En medio de la tragedia, miles de damnificados del huracán Otis, ahora enfrentan graves problemas de contaminación por los montones de basura, que emanan olores fétidos, por lo que están expuestos a infecciones, al respirar esos nauseabundos y fétidos aromas.
"Acapulco vivió el peor azote por parte de la madre naturaleza y todo está devastado, la gente tiene miedo, pero ahora lo que más nos preocupa son las enfermedades por las montañas de basura".
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Tras la llegada de Otis a la costa de Acapulco, todo se encuentra en destrucción, los grandes hoteles y las discotecas que brillaban e iluminaban de color la costera desaparecieron por completo.
Los miles de turistas que a diario iban y venían desde distintos lados del mundo, ya no pueden gozar de lo maravilloso que era el bello puerto, los niños que disfrutaban de las tranquilas aguas y la arena entre sus pies ya no está.
Ahora solo se puede observar tragedia, escombros, piedras y fierros sobre las calles, afuera de las casas y en la playa.
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Pero lo que más preocupa a los acapulqueños son las montañas de basura, porque es un problema de salubridad.
"Solicitó a las autoridades que vengan a levantar la basura estamos viviendo entre la mugre, somos adultos mayores y corremos riesgo de contraer enfermedades y no hay medicinas ni atención médica" así comentó Don Javier conocido en la colonia como El Bigotes.
Los habitantes de la zona están sumamente preocupados pues temen que por la basura acumulada y el calor se generen virus que puedan afectar su salud.
"Esta situación es bastante fea, ya no solo estamos entre ruinas y escombros, sino entre basura que ya apesta por los días que tiene acumulada, y el calor de Acapulco pues hace que todo huela mal, hace que todo se pudre más rápido y eso genera que lleguen las plagas, y el agua sucia y estancada caída mosquitos y el dengue ahorita está en su apogeo" mencionó Don Javi.
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Y es ahí entre la basura putrefacta se pueden observar cucarachas, ratas y otros animales que pueden causar mayor problema de higiene, pues por decir los roedores defecan en el mismo lugar.
La población que vive en las cercanías a estás montañas de basura tiene miedo de contraer infecciones en los ojos, o en la piel, así como infecciones como gastroenteritis y respiratorias.
Se espera que las autoridades puedan apoyar a estas familias que no solo viven con lo poco que les quedó si no con el miedo de tener enfermedades causadas por la basura.
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