Serafín Herrera Andrade tiene 69 años de edad y puede estar deambulando en alguna calle de esta Ciudad de México, o cerca de alguna central de autobuses, toda vez que salió de su casa desde el pasado 14 de agosto. Hasta ahora su familia no tiene idea de dónde pueda estar, porque pudo haber perdido la memoria.
Ese viernes, la esposa de Serafín acudió a su templo para adornarlo con flores, pensaba regresar temprano y nunca imaginó que a pesar de su buena obra el destino le pagaría con este pesar que la agobia y la mata cada día, porque su compañero de tantos años está perdido.
Don Serafín además responde al nombre de Martín, que es como lo llamaban desde joven en el barrio y, de acuerdo a un comerciante, pudo haber tomado un autobús fuera de la ciudad.
Así se desprende de las investigaciones realizadas por la familia, quienes al preguntar entre amigos y vecinos hallaron a un vendedor que refirió haber dialogado con él:
-Lo vi que llevaba una bolsa negra y le pregunté:
-¿A dónde vas Martín?
A lo que respondió:
–Voy a visitar a un familiar fuera de la ciudad y regreso
Fue la última vez que lo vieron, alrededor de las 09:00 horas, en la colonia Consejo Agrarista de la alcaldía de Iztapalapa.
Amante de la música norteña y hombre de trabajo, ese día vestía pantalón color gris, chamarra de piel color negro y zapatos café claro, además que usa anteojos de pasta.
Los familiares de Don Serafín indican que tiene familiares en Tabasco, Guadalajara, Veracruz y Mazatlán, por lo que se amplían las posibilidades de los lugares donde puede estar, si es que logró abordar un autobús con el dinero que tenía, al dedicarse al comercio.
Los familiares de Don Serafín comentan que presentaron una denuncia por la pérdida del jefe de familia, pero únicamente los hicieron la ficha de búsqueda en la Fiscalía de la Ciudad de México y dudan que haya una investigación para hallarlo.
Ante esto, hacen sus propias pesquisas con fichas, cartelones y ahora colocarán lonas para que la gente vea bien las fotos, por si lo encuentran le den apoyo.
Es de resaltar que él ya sufrió dos infartos cerebrales en 2008 y 2015, de los cuales pudo salir bien con el apoyo médico y familiar, por lo que tenía independencia, aunque ahora saben sufría lagunas mentales, tal como lo llegó a comentar con amigos, a quienes confió que a veces iba al templo y cuando se daba cuenta había caminado de más y debía hacer un gran esfuerzo por rehacer el camino a casa, o donde iba originalmente.
Estas emergencias médicas le dejaron secuelas como pérdida de visión y audición, de manera que sólo salía a lugares cerca de su casa, a un pequeño negocio de productos para adelgazar, que le permitía independencia, hasta ahora que no regresó.
Don Serafín es buscado por sus hijos e hija, quienes al lado de su pareja oran para que regrese, y cada día salen a caminar con la esperanza de hallarlo en cualquier momento, pues no solo ellos, sino también su perrita Lilí, sufren su ausencia.
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