Enrique Metinides Tsironadis, el curioso por retratar los crímenes en la Ciudad de México tuvo una larga y prolifera carrera, siempre inspirado por las películas de gansters comenzó desde muy niño a fotografiar coches accidentados, fue durante una de sus aventuras infantiles coincidió con Antonio "El Indio" Velázquez, el fotógrafo estrella de LA PRENSA, quien de inmediato tomó al niño de 10 años como aprendiz.
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Ahí comenzó la verdadera aventura, recorriendo prisiones, hospitales, forenses y estaciones de bomberos para conseguir los primeros planos de la tragedia; hasta que logra obtener su primera fuente que fue cubrir la Cruz Roja; aunque sin pago alguno, ya que solo tenía 13 años y cada 30 días le tenían que renovar un permiso para abordar ambulancias.
A pesar de haber ingresad en el año 1949 a La Prensa, su contratación oficial fue en 1960, y una de las caracteristicas de sus fotos era que no solo retrataba el hecho, sino también retrataba a los "mirones" situación que incluso ayudó a esclarecer el homicidio de una mujer, puesto que el sospechoso y eventual culpable se encontraba retratado por el lente de Metinides y de quien se expresó "Si me preguntan porque miran, es porque sienten alivio de que son los testigos y agradecen que no son la víctima, o su curiosidad es simple fascinación por la muerte".
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Falleció a los 88 años, aunque el solía decir que tenía 133, pues multiplicaba las 7 vidas de los gatos por las 19 veces que estuvo muy cerca de morir. Atropellamientos, caídas en barrancos, balaceras, todo y más experimentó durante 30 años de servir en el "periódico que dice lo que otros callan" y donde pasó más tiempo desarrollando su don.
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