Una tos y calentura muy fuerte, le impidieron acudir a su centro de trabajo por un par de días, al tiempo su salud mejoró, pero presentaba altibajos, por lo que, se sometió a una prueba para saber el origen de su padecimiento, tras descubrir que había sido contagiada de Covid-19.
Fue así como Edith Traslaviña, se convirtió en parte de la estadística de sanluisinos contagiados con el nuevo coronavirus, lo que se convirtió en una de las experiencias más fuertes de su vida, ya que, aunque su estado de salud nunca fue grave, el miedo de haber contagiado a uno de los suyos, fue constante mientras que portó el virus.
“Al principio me costó trabajo creer que yo podía estar contagiada, más bien creía que era otra cosa porque yo sufro de alergias y de otitis, pero después de tener calentura y mucha tos, comenzó a faltarme el aire, fue ahí cuando me hice la prueba”, contó.
Antes de que su resultado llegara, la joven comenzó a tomar el medicamento que se receta a quienes padecen de este mal, pues todo apuntaba a que fuera portadora, lo que, al llegar el desalentador resultado del examen, le había ayudado.
“Fueron días muy fuertes y de muchos malestares, no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo, mientras estás completamente encerrada en un cuarto de tu casa, en mi caso, mi esposo fungió como mi enfermero”, agregó.