Con esta crisis sanitaria, más de un comercio se ha visto en la necesidad de cerrar por la falta de clientela. Después de más de tres meses de instaurar los protocolos de Sana Distancia por las autoridades sanitarias, locales y negocios de plazas comerciales de la capital se encuentran vacíos, a diferencia de la afluencia de personas que se han retratado en el Centro Histórico de la ciudad.
Una de estas plazas comerciales que parece haber quedado en el olvido, a pesar de que cuenta con todas las medidas preventivas de salubridad, es la ubicada sobre Av. Himno Nacional, entre las calles Zamarripa e Independencia, la que por cierto fue la primera en adoptar el cobro por el estacionamiento.
Este espacio mercantil (Plaza fiesta) fue una de los nacientes shoppings centers en abrirse en la entidad potosina en la década de los años 70. Inaugurada el 24 de marzo de 1975, es uno de los primeros sitios donde se instalaron médicos, oftalmólogos, podólogos, optometristas, y diversos locales de gran variedad de artículos, como lo son ropa, calzado, mercerías y hasta dulcerías. De igual forma fue de las principales en contar con un supermercado y sala de cine la cual llevaba por nombre “Plan de San Luis” y que ahora ya se encuentra en desuso.
Con un total de más de más de 25 locales en sus espacios, sus comerciantes se aferran y trabajan conjuntamente para sacar adelante a este sitio comercial. Ya que con la llegada de la pandemia es difícil recibir a todas aquellas personas que acostumbraban a acudir por sus compras rutinarias al supermercado y que de paso, se hacían de uno que otro artículo vendido en estos comercios.
Hoy día, debido a la situación tan compleja que se vive entorno a la epidemia del Coronavirus, es rara la ocasión que se puede ver a las personas pasear por su tradicional arcada que la rodea, la mayoría de los locales se encuentran cerrados, y es casi nula la afluencia de gente por el área.
Algunos visitantes refirieron acudir sólo por su canasta básica a la tienda de autoservicio que se encuentra al fondo de este espacio comercial, como la joven Lineth Beltrán, quien mencionó que “Antes era muy cómodo venir a sentarse un rato en las bancas, ver las tiendas de aparador o traer a los niños a las típicas pelotitas. Pero lamentablemente con lo de la pandemia ya nada está abierto y una no puede salir como antes. Qué lástima por los comerciantes que tuvieron que cerrar”.
Otros manifestaron que hacen falta más protocolos para que los locales no se vean en la necesidad de cerrar, “Da tristeza ver así este tipo de lugares, no me imagino cómo han de estar sufriendo las familias. Si se fija sólo los locales básicos están abiertos y uno que otro valiente se animó a seguir vendiendo su mercancía. No compramos porque no queramos, sino porque no hay. Yo sólo paso por este tramo de la plaza para dirigirme a la parada del camión, pero antes uno se daba un gustito de las tiendas que estaban abiertas, ahora ya no hay nada”.
Locatarios refieren mantenerse esperanzados, puesto que aún continúan con el fiel compromiso de ofrecer la mejor mercancía a sus visitantes. A los guardias de seguridad se les logra ver optimistas, pues dicen “no hay mal que dure cien años, y esto va a pasar”.
La mayor parte de la gente que se ve transitar por el lugar son personas de la tercera edad, como la señora Rita Victoria, quien expresó su descontento por dejar en el olvido a los comerciantes de este centro mercantil, “Es una lástima que las autoridades no vean para esta zona de la ciudad. Dejan hacer lo que quieran en el Centro, la gente va sin cubrebocas, no usan gel antibacterial, y allá ya les permitieron reactivar la economía a los negocios. Aquí luego luego que entras, hay guardias que te ofrecen gel y todos debemos portar el cubre bocas. Ayuden a los comerciantes de antaño, estos locales son de familias que se dedican honestamente a varios rubros del comercio, y no han abierto por seguridad, que triste como en un cerrar de ojos parece que se acaba todo”.
Por último Victoria, una adolescente de 16 años que trabaja como empacadora en el supermercado de esta plaza, abundó en que es mejor que el sitio se mantenga como está por el bienestar de todos, es mínimo el contacto y se protegen más las personas, también agregó que “Aunque estaría bien que se organizaran los dueños de los locales de “cortina” y las “islas”, para que un día que abran unos, y al día siguiente abran otros. Hasta ahorita también hay muy poca gente, como para abrir, se nota que las personas del rumbo se cuidan y está bien. Pero que no se olviden que existe la plaza y que de vez en cuando pueden venir hacer sus compras aquí”.
Sólo quedan los recuerdos de aquellos estudiantes de secundaria y preparatoria que socializaban en los alrededores de esta plaza, y ni qué decir de los miércoles de oferta del supermercado o las tradicionales pelotitas, que tanto rogaban los pequeños de la casa visitar.
Ya no existe la icónica y muy conocida heladería Aladino’s, la famosa tienda de muñecas “Juanita Pérez”, o el super matiné dos por uno “con permanencia voluntaria”. Algunas ornamentaciones en talavera de su piso fueron sustituidas con nuevo azulejo y el espacio se ha ido transformando con el pasar de los años, de este, uno de los primeros Malls de San Luis Potosí.
JLP