Dos jóvenes que viajaban a bordo de una motocicleta resultaron muertos tras chocar contra un árbol sobre calles de la colonia San Juan de Aragón, Sexta Sección, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Iban sin casco y presuntamente a exceso de velocidad.
Alrededor de las 7:00 horas de este domingo, montados en una moto de pista, fueron vistos pasar por última vez Polo y Ángel, antes de que sus cuerpos terminaran tendidos a la orilla del camellón situado a un costado del Deportivo Los Galeana.
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Cuando recorrían la avenida 499, justo antes de llegar al cruce con avenida 416, "Polito", de 26 años de edad, perdió el control del manubrio y luego de que chocara contra la guarnición del camellón que divide ambos sentidos de la vialidad, se impactó de frente contra un árbol.
El copiloto de 22 años de edad, conocido como "El Toro", también recibió un fuerte golpe contra el mismo tronco. La motocicleta terminó cayendo sobre su costado derecho con el frente despedazado.
De acuerdo con lo que comentaban los presentes, al parecer los accidentados había estado ingiriendo bebidas alcohólicas en una fiesta que comenzó la noche del sábado, a unas calles del hecho.
El abuelo de la víctima que conducía la moto, llegó a la escena, y con un gesto de resignación comentó, "lo vi y tiene el rostro destrozado. Está irreconocible. Pero se sienten inmortales". Un vecino que lo conocía, se acercó y dijo haberlos visto momentos antes del percance, "iban que daba miedo", aseguró.
"Nos acercamos a ver qué había pasado y el más chico todavía estaba vivo, pero la ambulancia tardó como hora y media en llegar y se murió", dijo una señora que salió de su casa a ver lo ocurrido, junto con sus dos hijos.
Los primeros en llegar fueron dos hombres y una mujer, de aproximadamente 23 años, a bordo de dos motocicletas. Eran amigos de los fallecidos. Observaban lo ocurrido desde la banqueta de enfrente, mientras que los elementos policiacos acordonaban la zona.
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Cerca de las 9:00 horas, poco a poco fueron llegando familiares de Ángel. Un hombre de unos 30 años de edad, hermano de la víctima, rompió el cerco policiaco, aventó a un policía que le pedía alejarse. “¡No te estoy pidiendo permiso, chinga!”, gritó antes de arrodillarse y tomar de la mano a la víctima, rompiendo en llanto.
En pocos minutos, más de 20 personas rodeaban el cuerpo, llorando amargamente la pérdida. Entre ellos dos sujetos que llegaron con unos vasos rojos desechables, al parecer venían de la reunión.
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