Solo trece segundos bastaron para que un par de ladrones despojaran de sus pocas pertenencias a tres mujeres que viajaban en una vagoneta del transporte público en Ecatepec, entre las víctimas una joven estudiante resultó la más afectada, aunque salió ilesa, los hampones le despojaron de su mochila en la cual guardaba su computadora, lo que desató en ella un inconsolable llanto.
El atraco ocurrió una vez más a plena luz de día y sin la intervención de las autoridades, pese a que se perpetró sobre una vía federal, la autopista México-Pachuca, brillan por su ausencia todo tipo de corporación policiaca, evidenciando que en la entidad mexiquense sigue tan vigente la deuda por la inseguridad en el transporte público. Pese a existir registro videográfico de estos delitos, aun con evidencias la mayoría queda impune.
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Esta última grabación que ya circula en redes sociales mostró nuevamente la facilidad con que operan los asaltantes en la zona de Ecatepec, que como muestra la grabación, solo detienen a las colectivas para sembrar terror entre los pasajeros, despojándolos de sus pertenencias sin importarle las suplicas de sus víctimas, quienes arriesgan la vida en cada uno de sus trayectos.
El asalto en contra de las tres pasajeras que viajaban en la vagoneta, se presume ocurrió rumbo a la Ciudad de México en la zona de Tulpetlac, la tarde del pasado viernes 22 de abril sin que hasta el momento se cuente con información oficial sobre alguno detenido, mucho menos del reforzamiento de la seguridad en esta zona.
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En segundos y entre palabras altisonantes, los ladrones supuestamente armados desapoderan de su mochila a la joven estudiante, quien viaja a un costado de la puerta y pese a las suplicas a los delincuentes, estos solo la agreden verbalmente y violentamente le arrebata su mochila, para luego amenazar al chofer a fin de que acelere y se aleje del lugar de atraco.
Apenas azotan la puerta y acelera la colectiva, la joven rompe en llanto y explica a las pasajeras el motivo de su duelo, “es que se llevaron mi laptop”. El lamento es tanto, que otra de las víctimas se le acerca para abrazarla, mientras la combi acelera, los sentimientos de dolor e impotencia se entremezclan en los pocos tripulantes de la unidad.
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