardes les echaron a perder su cenita a los comensales y la noche de vendimia a los taqueros que resultaron descalabrados.
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