/ viernes 9 de agosto de 2019

Dolor durante el sepelio de Eder, el joven golpeado durante detención en el Edomex

Su familia exige justicia ante la detención y falta de ayuda médica

Sentimientos encontrados, de dolor y enojo, vivieron los familiares del joven Eder "N" durante el sepelio en el que le dieron el último adiós, luego de luchar contra la indolencia de las autoridades que lo acusaron de un homicidio, y que la familia denunció tortura, en tanto que poco hicieron en el penal de Barrientos para darle atención médica.

El dolor se combinó con el coraje de que no le prestaron la ayuda humanitaria. En medio de llanto y el dolor por depositar su cuerpo a la madre tierra, exigieron la justicia que no hallaron durante los ocho días en que Eder agonizaba a consecuencia de los golpe propinados por policías ministeriales y luego dentro del penal de Barrientos, donde la ley del más fuerte es la que gobierna.

Cabe señalar que este muchacho fue detenido el pasado 27 de mayo y entregado al Ministerio Público hasta el 30 de mayo, tan solo para ser enviado a un penal junto con otro joven y una mujer.

Los tres detenidos juraron ser inocentes, pero nada hizo cambiar de parecer la juez que los vinculó a proceso. La familia de Eder “N”, no solo peleaba por demostrar su inocencia, en las últimas mana velaron su sueño y buscaron por todos los medios que se respetara su derecho a la salud y atención en una clínica que ellos pagarían; pero la directora del penal de Barrientos, Paula Gabriela Valdez Herrera retrasó el documento que activaría su envío a otro hospital.

La mañana de este jueves, su corazón no resistió más, según les informaron, y murió en una clínica de Cuautitlán México, con el estigma de ser un homicida, tal como lo acusó la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

En un ataúd de madera, fue llevado hasta el camposanto donde su esposa e hijos derramaron lágrimas de impotencia, lo mismo que el resto de su familia, porque no pudieron convencer a la autoridad de darle la atención.

Sentimientos encontrados, de dolor y enojo, vivieron los familiares del joven Eder "N" durante el sepelio en el que le dieron el último adiós, luego de luchar contra la indolencia de las autoridades que lo acusaron de un homicidio, y que la familia denunció tortura, en tanto que poco hicieron en el penal de Barrientos para darle atención médica.

El dolor se combinó con el coraje de que no le prestaron la ayuda humanitaria. En medio de llanto y el dolor por depositar su cuerpo a la madre tierra, exigieron la justicia que no hallaron durante los ocho días en que Eder agonizaba a consecuencia de los golpe propinados por policías ministeriales y luego dentro del penal de Barrientos, donde la ley del más fuerte es la que gobierna.

Cabe señalar que este muchacho fue detenido el pasado 27 de mayo y entregado al Ministerio Público hasta el 30 de mayo, tan solo para ser enviado a un penal junto con otro joven y una mujer.

Los tres detenidos juraron ser inocentes, pero nada hizo cambiar de parecer la juez que los vinculó a proceso. La familia de Eder “N”, no solo peleaba por demostrar su inocencia, en las últimas mana velaron su sueño y buscaron por todos los medios que se respetara su derecho a la salud y atención en una clínica que ellos pagarían; pero la directora del penal de Barrientos, Paula Gabriela Valdez Herrera retrasó el documento que activaría su envío a otro hospital.

La mañana de este jueves, su corazón no resistió más, según les informaron, y murió en una clínica de Cuautitlán México, con el estigma de ser un homicida, tal como lo acusó la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.

En un ataúd de madera, fue llevado hasta el camposanto donde su esposa e hijos derramaron lágrimas de impotencia, lo mismo que el resto de su familia, porque no pudieron convencer a la autoridad de darle la atención.

Policiaca

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