La rendición de cuentas de los servidores públicos, como un mecanismo ante la corrupción es una de las herramientas que firmemente promueve desde su cargo, el magistrado de la Tercera Sección de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), Julio Ángel Sabines Chesterking.
La prioridad del magistrado, es recuperar la confianza de la ciudadanía en la impartición de justicia entre los funcionarios que han cometido algún ilícito desde su cargo, valiéndose de su cargo, “cualquier servidor público que traicionan la confianza que está depositada, que sepan que violar esa confianza destruye todo el tejido social (…) debe estar bien consciente de que si transgrede la ley, estás dañando a toda la sociedad, incluyendo tu familia, a tus los ciudadanos cercanos, a toda la sociedad”.
Convencido de que se puede generar un cambio positivo en la sociedad al predicar con el ejemplo, Sabines Chesterking, en un trabajo conjunto que implica la denuncia de la ciudadanía y después en las autoridades competentes al sancionar, comentó para los lectores de LA PRENSA.
Para el magistrado de origen Chiapaneco, lo mecanismos de transparencia son muy importantes, por lo que “el sistema Nacional anticorrupción es un drenaje; el Consejo de la Judicatura, el Tribunal Federal de Justicia Administrativa, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, el Consejo de Participación Ciudadana, la Fiscalía Especializada en combate a la delincuencia, la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública, funciona entre todos y cada quien tenemos una atribución particular”.
El estado de derecho es fundamental para el funcionario del gobierno, quien hace hincapié en recuperar la confianza de la ciudadanía, y a pesar de que nota un “cierto aire de desesperanza como que la gente piensa que difícilmente van a cambiar las cosas, que no hay mejoría en la situación, que la corrupción sigue”, se dice optimista con los resultados que poco a poco se han obtenido en el combate contra los delitos de servidores públicos.
También reconoce que “son cientos de miles de servidores que trabajan todos los días en el país con responsabilidad, que se van dando pasos hacia delante en el sistema de pesos y contrapesos. Hoy como nunca, hay un balance en la rendición de cuentas de los funcionarios”.
JUSTICIA PRONTA Y EXPEDITA
A pesar de que el mensaje principal es atraer la seguridad en las personas, no dudó en ser enfático, al momento de señalar que las instancias hoy cuentan con mayores mecanismos para sancionar a quienes infrinjan la ley.
“Pobre del funcionario que piense que puede todo el margen de la ley y salirse con la suya”, aseguró el magistrado de la Tercera Sección de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), Julio Ángel Sabines Chesterking.
Al dirigirse a quienes sirven como él, dijo que “no se pueden esconder los actos de corrupción, lo que hacen no lo pueden esconder por mucho tiempo, y cada vez se van consolidando los mecanismos de defensa, (…) el combate a la corrupción ha ido avanzando en nuestro país como nunca antes”.
“El primer sujeto obligado a respetar la ley, es el funcionario público, la ciudadanía le depositó la confianza y cuando el funcionario público traición esa confianza, genera un efecto de desencanto, de desesperanza”, explicó Julio Ángel Sabines Chesterking.
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Dentro de las funciones del magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), explicó que en el aspecto administrativo, generalmente los servidores públicos pueden ser evaluados de forma penal con responsabilidad penal, responsabilidad administrativa o responsabilidad política, qué es juicio político para servidores públicos, en el caso de las responsabilidades administrativas podemos; suspender o inhabilitar separar de su cargo los funcionarios públicos y podemos hacerlo económicamente, dependiendo el daño que le causan al erario”.
Mencionó que “no tenemos que esperarnos a ser víctimas directas para rechazar la corrupción (…) tenemos mucho por hacer, los mecanismos son perfectibles, las leyes tienen espacio para seguir mejorando y tener cada vez más alcance para que quiénes son responsables de vigilar que los otros cumplan con su trabajo”.
El magistrado identifica que cuenta con un “voto de confianza en el puesto que desempeñó, para ir atacando la impunidad y que no sea un tribunal abierto al chanchullo, a componendas, a que luego me arreglo con los jueces, que no haya ningún margen para ese tipo de conductas”, concluyó.
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