Un hombre murió tras recibir una fuerte descarga eléctrica, mientras se encontraba sobre un transformador en el perímetro de la colonia Granjas San Antonio, en la alcaldía Iztapalapa, provocando la suspensión del servicio de energía eléctrica.
Los primeros en percatarse de la presencia inusual del sujeto, fueron vecinos que recorrían la Calzada Ermita Iztapalapa, metros antes de llegar al cruce con el Eje 3 Oriente avenida 5. Al ver que el individuo permanecía inmóvil, recostado sobre el armatoste de metal sostenido por un poste de concreto, a unos diez metros de altura, dieron aviso a las autoridades.
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Cerca de las 7:00 horas de este sábado, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, llegaron al lugar y solicitaron la presencia de los servicios de emergencia. Mientras se empezaban a reunir varias personas inquietadas por la presencia de policías.
Integrantes del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), acudieron a valorar al individuo, percatándose de que ya no respiraba. Tenía el brazo derecho totalmente carbonizado y parte del pecho, luego de que aparentemente hubiera sujetado un cable de alta tensión.
"¿Pero cómo se subió ahí y para qué?" Preguntó una mujer a un hombre que, montado en una bicicleta negra, observaba de lejos, mientras los uniformados colocaban el acordonamiento. Él solo levantó los hombros, sonrío y se fue.
"Aquí se junta mucha gente de la calle, pero a él no lo conocemos. Tal vez se quería robar los cables o esa lámpara que se ve que está suelta", dijo un hombre de unos 50 años, quien salió de una tienda de pisos y azulejos cercana.
Mientras tanto, empleados de los locales de la pequeña plaza Forum Ermita, ubicada frente al lugar de los hechos, llegaban y se detenían a tomar fotos o a grabar un video. Tal vez para compartir dicho suceso con conocidos. Abrieron los negocios, pero no podían trabajar, pues no había energía eléctrica.
Previo a que el cuerpo fuera bajado, el cual quedó con las piernas colgando, empleados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se encargaron de desconectar cables para prevenir riesgos, haciendo uso de una grúa hidráulica con canastilla.
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Valiéndose también de una segunda grúa, propiedad de la empresa federal, los rescatistas subieron por el cadáver. Este se encontraba pegado al metal, debido a las quemaduras provocadas tras recibir una descarga de 23 mil voltios.
Al lograr liberarlo, este estaba completamente rígido, por lo cual fue colocado boca abajo sobre la canastilla más grande y bajado poco a poco para finalmente ser embolsado, mientras un líquido anaranjado le escurría por la boca.
Roberto, empleado de un local dedicado a la venta de máquinas de limpieza doméstica e industrial de una marca reconocida, quien no perdió detalle de lo ocurrido, dijo "Ya me voy, ya vi que ya llegó mi jefe y no tardan en poner la luz", mientras la bolsa blanca era metida al vehículo oficial por peritos de la Fiscalía capitalina.
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