A Yan le han dicho que agradezca a sus agresores por dejarla vivir, porque solo la dejaron sorda, ciega, marcaron su cuerpo, la violaron enfrente de su hija, pero no la mataron. No obstante, ella sabe que no debe de agradecerle nada a estos hombres, y si sigue en este mundo es por su fuerza, así como valentía.
En 2016 inició su pesadilla, abordó un taxi colectivo y fue violada por dos hombres; denunció y las autoridades lograron detener sólo a uno de ellos. Días después recibió amenazas para que retirara la denuncia, y como no lo hizo, otros dos sujetos la buscaron, entraron a su casa, la violaron enfrente de su hija y con una navaja le pusieron en el pecho la palabra “puta”.
Durante la agresión la golpearon tanto que ya no escucha con un oído y perdió la visibilidad en un ojo. Antes de irse, estos hombres la volvieron a amenazar y le dijeron que si abría la boca regresarían, pero esta vez para matarla. Hasta el momento estas personas siguen libres.
“La primera agresión fue en junio del 2016, salí de mi trabajo y tomé un taxi colectivo, calles adelante se subieron dos tipos y nos asaltaron al chofer y a mí. Le ordenaron al taxista que se desviara, lo amenazaron con pistolas y ahí cada uno me hizo lo que quiso. Denuncié, pero fue hasta un mes después que vi pasar una patrulla que llevaba a varios detenidos en la batea, entre ellos uno de los violadores. Salió una orden de aprehensión, este hombre entró al reclusorio y al otro día de que fue ingresado a la cárcel, empecé a recibir llamadas diciéndome que me tenían identificada”, relató.
Desde su agresión, siente que una parte dentro de ella se rompió, pero día con día trabaja en reconstruirse, principalmente por su hija, porque quiere darle el ejemplo de una madre fuerte y que no se derrumba por nada. Yan se ha vuelto defensora de los derechos de las mujeres, imparte pláticas en varios municipios y comparte su historia para que las mujeres que han pasado por una situación similar se atrevan a denunciar.
Entre días buenos y malos ha salido adelante, siempre con ayuda de sus familiares, amigos y también con ayuda de especialistas, pero, aceptó, que ya nunca volverá a ser la misma persona.
Actualmente la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) ha estado muy pendiente de su caso, le hablan constantemente y le dan los avances que tienen, pero siguen sin encontrar a las personas que la agredieron.
Desde que la violaron, ha tenido que pasar por un proceso difícil para que su caso no quede impune, y se considera una guerrera, ya que hay mucha indiferencia ante los casos de violencia.
Para este Día Internacional de la Mujer en el que se conmemora la lucha de todas las mujeres, Yan solo espera que las autoridades tengan conciencia de la gravedad de la violencia que se vive actualmente, incluso recordó que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta en su debate como candidato habló de su caso, y prometió que castigaría con todo el peso de la ley la violencia hacia las mujeres y los femicidios.
En su opinión, el estado de Puebla aún necesita políticas públicas enfocadas en la prevención del delito y que las dependencias que se encargan de atender estos casos se sensibilicen. “Nací gritando y no me voy a callar nunca y eso mismo le digo a las mujeres que pasaron por esta situación. No desistan, aunque duela, aunque parezca imposible, vale la pena evidenciar a estos hombres para que se haga justicia”, concluyó.
JLP