Con un grito de justicia, familiares y amigos de los adolescentes muertos en el Centro, los despidieron; menores que se dedicaron al comercio ya decir de una vecina: "no se metían con nadie, eran buenos niños, incluso uno de ellos tenía unas semas de haber sido traído de su pueblo para apoyar a su padre en las ventas".
Así el caso de dos cuerpos que eran trasladados en cajas y tambo, da un vuelco, pues mientras ayer corrió una versión de que podrían pertenecer a conocido grupo del crimen organizado, este día familiares y amigos rechazaron dicha versión.
Luego de recuperar los restos de ambos jóvenes, su familia los veló en un domicilio cercano al Teatro Banquita, justo a unos pasos donde hace una semana ocurrió dos balaceras con saldo de un par de muertos, mismas que fueron ligadas a otro crimen en la colonia Morelos.
Adultos y jóvenes llegaron, la mayoría con cubrebocas, aunque se mantuvieron a distancia, para dar oportunidad a la familia de estar cerca de los féretros durante esta noche que pasó en medio de lágrimas, padres nuestros, aves Marías y desgastados cirios que dieron luz al camino de los muchachos al más allá.
Por la mañana llegaron amigos de la familia, la mayoría comerciantes, quienes se quedaron en la calle, donde comentaron sin aportar su identidad que conocieron a ambos adolescentes, uno de los cuales iba a la secundaria, en tanto que el otro recién se había sumado a las labores para vender en las calles del Centro de la Ciudad.
No se metían con nadie
Dijo una mujer de edad adulta, quien rememoró que los miraba jugar y acompañarse a vender en las calles cercanas al Eje Lázaro Cárdenas, por lo que aseguró:
- Nunca anduvieron en malos pasos
Para darles el último adiós fueron soltados al cielo globos blancos, pues dicen: eran almas limpias, luego todos aplaudieron mientras que por ahí se escucharon voces que gritaban:
- Justicia, justicia
Cabe señalar que como oportunamente lo dio a conocer La Prensa, la madrugada del pasado domingo la policía descubrió a un sujeto que caminaba por la calle de República Chile y Belisario Domínguez, en la colonia Centro, donde empujaba un diablo con un tambo y una caja . Probablemente nervioso por la presencia de la policía se le cayó la caja y quedaron al descubierto bolsas negras; este nerviosismo hizo que fuera interrogado y revisado el contenido de las bolsas
Así quedó al descubierto que lo que transportaba eran humanos, que, dijo, le encargaron sacar de una vecindad y llevarlos a tirar.
El detenido fue llevado ante el Ministerio Público, donde declaró haber sido contratado, además que aportó otras informaciones a los Policías de Investigación y al Ministerio Público, quienes así lograron la identificación de los cuerpos desmembrados.
Fue necesario llamar a los familiares, quienes reconocieron a ambos muchachos y reclamaron los restos para darles sepultura.
Así llegó este día, en que decenas de comerciantes de la comunidad mazahua, del estado de México, acudieron a despedir a sus compañeros de oficio.
En una carroza blanca adornada con globos bancos fueron colocados los féretros de estos dos amigos, para llevarlos a un panteón de Pueblo Nuevo, en Toluca donde estaban sepultados.
Vecinos y amigos que prefirieron el anonimato reforzaron la versión de que los adolescentes eran gente buena y honrada y dedicados con sus padres a vender artículos de temporada.
Agregaron que nunca se desaparecieron, por lo cual aquella noche del 27 de octubre, cuando no regresaron de las festividades a San Juditas, su familia presentó una denuncia por personas desaparecidas en la Agencia del Ministerio Público Cuauhtémoc 4, derivado de la cual fueron llamadas a reconocer ambos cuerpos.
El móvil del crimen no ha sido desentrañado por la policía, que sigue ya una línea de investigación con respecto a muertes ocurridas en la zona, una semana antes.