/ martes 7 de abril de 2020

Iglesia Católica en dificultades económicas

En la CDMX y resto del país el 90% de parroquias y templos vive de las limosnas

La Iglesia Católica enfrenta una de sus peores crisis que dejaría sin trabajo a miles. La vida de las parroquias de casi un centenar de diócesis del país ha quedado sin fieles, y en consecuencia de los ingresos para salir adelante.

Más del 90% de los ingresos de las iglesias provienen de las donaciones y limosnas que los fieles dan durante las misas, en sus 7 mil 500 templos y 98 catedrales en el país.

De ellos, 307 parroquias, 125 rectorías, 194 capillas, 3 santuarios, 2 templos expiatorios, 2 basílicas en la Ciudad de México, (de acuerdo a datos de la Arquidiócesis de México), se cancelaron bodas, bautizos, confirmaciones, misas de difuntos y otros servicios, que proveen ingresos a la iglesia, por la emergencia sanitaria del Covid-19.

En entrevista con LA PRENSA, el padre Omar Sotelo, coordinador del Centro Católico Multimedial convoca a todos los fieles a que dentro de las posibilidades de los creyentes “a dar un poco de lo que tenemos a nuestros sacerdotes quienes, a pesar de celebrar en la soledad, continúan dispuestos a seguir animándonos para vivir este tiempo de salvación”.

Una ayuda económica o en especie, entregada directamente al párroco, hará más soportable esta contingencia, dijo.

De esos ingresos viven cerca de 14 mil sacerdotes diocesanos, 3 mil curas religiosos y más de 130 obispos en activo, revelan datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Así la Semana Santa no será reducida al confinamiento y redes sociales, habremos movido los hilos de la caridad como signo distintivo de los discípulos de Cristo.

En este panorama afecta a sus obras sociales y le impone el desafío de continuar con sus obras sociales y espirituales en medio de la pandemia.

El padre Omar explicó que en otros países, las diferentes iglesias se ven beneficiadas con impuestos especiales, subvenciones estatales, en el estado laico mexicano no hay otro tipo de ingresos que no sean de los mismos fieles.

Con eso se pagan servicios, impuestos, salarios y obras de caridad además de mantener el culto vivo, subrayó.

El religioso destacó que hasta hace unos días, las principales religiones no podían imaginar que los acontecimientos centrales de la fe estarían en riesgo.

“Al descubrirnos vulnerables, el tiempo cuaresmal se transformó en el #QuédateEnCasa para guardar el confinamiento en bien de la salud propia y cuidar a los demás de un potencial contagio”.

Las pérdidas son millonarias, al día en la actividad económica también está repercutiendo en muchas comunidades donde se manifiesta la fe de las diversas denominaciones religiosas, resaltó.

EG

La Iglesia Católica enfrenta una de sus peores crisis que dejaría sin trabajo a miles. La vida de las parroquias de casi un centenar de diócesis del país ha quedado sin fieles, y en consecuencia de los ingresos para salir adelante.

Más del 90% de los ingresos de las iglesias provienen de las donaciones y limosnas que los fieles dan durante las misas, en sus 7 mil 500 templos y 98 catedrales en el país.

De ellos, 307 parroquias, 125 rectorías, 194 capillas, 3 santuarios, 2 templos expiatorios, 2 basílicas en la Ciudad de México, (de acuerdo a datos de la Arquidiócesis de México), se cancelaron bodas, bautizos, confirmaciones, misas de difuntos y otros servicios, que proveen ingresos a la iglesia, por la emergencia sanitaria del Covid-19.

En entrevista con LA PRENSA, el padre Omar Sotelo, coordinador del Centro Católico Multimedial convoca a todos los fieles a que dentro de las posibilidades de los creyentes “a dar un poco de lo que tenemos a nuestros sacerdotes quienes, a pesar de celebrar en la soledad, continúan dispuestos a seguir animándonos para vivir este tiempo de salvación”.

Una ayuda económica o en especie, entregada directamente al párroco, hará más soportable esta contingencia, dijo.

De esos ingresos viven cerca de 14 mil sacerdotes diocesanos, 3 mil curas religiosos y más de 130 obispos en activo, revelan datos de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Así la Semana Santa no será reducida al confinamiento y redes sociales, habremos movido los hilos de la caridad como signo distintivo de los discípulos de Cristo.

En este panorama afecta a sus obras sociales y le impone el desafío de continuar con sus obras sociales y espirituales en medio de la pandemia.

El padre Omar explicó que en otros países, las diferentes iglesias se ven beneficiadas con impuestos especiales, subvenciones estatales, en el estado laico mexicano no hay otro tipo de ingresos que no sean de los mismos fieles.

Con eso se pagan servicios, impuestos, salarios y obras de caridad además de mantener el culto vivo, subrayó.

El religioso destacó que hasta hace unos días, las principales religiones no podían imaginar que los acontecimientos centrales de la fe estarían en riesgo.

“Al descubrirnos vulnerables, el tiempo cuaresmal se transformó en el #QuédateEnCasa para guardar el confinamiento en bien de la salud propia y cuidar a los demás de un potencial contagio”.

Las pérdidas son millonarias, al día en la actividad económica también está repercutiendo en muchas comunidades donde se manifiesta la fe de las diversas denominaciones religiosas, resaltó.

EG