/ miércoles 15 de abril de 2020

Ana Laura sale a buscar sustento diario con su bebe en brazos, a pesar del Covid-19

Señala que tiene que salir a trabajar o buscar quien les done despensas, a pesar de los riegos por el coronavirus en Tabasco

Villahermosa, Tabasco.- Por necesidad, y a sabiendas de los riesgos que pueden ocasionar a los menores de edad, algunos tabasqueños desafían al Coronavirus (COVID 19) saliendo de sus casas para solicitar apoyo humanitario.

Esto debido a que esta pandemia también ha afectado sus ingresos, cambiando su forma de vida, por lo que se ven obligados a caminar en busca de una despensa para tener que llevar un bocado a sus hijos.

Sin embargo, en el caso de Ana Laura “N”, el problema es doblemente mayor, ya que a sus 16 años de edad tiene que salir con su bebé de apenas dos meses de nacido para buscar el sustento diario.

Acompañada de su madre, Angela Frías Morales, la menor de edad con su criatura en brazos, sortea las calles y avenidas de Villahermosa llevando unas bolsas con despensa, que algunas almas caritativas suelen compartir con personas de escasos recursos económicos.

Esta imagen no tendría nada de particular si Villahermosa, como todo Tabasco, y como todo el país no se encontrara inmersa en una contingencia, en donde precisamente los menores de edad y sobre todo los recién nacidos forman parte del grupo más vulnerable.

-El niño tiene dos meses, y sabemos que es peligroso que lo saquemos, pero como no había nadie que lo cuidara no nos quedó de otra-, señala la señora Angela mientras ayuda a su hija a cruzar la calle con las bolsas de mercancía, en donde sobresalen pañales desechables para el bebé.

-Necesitamos el apoyo, porque no tenemos dinero-, indica al tiempo que coloca las bolsas en la banca de una de las paradas de concreto del boulevard Adolfo Ruiz Cortines.

Madre e hija viven en la comunidad de Campo Carrizo, que forma parte de la zona conurbada Villahermosa-Nacajuca, en donde muchos de sus pobladores viven cerca del basurero de Loma de Caballo.-Yo me dedico a pepenar basura, pero con esta situación, como se suspendió el servicio, ya no me sale a mí-, comenta la madre.

Con esta actividad, las mujeres obtienen hasta 500 pesos al día, producto de reciclar diversos materiales como el plástico, latas y papel, pero desde las últimas dos semanas no han obtenido nada.

-Por eso tuvimos que salir a buscar papal para el niño y una despensita que nos regalaron aquí cerca-, indica mientras señala conocida plaza comercial.

Además de ellas y el bebé, su familia la conforman 3 personas más, incluyendo la mamá de la señora Angela, que por su edad avanzada no puede caminar.

Esto nos dará para pasar una semana-, agregan mientras intentan calmar el llanto del pequeño Candelario “N”, quien ha despertado con el ruido de los motores de los vehículos, y a dos meses de haber visto la luz, ignora las calamidades a que se enfrenta su familia, y las secuelas que dejará en el mundo la pandemia cuyo fin aún no se vislumbra.


Villahermosa, Tabasco.- Por necesidad, y a sabiendas de los riesgos que pueden ocasionar a los menores de edad, algunos tabasqueños desafían al Coronavirus (COVID 19) saliendo de sus casas para solicitar apoyo humanitario.

Esto debido a que esta pandemia también ha afectado sus ingresos, cambiando su forma de vida, por lo que se ven obligados a caminar en busca de una despensa para tener que llevar un bocado a sus hijos.

Sin embargo, en el caso de Ana Laura “N”, el problema es doblemente mayor, ya que a sus 16 años de edad tiene que salir con su bebé de apenas dos meses de nacido para buscar el sustento diario.

Acompañada de su madre, Angela Frías Morales, la menor de edad con su criatura en brazos, sortea las calles y avenidas de Villahermosa llevando unas bolsas con despensa, que algunas almas caritativas suelen compartir con personas de escasos recursos económicos.

Esta imagen no tendría nada de particular si Villahermosa, como todo Tabasco, y como todo el país no se encontrara inmersa en una contingencia, en donde precisamente los menores de edad y sobre todo los recién nacidos forman parte del grupo más vulnerable.

-El niño tiene dos meses, y sabemos que es peligroso que lo saquemos, pero como no había nadie que lo cuidara no nos quedó de otra-, señala la señora Angela mientras ayuda a su hija a cruzar la calle con las bolsas de mercancía, en donde sobresalen pañales desechables para el bebé.

-Necesitamos el apoyo, porque no tenemos dinero-, indica al tiempo que coloca las bolsas en la banca de una de las paradas de concreto del boulevard Adolfo Ruiz Cortines.

Madre e hija viven en la comunidad de Campo Carrizo, que forma parte de la zona conurbada Villahermosa-Nacajuca, en donde muchos de sus pobladores viven cerca del basurero de Loma de Caballo.-Yo me dedico a pepenar basura, pero con esta situación, como se suspendió el servicio, ya no me sale a mí-, comenta la madre.

Con esta actividad, las mujeres obtienen hasta 500 pesos al día, producto de reciclar diversos materiales como el plástico, latas y papel, pero desde las últimas dos semanas no han obtenido nada.

-Por eso tuvimos que salir a buscar papal para el niño y una despensita que nos regalaron aquí cerca-, indica mientras señala conocida plaza comercial.

Además de ellas y el bebé, su familia la conforman 3 personas más, incluyendo la mamá de la señora Angela, que por su edad avanzada no puede caminar.

Esto nos dará para pasar una semana-, agregan mientras intentan calmar el llanto del pequeño Candelario “N”, quien ha despertado con el ruido de los motores de los vehículos, y a dos meses de haber visto la luz, ignora las calamidades a que se enfrenta su familia, y las secuelas que dejará en el mundo la pandemia cuyo fin aún no se vislumbra.


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