Con apenas 31 años de edad, en el Estado de México, una mujer con tres hijos menores de edad, convirtió el final de los suyos en dramática historia.
El conflicto sentimental con quien fue su esposo, la desesperación por las permanentes carencias económicas, la llevaron al agobio y experimentar en vida un infierno, del que ya no quiso saber más.
El hombre, llegó al domicilio en el que vivió con su familia, quien al percatarse de la escena de tristeza que había en el domicilio, mostraba un rostro incrédulo, del que se percibía, que por su mente cruzaban atribulados pensamientos llenos de asombro y confusión.
Al parecer desaparecía continuamente de su hogar, y la noche que su esposa adoptó la decisión de marchar de este mundo junto con sus pequeñines, la joven mujer en esa ausencia, al llegar en la mañana a la humilde vivienda, se dio por enterado que ya no tendrá más familia.
Sus vecinos no cabían también del asombro de la escena, al observar el cuerpo de la mujer que pendía de una viga de madera justo en la puerta de entrada de lo que fue su hogar.
Atónito, con apagados gritos de desesperación pidió apoyo de los habitantes del vecindario, mismos que dieron aviso a la policía.
Al llegar los representantes de la seguridad pública, confirmaron lo que momentos antes, los ojos del individuo miraron: una verdadera pesadilla convertida en realidad.
Una pesadilla que de ahora adelante lo acompañará por siempre junto con su sombra.
Para La Prensa, “el diario de mayor circulación”, de decir lo que otros callan, sin duda es de las notas informativas más dolorosas que haya publicado durante los 91 años de su existencia.