El supuesto maltrato que padece Benito, una jirafa de 4.3 metros de alto y tres años de edad que vive en un parque público de Ciudad Juárez, ha provocado la indignación de rescatistas, ambientalistas y protectores de animales, y este viernes se manifestaron en las instalaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ubicadas en Félix Cuevas 6, esquina Insurgentes, para exigir su reubicación y/o liberación.
Aunque el apoyo a Benito ya se había hecho presente en las redes sociales, ayer, cerca del mediodía, un grupo de ambientalistas realizó una manifestación con la firme intención de evitar la muerte de la jirafa, que, dicen, no vive en las condiciones idóneas; además, entregaron un escrito a la dependencia para hacer patente su molestia.
Aseguran que no se respetan los derechos animales al tener a esta jirafa, procedente del Zoológico Fiesta Safari de Culiacán, Sinaloa, como atractivo en un espacio que ni siquiera tiene un lugar para protegerse del sol o la lluvia, en una ciudad donde las temperaturas en verano llegan hasta los 45 grados centígrados y en el invierno puede caer hasta los 10 grados bajo cero.
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Los manifestantes pedían que, tanto las autoridades federales, como las estatales, atendieran su pliego petitorio.
Pero las protestas para evitar la “lenta muerte” de Benito no sólo sucedieron en la Ciudad de México, también se llevaron a cabo en Ciudad Juárez, donde una docena de activistas pintaron un mural en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas.
Cabe recordar que el 1 de junio del año pasado los habitantes de Ciudad Juárez sufrieron la muerte de la jirafa Modesto, que vivió 20 años en el parque Central de esa entidad. Para sobrellevar el duelo, el 4 de mayo pasado, el gobierno de Chihuahua presentó a la nueva jirafa, pero los activistas señalan que las condiciones en las que se encuentra Benito sólo lo llevara a la muerte, pues tampoco es alimentado de forma adecuada, ya que hasta permiten que los visitantes le den comida sin ninguna regulación.
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De acuerdo con datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las jirafas viven "una extinción silenciosa”, pues su población ha reducido en de manera drástica en los últimos 30 años. Desde 2016, esta instancia declaró a las especie como “vulnerable” desde 2016, aunque este anuncio fue tomado con relativa sorpresa, porque, según los especialistas, al ser un animal grande, se tiene la idea de que no pasa nada con ellas. En 2010 se le catalogaba como “Preocupación menor”
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