Un joven de 19 años de edad fue detenido, al ser denunciado por una pareja de turistas nacionales de tenerlos secuestrados en una habitación de un hotel del centro de esta ciudad. Al parecer, este sujeto colabora con un grupo de extorsionadores telefónicos, dedicados al esquema de “secuestros virtuales”.
Las víctimas, Luz María M. R. y Jonathan M. M., ambos provenientes de la Ciudad de México, estaban hospedados en el hotel Quinta Santa Anita, en la calle 14 con avenida 35, en la colonia Centro. A la mitad de la noche, un grupo de personas ingresó a este lugar y comenzaron a tocar todas las puertas. El hombre ingenuamente abrió, y se topó con un el ahora detenido, quien dijo trabajar para el hotel y que debían hacer una revisión, pasándole un teléfono.
En el teléfono, escuchó la voz de un extorsionador, que se hacía pasar por un integrante de un cártel, que supuestamente buscaban a personas armadas que había en el hotel y que debían verificar quiénes eran. Con esta amenaza, los obligó a que se pusieran en videollamada, para que pudieran ver quiénes eran, el contenido de sus maletas, su identificación, además de comenzar a extraer información personal, incluyendo su número telefónico, por el que continuaron la llamada.
Se trata de un conocido truco, de extorsión virtual, en el que cae el propio personal del hotel, que acaban siendo cómplices al brindar información de sus huéspedes e incluso conectarlos con los extorsionadores.
Con la ficticia amenaza de que había un comando armado afuera, y después de una hora de charla, esta pareja accedió a abandonar el hotel, para trasladarse a otro, con lo que los extorsionadores consuman el “secuestro”. La víctima queda ilocalizable y sus familiares, a quienes ellos contactan simultáneamente, acaban por pagar un rescate creyéndolos plagiados.
Al retirarse del hotel, fue que nuevamente se encontraron con el joven que finalmente fue detenido, Carlos Manuel M. P., de 19 años de edad y originario de Tabasco. Esta persona fue la encargada de escoltarlos al nuevo hotel, el Selina, en la calle 2, entre las avenidas 5 y 10. En todo el trayecto, unas 12 cuadras, según las víctimas, este joven los amenazaba con una supuesta arma que tenía oculta debajo de la ropa, para evitar que alertaran a alguien.
Ya instalados en una nueva habitación, y todavía en videollamada con su extorsionador (encapuchado), se les ordenó encerrarse hasta nuevo aviso, impidiéndoles colgar. Esto se prolongó por dos horas, hasta que el cómplice nuevamente apareció, para quitarles el celular y permitirles dormir, a eso de las cuatro de la mañana.
El hombre “secuestrado” pidió permiso para usar el baño, ocasión que utiliza para aprovechar y mandar mensajes a sus conocidos y llamar al 911, pues la videollamada continuaba en el teléfono de su esposa. Al salir del baño, se percata que el joven que los tiene retenidos no tiene ningún arma, por lo que lo empuja, lo intenta ahorcar con un cable telefónico y finalmente sale huyendo.
Ambos salen del hotel dando gritos, lo que llama la atención de una patrulla de la Policía Municipal. También sale detrás de ellos su secuestrador, quien es divisado por los policías y detenido. No estaba armado, como decía, pero sí se le encontró el teléfono que era usado para esta estafa.
El caso quedó en manos de la Fiscalía General del Estado.
Hay que mencionar que en otros casos de “secuestro virtual”, los extorsionadores hacen que una víctima lleve comida o vigile a otra, lo que hace que incluso acaben siendo acusados de complicidad, pero en este caso, ante las reiteradas amenazas proferidas por este joven, no parece ser esa la situación.