Las gorditas, exentas de crisis en San Luis Potosí

La mano sabrosa de Doña Lila y familia, sus 15 guisos y la diversificación del mercado, los mantienen en el gusto de su numerosa clientela

Alejandra Ruiz/El Sol de San Luis

  · martes 26 de mayo de 2020

Fotos: Alejandra Ruiz

En casa de Doña Lila, a muy temprana hora su familia comienza a moler los granos dorados del maíz, ingrediente base del platillo tradicional que elaboran.

Todos los días al calor del comal elaboran típicos guisos que formarán parte de sus icónicas gorditas de canasta, conocidas por todos en la Capital potosina.

Estas gorditas rellenas al mero estilo de San Luis Potosí , son elaboradas por la familia Rebollo Martínez, quien desde hace ya bastantes años, se dedican al comercio de la cocina. Todo empezó cuando Luis Antonio Rebollo, hijo de la señora Lila, y algunos de sus hermanos, se dispusieron a preparar unas sabrosas gorditas a la hora de la comida, al quedar satisfechos con el resultado emprendieron el camino de la venta de este tradicional platillo que hoy día les ha ayudado a salir adelante.

“Este es un negocio familiar, en el que todos trabajamos, somos seis personas en total, que empezamos de a poquito, pero gracias a Dios nos ha ido bien. Mi mamá Lila y mi abuela María, son las que nos enseñaron la tradicional forma de hacer las gorditas rellenas, las cuales son pedidas por muchos, en diferentes zonas de la localidad, porque siempre se ha distinguido nuestro buen sazón”, refirió Antonio.

Mole con pollo, rajas con queso, encebollado, frijolitos y chicharrón rojo, son algunos de los 15 guisos que preparan estas manos trabajadoras, que con ímpetu y un deseo inconmensurable de salir adelante, rellenan cada gordita para satisfacer a cada uno de sus comensales.

Fotos: Alejandra Ruiz

Hoy día la presencia de esta crisis sanitaria, no ha repercutido como se esperaba en la venta de estas gorditas de comal, que parecen ser la comida más pedida por los oficinistas, trabajadores, y algunas familias que se encuentran en casa acatando el aislamiento sugerido, pues el antojo no puede esperar. Ya calientes y crocantes llegan hasta la puerta de quien lo solicita, cocinadas desde la hornilla de doña Lila, en la calle tenochtitlán en la colonia Imperio Azteca.

“Ahora con lo de la contingencia vendemos un poco más de 200 diarias y el fin de semana más de 300. En estos tiempos donde nos aqueja la pandemia por Covid-19, como todo, a veces suben los ingredientes y los insumos, todo depende del estado de la economía, que nunca es estable.

A veces sí, hay bajas ventas como todo, pero afortunadamente nos ha ido bien, a pesar de que no toda la gente tiene para comprarnos, pero se entiende”, comentó Luis, hijo de Doña Lila.Anteriormente atendían en la colonia Azteca en un espacio que rentaban, pero se vieron en la necesidad de cerrar su local, debido a la baja de clientela, por lo cual ya no pudieron sostener la renta de su negocio.

Pero eso no los ha detenido, ahora enfrentan este problema sanitario, con todas las ganas de salir adelante, cocinando desde el techo de su hogar para cientos de personas, donde gracias a los gustosos de este plato tan tradicional, aperturaron ya envíos a domicilio diversificándose una vez más para llegar a más amantes de la gastronomía potosina.

Fotos: Alejandra Ruiz

Cocinar una gordita no es cosa fácil, ya preparada la masa, se elabora una tortilla pero más gruesa que tendrá una apertura en la orilla, misma que será rellenada de un rico guiso, -según lo elija la clientela-, se pone algo de manteca en el comal, y encima la gordita para terminar la cocción.

“Se podría decir que la preparación si es un poco complicada, mi mamá, mi esposa y yo nos encargamos de picar lo que se necesita, para después cocinar todos los guisados.

Los demás integrantes de la familia , se dedican a amasar y hacer la gordita para que esta pueda ser rellenada, y una persona es quien se dirige a entregarlas a domicilio”.

Ya sea de papitas, queso, rajas o deshebrada, estas gorditas de canasta son un manjar para cualquier potosino o visitante que desea probar algo típico de San Luis Potosí.

Fotos de Alejandra Ruiz