El contingente del llamado Bloque Negro venía caminando sobre Paseo de la Reforma, un grupo traía martillos con los que arremetía contra lo que fuera. Macetas, piso, ventanas sufrieron las consecuencias.
Una de ellas, muy jovencita, con la cara apenas tapando sus rasgos casi de niña iba en medio de todas, protegida por sus pares, enfrentaba a las Ateneas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que acompañaban la marcha contra la violencia hacia la mujer en el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.
Caminaba hacia el Centro Histórico y cuando pasaban frente al hotel Meridien atacó los bustos que están sobre la avenida, a martillazos.
Ella se separa un poco del grupo, sale de la bolsa de protección, levanta el martillo carpintero para ir sobre el monumento y una policía, rápidamente, la rodea y de un jalón le arrebata el martillo.
-¡No, no, es de mi papá! Grita la menor a la policía mientras hace señas para que se lo devuelva.
-¡Es de mi papá, de verdad!, insiste buscando le devuelvan la herramienta.
La policía solo sonreía mientras se acomodaba el cubrebocas y se regresaba a la protección de las Ateneas, levantaba los hombros sin dejar de moverse.
La activista insistía.
-¡Por favor, es de mi papá!
La policía solo le daba indicaciones.
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-Por favor, continúa con tu marcha; por favor, continúa. Sigue caminando.
El contingente siguió avanzando en su marcha hacia el Centro Histórico, el martillo quedó en manos de las autoridades a la espera de que un padre de familia decida ir a reclamarlo.
Para más señas, es un martillo de uña curva de 16 onzas, con mango de madera y seguramente fue sustraído en calidad de prestado de una caja de herramientas la mañana de este jueves.
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