/ martes 26 de enero de 2021

Ángel Hernández, el “ave mensajera” de pacientes con Covid en IMSS de SLP

“Tengo miedo al Covid-19”, pero llevar cartas a enfermos y provocar su alegría es una gran satisfacción, que vale la pena

La situación pandémica para muchos se ha convertido en una manera de sintonizar sus emociones y sentimientos con los otros, es decir, pensar en lo que pueda sentir o necesitar otra persona. Estos destellos de empatía se magnifican dentro del terror que puede significar para muchos estar dentro de una internación en una sala de urgencias médicas.

Y el Covid-19 es eso y más para muchos, comprender y ser comprendido en medio del miedo; es por ello que con un emotivo mensaje a través de sus redes sociales Ángel Hernández, manejador de alimentos en el Hospital General Zona 1 del IMSS Zapata de la capital potosina, ofreció su ayuda para poder hacerle llegar a los pacientes del área Covid-19 del nosocomio donde labora, mensajes y cartas de quienes desean mantenerse en contacto con sus familiares, pues sabe la incertidumbre que causa el distanciamiento por esta enfermedad.

Cortesía: Ángel Hernández

Coyuntura que hizo repensar más de una vez a Ángel sobre la cercanía y las demostraciones de afecto que se necesitan cuando se atraviesa esta difícil experiencia, “cuando todo comenzó nunca pensamos que tendría tanta magnitud, nos tocó ver el incremento de pacientes contagiados y aunque había mucho miedo, poco a poco nos fuimos acostumbrando a los cuidados y a la enfermedad”, señaló.

Sin embargo, el ser humano pocas veces se acostumbra a la soledad y a sobrellevar el temor de una enfermedad que desconoce, por ello ser el vínculo entre pacientes y familiares se convirtió en la premisa de Ángel dentro de esta pandemia.

“Poder ser el nexo entre pacientes y familiares ha sido para mí muy gratificante, pues para ellos es muy importante continuar el contacto, el cual se pierde totalmente al ingresar al hospital pues esta enfermedad definitivamente no permite ningún tipo de acercamiento. He notado que al llevarles los mensajes a los pacientes se transforma su estado de ánimo y aunque no repercute directamente en su salud, este tipo de acciones les alegra el día y los motiva a salir adelante, a pesar de que a su alrededor hay enfermedad y muerte”.

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Y en una entera disposición de apoyo para con los pacientes y sus seres queridos, Ángel lleva los mensajes o escritos, como un interlocutor de expresiones de amor para quienes padecen el proceso de hospitalización ocasionada por el virus. “En la mayoría de los mensajes se lee “recupérate pronto, te esperamos, tu familia te apoya. Recuerda que estamos contigo, eres fuerte y puedes salir adelante”, son las frases principales que les hacen llegar al área Covid-19”.

Cuando estas demostraciones de cariño son entregadas, es imposible que Ángel no se sienta emocionado, “Es una sensación de plenitud poder llevar esos mensajes, como persona me hace sentir bien, pero a ellos, los pacientes y sus familias es una manera de seguir presentes y eso les brinda de alguna forma tranquilidad”.

Cortesía: Ángel Hernández

“Cuando los pacientes leen aquellas palabras que provienen desde el corazón, de quienes les aman, por supuesto les provoca muchas lágrimas que se desaparecen al momento de relucir la alegría, porque saben que su familia sigue al pendiente de ellos”.

Escenas que le recuerdan que en cualquier momento puede ser él, el que ocupe un lugar ahí, “Todos tenemos la posibilidad de terminar ahí, o que alguno de nuestros familiares termine hospitalizado por esta enfermedad. Lo que me mueve para hacer esto, es la empatía de que algún día estaremos en su mismo lugar, y si eso llegase a pasar, cualquiera querría ser tratado bien, querer tener a alguien que cuide de nosotros y si morimos, hacer de nuestros últimos instantes un momento grato”.

Todos los días se lidia y enfrenta el temor constante de poder contagiarse, pero mientras exista el autocuidado Ángel continuará dejando las notas y recados a quien sabe que las letras que contienen esos pedazos de papel, pueden significar el instante entre dejarse vencer y seguir adelante, “Claro, los pacientes adolecen, pero esos detalles son los que les dan el empujón suficiente a veces para no dejarse de esta enfermedad. La empatía con los pacientes e incluso con el personal médico, es necesaria, yo los respeto mucho porque ambos están en el “campo de batalla”. El personal médico se encuentra sobre la marcha y ellos también necesitan mensajes de apoyo, tienen una cantidad excesiva de pacientes. Los médicos, personal de limpieza, camilleros, todos son importantes”.

Ser un “ave mensajera” en medio de la pandemia y la distancia que esta ocasiona, no desdibuja el miedo de saberse también vulnerable, pero al final para Ángel acompañar a pacientes leyendo u otorgándoles un mensaje de vida, es su gratificación más importante. “Yo le tengo miedo al contagio porque no sé cómo puede reaccionar el virus en mi cuerpo, por mi propia familia, por vulnerar la salud de mis padres y la gente que amo. He aprendido a vivir con este virus, con los cuidados, la higiene y la distancia que se requiere para cuidar a quienes amamos. No puedo abrazar o dar un beso a quien amo, pero hacer esto, ser el mensajero de palabras y llevarlas a quien necesita un poco de aliento, hace que todo valga la pena”, finalizó.

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La situación pandémica para muchos se ha convertido en una manera de sintonizar sus emociones y sentimientos con los otros, es decir, pensar en lo que pueda sentir o necesitar otra persona. Estos destellos de empatía se magnifican dentro del terror que puede significar para muchos estar dentro de una internación en una sala de urgencias médicas.

Y el Covid-19 es eso y más para muchos, comprender y ser comprendido en medio del miedo; es por ello que con un emotivo mensaje a través de sus redes sociales Ángel Hernández, manejador de alimentos en el Hospital General Zona 1 del IMSS Zapata de la capital potosina, ofreció su ayuda para poder hacerle llegar a los pacientes del área Covid-19 del nosocomio donde labora, mensajes y cartas de quienes desean mantenerse en contacto con sus familiares, pues sabe la incertidumbre que causa el distanciamiento por esta enfermedad.

Cortesía: Ángel Hernández

Coyuntura que hizo repensar más de una vez a Ángel sobre la cercanía y las demostraciones de afecto que se necesitan cuando se atraviesa esta difícil experiencia, “cuando todo comenzó nunca pensamos que tendría tanta magnitud, nos tocó ver el incremento de pacientes contagiados y aunque había mucho miedo, poco a poco nos fuimos acostumbrando a los cuidados y a la enfermedad”, señaló.

Sin embargo, el ser humano pocas veces se acostumbra a la soledad y a sobrellevar el temor de una enfermedad que desconoce, por ello ser el vínculo entre pacientes y familiares se convirtió en la premisa de Ángel dentro de esta pandemia.

“Poder ser el nexo entre pacientes y familiares ha sido para mí muy gratificante, pues para ellos es muy importante continuar el contacto, el cual se pierde totalmente al ingresar al hospital pues esta enfermedad definitivamente no permite ningún tipo de acercamiento. He notado que al llevarles los mensajes a los pacientes se transforma su estado de ánimo y aunque no repercute directamente en su salud, este tipo de acciones les alegra el día y los motiva a salir adelante, a pesar de que a su alrededor hay enfermedad y muerte”.

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Y en una entera disposición de apoyo para con los pacientes y sus seres queridos, Ángel lleva los mensajes o escritos, como un interlocutor de expresiones de amor para quienes padecen el proceso de hospitalización ocasionada por el virus. “En la mayoría de los mensajes se lee “recupérate pronto, te esperamos, tu familia te apoya. Recuerda que estamos contigo, eres fuerte y puedes salir adelante”, son las frases principales que les hacen llegar al área Covid-19”.

Cuando estas demostraciones de cariño son entregadas, es imposible que Ángel no se sienta emocionado, “Es una sensación de plenitud poder llevar esos mensajes, como persona me hace sentir bien, pero a ellos, los pacientes y sus familias es una manera de seguir presentes y eso les brinda de alguna forma tranquilidad”.

Cortesía: Ángel Hernández

“Cuando los pacientes leen aquellas palabras que provienen desde el corazón, de quienes les aman, por supuesto les provoca muchas lágrimas que se desaparecen al momento de relucir la alegría, porque saben que su familia sigue al pendiente de ellos”.

Escenas que le recuerdan que en cualquier momento puede ser él, el que ocupe un lugar ahí, “Todos tenemos la posibilidad de terminar ahí, o que alguno de nuestros familiares termine hospitalizado por esta enfermedad. Lo que me mueve para hacer esto, es la empatía de que algún día estaremos en su mismo lugar, y si eso llegase a pasar, cualquiera querría ser tratado bien, querer tener a alguien que cuide de nosotros y si morimos, hacer de nuestros últimos instantes un momento grato”.

Todos los días se lidia y enfrenta el temor constante de poder contagiarse, pero mientras exista el autocuidado Ángel continuará dejando las notas y recados a quien sabe que las letras que contienen esos pedazos de papel, pueden significar el instante entre dejarse vencer y seguir adelante, “Claro, los pacientes adolecen, pero esos detalles son los que les dan el empujón suficiente a veces para no dejarse de esta enfermedad. La empatía con los pacientes e incluso con el personal médico, es necesaria, yo los respeto mucho porque ambos están en el “campo de batalla”. El personal médico se encuentra sobre la marcha y ellos también necesitan mensajes de apoyo, tienen una cantidad excesiva de pacientes. Los médicos, personal de limpieza, camilleros, todos son importantes”.

Ser un “ave mensajera” en medio de la pandemia y la distancia que esta ocasiona, no desdibuja el miedo de saberse también vulnerable, pero al final para Ángel acompañar a pacientes leyendo u otorgándoles un mensaje de vida, es su gratificación más importante. “Yo le tengo miedo al contagio porque no sé cómo puede reaccionar el virus en mi cuerpo, por mi propia familia, por vulnerar la salud de mis padres y la gente que amo. He aprendido a vivir con este virus, con los cuidados, la higiene y la distancia que se requiere para cuidar a quienes amamos. No puedo abrazar o dar un beso a quien amo, pero hacer esto, ser el mensajero de palabras y llevarlas a quien necesita un poco de aliento, hace que todo valga la pena”, finalizó.

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