México.- Existen héroes que dentro del imaginario colectivo portan capa, pero ¿qué pasa con aquellos que, sin llevarla, se enfrentan al mundo y comprometidos con su labor llevan la encomienda de salvar vidas? Esta es la historia del Médico Urgenciólogo, Moisés Ávila, de 36 años de edad, quien con toda la valentía que podría caber en su cuerpo formó parte del equipo médico que continúa hoy día al frente de batalla contra el Coronavirus, en el Área Covid-19 del Hospital General del ISSSTE ubicado en la calle de Carlos Díez Gutiérrez, de la Capital potosina.
Después de haber solicitado una licencia de trabajo, por el nacimiento de su segunda hija, el doctor Moisés Ávila decidió regresar en el mes de marzo al espacio donde laboraba, su vocación se lo reclamaba, él quería ayudar a pacientes enfermos por Covid 19. No era algo obligatorio, sino algo necesario para él.
Fue así que su amor a la vida y su admirable dedicación médica lo empujarían a entrar al escenario destinado para socorrer la salud de cientos de personas, de la mano de varios compañeros doctores y enfermeras, que sin titubeo alguno, se preparaban para el cuidado de estos pacientes víctimas de la brutal pandemia.
Esposo y padre de dos hijos, también médico especialista del IMSS, Moisés Ávila, se integró plenamente a sus actividades laborales como médico Covid-19 en el ISSSTE, a pesar del continuo aislamiento que habían realizado por meses su familia y él. Y es en la lucha por el bienestar de sus pacientes para derribar esta epidemia, donde este profesional de la medicina se vio atacado por el virus SARS-Covid-2.
Seis días bastaron para que este médico presentara síntomas. Al ser notorios sus padecimientos, su familia decide realizarse la prueba, donde el doctor daría positivo a este virus.
Es entonces que este valeroso médico decide mantenerse aislado en su propio hogar, donde inevitablemente las dinámicas familiares se tuvieron que transformar. Sus hijos y esposa realizaban sus rutinas diarias en el segundo piso de su casa, mientras él se encontraba en el primer piso, completamente aislado, donde concienzudamente equipó su espacio para poder sobrellevar esta enfermedad respiratoria.
Al haber pasado jornadas enteras acompañando a sus pacientes en el área Covid-19 donde trabajaba, según lo indica la familia, este médico se rehusó a ser internado en un principio en un hospital, el motivo, estar cerca de su familia, “No podría morir sin decirle adiós a mis hijos, y por lo menos al saberme enfermo y escuchar su voz a lo lejos me motiva”, así lo manifestaba Moisés, días antes de convertirse en un paciente crítico.
Su benevolente accionar le ha otorgado no sólo el tener el reconocimiento de sus pacientes, quienes le admiran y profesan un cariño indescriptible por sus innumerables muestras de empatía. Hasta llegó a prestar su celular para que familiares de pacientes Covid-19 tuviesen comunicación con sus enfermos, de igual forma "filtraba" recados y cartas destinadas para las y los individuos internados, y ni qué decir de los enfermos terminales sin familia, que llegó “adoptar” hasta el último de sus días.
Así pues, esto también le ha valido el respeto de sus compañeros del gremio, quienes al enterarse de su diagnóstico no lo dejaron solo.
Fue así que comenzaron los esfuerzos por mejorar su salud. Después de saberse paciente Covid-19, a pesar de su gran actitud, este virus empezó a hacer mella en su organismo, lo que derivó que su familia y algunos compañeros del sector salud, empezaran una campaña personal para conseguir Plasma, alejados de toda institución médica, por su cuenta comenzaron a buscarlo, para realizar este procedimiento en un recinto hospitalario privado.
Colegas médicos le referían a la familia que esta terapia de plasma podría ser la idónea para que el Doctor Urgenciólogo mejorara, pues con el pasar de los días sus pulmones le reclamaban cada vez más oxígeno.
Pero esto quedaría pospuesto. Al doctor Moisés ya se le dificultaba respirar. Su familia consciente del mal estado en el que se encontraba, llamaría al ISSSTE para solicitar una ambulancia, tristemente por los altercados y discriminación que han sufrido los trabajadores del sector salud, lo primero que le sugirieron fue que llegara en un coche particular para que ningún vecino se diera cuenta que estaba contagiado, pero esto no se efectuaría, su estado era grave.
Así que arribó una ambulancia con cápsula especializada que lo trasladaría al IMSS Hospital General de Zona 50, donde ingresaría a terapia intensiva.
Afortunadamente no hubo necesidad de Intubarlo. Hoy, su actitud positiva le ha beneficiado para mejorar su estado de salud, aunado al apoyo emocional de gran cantidad de personas que le han acompañado en esta dura batalla, donde médicos y enfermeras que han estado al tanto de él, haciéndolo “sentir como en casa”.
También el apoyo incondicional de los Misioneros del Espíritu Santo, ha sido su aliciente. Mismos quienes les han otorgado a él y su familia ese soporte moral y espiritual necesario en estos momentos tan apremiantes. Incluso presentes en el momento más grave de salud del Dr. Moisés, donde sin importarles el peligro, completamente ataviados en trajes de seguridad fueron a darle la comunión pues no sabían qué podía pasar.
Actualmente su familia se encuentra en observación, aunque sus pruebas resultaron negativas, siguen aislados y aunado a esto, sufren en ocasiones la carencia de ayuda y el duro señalamiento, donde hasta ahora algunos de sus vecinos repelen su hogar al haberse enterado que el Dr. Moisés resultó contagiado, ignorando la historia que hay detrás de este gran hombre que hizo frente a la lucha contra el Covid-19.
Sin embargo, la familia Ávila Torres no pierde la esperanza, misma que les ha ayudado a sobrellevar esta difícil etapa. Su fe es admirable, porque ha sido el pilar más fuerte del Dr. Moisés Ávila, que a pesar de continuar con neumonía y daño en sus pulmones, ha sanado poco a poco y al mismo tiempo su organismo pelea por derrotar a tiempo el coronavirus.