Por Ulises Castellanos
La muerte tiene permiso y desde hace nueve décadas circula en las páginas de este diario.
Se trata del “gusto por la autodestrucción” como lo a puntó alguna vez Octavio Paz.
La Prensa nació en 1928, antes de que la Nota Roja inundará la narrativa nacional. Hoy este diario a sus 91 años es un rotativo de referencia nacional en la materia. La Nota Roja, por lo general polariza a la sociedad, provoca morbo, rechazo, angustia, ansiedad e incluso tristeza. Este diario nos acerca a las postales del infierno. Sabe a muerte y huele a tragedia.
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Mi relación con este diario es tétrica, recuerdo una mañana a finales de los 80´s cuando afuera del cementerio donde se velaba al padre de mi novia, la familia de ella me encargó comprar todos los ejemplares de La Prensa que rodeaban el cementerio; ello, porque en la contraportada del diario venían todas las fotografías del trágico accidente donde había muerto en carretera este hombre y las fotos eran insoportablemente gráficas; la familia no quería que los hijos se toparan con ese ejemplar mientras salían por un café a la vuelta de la esquina, en tanto hacían cenizas el cuerpo de su padre.
Así compré mis primeros 30 ejemplares de La Prensa en un sólo día, así conocí el diario que dice lo que otros callan. Se trató de una inevitable compra de pánico.
Finalmente no sabemos donde nos encontrará la muerte, por eso, lo mejor es esperarla en cualquier momento y en todo lugar.
Fotógrafos del horror
"Al final no hay escape, y eso es lo que nos mantiene vivos y alertas; Lo único que nos separa de la muerte, es el tiempo” :Ernest Hemingway
La Nota Roja es un género dominado hoy en día por la imagen fija, sus fotógrafos son auténticos héroes de la imagen, imposible olvidar al maestro Enrique Metinides y la escuela que forjó.
"No es que me asuste la muerte. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda”:
Woody Allen
Cuenta la leyenda que en la Nueva España cuando la Inquisición reinaba por aquí, fueron ellos los que, al anunciar una ejecución o sentencia alguna, colocaban en los portales del centro un Sello Rojo que daba cuenta del crimen y su castigo y de ahí la referencia a la Nota Roja por temas relacionados con muerte violenta.
Fue a finales del siglo XIX, concretamente en 1899 que un diario de Guadalajara publicó las primeras notas al respecto con un tono rojo en sus páginas para llamar la atención del lector, cuentan incluso que el voceador recorría las calles con la historia del crimen del día, con ejemplares manchados de rojo por las manos de los impresores, con toda la intención de causar el mayor morbo posible.
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Nada sintetiza mejor el horror de la muerte, que una buena toma, oportuna, fuerte, clara y contundente. Nadie lo hace mejor que los profesionales sobre el terreno, y esto a pesar de las redes sociales y los millones de celulares que circulan entre la población en general. Hoy los fotógrafos profesionales salen a diario con una mochila cargada de cámaras, lentes y harta adrenalina.
Son fotógrafos de nota roja a los que les han roto los dientes, les han zumbado las balas o los han atropellado. Nada los detiene. Son los herederos de la mirada de Enrique Metinides, fotógrafo de esta misma casa editorial que transformó la fotografía de Nota Roja con todo su drama, en una auténtica obra de arte visual que ya cruza nuestras fronteras.
Y así, mientras usted lee estas páginas, alguien está por morir en las próximas horas. Él no lo sabe, pero ellos sí. Son los fotógrafos de La Prensa.
LA PRENSA CUMPLE 91 AÑOS