La política de reducir los índices de corrupción y atacar las causas que originan la violencia requieren de un nuevo sistema de justicia para abrir un verdadero proceso de pacificación que sustituya las balas por la inteligencia de manera preponderante, expuso el especialista en pacificación por las Naciones Unidas, Sergio Arturo Ramírez Muñoz.
Consideró que el primer paso es tener un aspecto jurídico, con leyes específicas para la paz, que permitan la no repetición de los hechos de violencia, logrando así la verdad histórica y rompiendo con la decisión de declarar la guerra a todo.
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“El problema de la violencia empieza con Vicente Fox, sigue con Felipe Calderón y continúa con Enrique Peña Nieto, entonces no hay posibilidades de pensar en un sistema de justicia y paz. De ahí que Andrés Manuel López Obrador genere una fractura a esas decisiones de guerra, con un nuevo sistema que reduce los índices de corrupción en el país y, dentro de la conclusión de su periodo de gobierno, abre un proceso de pacificación que sustituye las balas por la inteligencia”, expuso Ramírez Muñoz.
El también especialista en Derecho Penal y en formas alternativas de solución de conflictos, aseguró que se debe valer el Estado de Derecho y apuntalar los proyectos que beneficien el desarrollo del país, por lo que es importante sentar las bases para materializar dicho sistema legal.
Las decisiones establecidas por la actual administración federal, aseguró el jurista, deben considerarse como “inteligencia, no violencia”, pues se ha demostrado que se pueden llevar a cabo las detenciones de más alto nivel, sin tener que llegar a los grados de violencia que se registraron en otros sexenios.
"Este modelo de justicia y paz para México debe ser un traje a la medida para el país, esto lo dejará comenzado López Obrador y lo continuará la siguiente administración, pues es un proceso que tardará en su implementación, debido a que debe modificarse el Código Penal y la Constitución, transformación en la que el Poder Legislativo deberá ayudar para darle un código propio y permitir su desarrollo”, añadió el penalista.
En esa construcción legal también deben considerarse otros elementos para llegar a tal objetivo. “La ley no es el único camino, es un componente más para lograr el desarrollo hacia lo que pudieran ser los modelos de pacificación del país. El primer componente que debe existir para que se pueda dar un sistema de pacificación tiene que ser la disposición por parte del Estado, los partidos políticos y la sociedad, en donde van a tener que acceder a ciertas condiciones, tanto de un lado como del otro”, dijo.
Para consolidar el proyecto de paz, los abogados del país deben convertirse en impulsores del mismo y hacer que los acuerdos tengan flexibilidad para, con ello, aportar a la sociedad en la reparación del daño a las víctimas.
“La justicia es una responsabilidad que adoptamos, porque hablamos de la vida de las personas. Ellos buscan que se les repare el daño que han sufrido y que no haya impunidad y esa es la satisfacción de que se hizo lo correcto”, enfatizó el especialista certificado por la ONU en pacificación.
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La construcción de un proceso jurídico para los procesos de pacificación del país , son hoy la ruta más viable para lograr la consolidación de lo que pudiera considerarse la columna vertebral de la cuarta transformación del país, abrazos no balazos , justicia y paz , conceptos que han sido los rectores de este gobierno.
Las madres buscadoras por un lado y las peleas por los territorios por otro , junto con la muerte de diversos personajes históricos , en la construcción de los procesos de paz, marcan hoy una ruta a seguir hacia un proceso inminente de justicia transicional.
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