En menos de una semana la región oriente del estado de Michoacán, se vio convulsionada por una ola de violencia que a la fecha ha cobrado la vida de 18 personas y ha dejado cuatro más heridas.

Los hechos violentos comenzaron a registrarse principalmente en los municipios de Zitácuaro y Tlalpujahua, en donde los pobladores se vieron sorprendidos una tarde por balaceras a plena luz del día y ataques a estaciones de policías.

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El pasado domingo 2 de octubre fueron hallados los cuerpos desmembrados de dos hombres en la carretera que conecta a Irimbo y el municipio de Senguio, que tenían colgados cartulinas con mensajes atribuidos al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El día 5 un grupo armado ingresó por la tarde a la cabecera municipal de Tlalpujahua y comenzó a agredir a tiros la estación de policía de una administración que recién llega.

Tras el ataque, los policías locales iniciaron una persecución que llegó hasta la plaza principal donde se realizaba una feria del libro y los transeúntes tuvieron que resguardarse.

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