Posado en una silla de ruedas, el señor Magdaleno Jordan Reyes recuerda aquella tarde del 22 de mayo cuando perdió ambas piernas en un accidente de tránsito; a más de dos meses del percance, aún no recibe una indemnización por su pérdida.
Esa tarde de viernes -en el Barrio San Lorenzo Huipulco, Tlalpan- mientras descargaba productos de limpieza de una camioneta, fue embestido por el conductor Faustino “N”, que por los medicamentos que consume está imposibilitado para manejar un auto.
Con los dedos entrelazados y la cabeza hacia abajo, Magdaleno voltea a ver a sus dos hijas -de tres y 12 años- y se pregunta cómo será su vida luego de esa tarde triste que dio un giro abrupto a sus vidas.
El silencio se apodera del cuarto de 15 metros, dos camas y pocos muebles; el señor Jordan -pilar de la familia- se da cuenta que debe tener fortaleza por sus mujeres, levanta la mirada y cambia su semblante.
En ese momento, la pequeña de tres años -que apenas empieza a entender la vida y provoca ternura al verla- comienza a jugar con su padre, que realiza ejercicios de rehabilitación con materiales improvisados, por sus limitantes económicas.
Sólo un foco de luz cálida ilumina el pequeño cuarto y la escena familiar; Anabertha Pérez Rangel -esposa del afectado- le intenta ayudar para que se recueste en la cama. Con vergüenza porque no quiere mostrar debilidad, hace esfuerzos desmedidos y se sobrepone.
La mirada de satisfacción de su pareja lo motiva aún más y afirma que tiene motivos de sobra para trabajar de nuevo, luchar y salir adelante. Incluso menciona que ya cuando tenga sus prótesis de pierna comenzará a hacer deporte.
Magdaleno Jordan Reyes es consciente y sabe que deberá cambiar su rutina de ahora en adelante; los meses próximos los pondrán a prueba en todos los sentidos.
Debido a que la aseguradora Mapfre no les ha indemnizado por la pérdida de ambas extremidades y los gastos generados en consecuencia, Anabertha y Magdaleno se han visto obligados a solicitar préstamos con conocidos y familiares.
La señora no tuvo otra opción, más que tomar un poco del dinero prestado y comprar dulces y frituras para ofrecerlos en la puerta de su hogar, en los límites de los municipios Chimalhuacán y Texcoco, en el Estado de México.
Frente al local improvisado hay poco flujo de transeúntes ya que es una calle cerrada; la señora Anabertha comenta que desearía ubicarse cinco calles al oriente, sobre Avenida de las Torres, en el tianguis que se coloca los fines de semana y tener mayor alcance.
Lamenta que no pueda alejarse de su hogar por los múltiples cuidados que necesita Magdaleno en estos primeros meses de curaciones y rehabilitaciones. Visiblemente se ve agotada física y emocionalmente, pero que lo respalda incondicionalmente.
Magdaleno y su esposa confiesan que hasta el momento han gastado más de 60 mil pesos en transporte y materiales de curación. En cada ocasión que debe viajar al hospital, deben desembolsar 800 pesos.
Mantenerse les ha generado montos que ya no pueden cubrir; día a día se agotan sus prestamistas y las opciones para conseguir dinero sin tener que pagar intereses. A más de dos meses del accidente la aseguradora no les ha dado respuesta positiva.
Magdaleno y sus abogados sospechan que existan acuerdos extrajudiciales entre la agente del Ministerio Público, Sonia Marín y la parte defensora de la empresa aseguradora Mapfre a fin de no indemnizarlo.
JLP