El Sol de Acapulco
CHILPANCINGO.- Pobladores e integrantes de la PolicíaComunitaria de la localidad El Pochotillo, en el municipio deTecoanapa, retuvieron por más de 24 horas a 15 policíasministeriales de Guerrero y cuatro de agentes de la Ciudad deMéxico, a quienes acusaron de abusos durante una diligenciajudicial.
Los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de laCiudad de México tenían una orden de presentación en contra delpolicía Ubel Mora Gallardo, quien es originario de esta comunidad,y estaría implicado en el caso de la desaparición del menor MarcoAntonio Sánchez.
Los policías guerrerenses y capitalinos llegaron el domingo alas 13:00 horas a El Pochotillo, donde catearon varias viviendas enbusca de Mora Gallardo sin encontrarlo, porque de acuerdo con losvecinos el hombre no ha regresado desde hace años.
Los vecinos acusaron que durante la incursión de los agentes enese pueblo, ubicado en la Costa Chica, hubo una serie de abusos encontra de la población.
Denunciaron que los policías agarraron a la señora MarthaGallardo Mayo, de 75 años y quien se presume es mamá de Mora, aquien le mostraron una fotografía del hombre y una orden depresentación.
Después los policías se metieron a su casa, en donderevolvieron todas las cosas y sustrajeron dos mil pesos enefectivo, dos tabletas electrónicas y dos teléfonos celulares,señalaron.
Al no encontrar en la casa al policía, los agentesministeriales querían subir a la patrulla a la señora para quelos acompañara.
Los pobladores se movilizaron y, con el apoyo de la PolicíaComunitaria de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado deGuerrero (Upoeg), retuvieron a los agentes en la comisaríamunicipal.
Los vecinos de la comunidad liberaron a los retenidos ayer a las16:30 horas tras la firma de una minuta de acuerdos.
En el documento, los agentes se disculparon por el error quecometieron al haber ingresado sin permiso y sin contar con algunaorden judicial.
Ofrecieron una disculpa a Uriel Ramírez Mora, pues le doblaronel brazo para que les dijera dónde se encontraba su familiar.
Los policías regresaron los dos mil pesos, una tablet y los dosteléfonos celulares que sustrajeron, y además pagaron siete milpesos por otra tablet que también se llevaron.
En la liberación, que fue realizada ante representantes de laComisión Estatal de Derechos Humanos y la Policía Ministerial deGuerrero, hubo el compromiso de que no se va a integrar ningunacarpeta de investigación en contra de los pobladores.
La Fiscalía General de Justicia de Guerrero señaló que losagentes no fueron golpeados y que durante su retención en lacomisaría del pueblo se les dio de comer.
El Fiscal General de Justicia, Xavier Olea, señaló que laPolicía Ministerial solo iba de acompañamiento.
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