Jhon Jairo Quintero, alias El Mono Quintero, exjefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue ejecutado a balazos en la cabeza a bordo de un vehículo en calles de la Alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México.
Las primeras investigaciones de agentes de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX señalan que el crimen contra el presunto narcoterrorista fue cometido la tarde del pasado martes en los momentos en que a bordo de un automóvil estacionado y en el asiento delantero del conductor.
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Agentes de la Policía de Investigación de la fiscalía capitalina presumen que la ejecución de este colombiano se debe a un ajuste de cuentas relacionado con gente ligada a la delincuencia organizada que opera en la capital del país; sin embargo, serán los avances de las pesquisas los que determinen los motivos reales por los que fue asesinado.
Como parte de las investigaciones, autoridades ministeriales, periciales y agentes de la Policía analizan las cámaras de videovigilancia de la zona a fin de obtener información que los lleve a obtener pistas del o los sicarios, quienes tras cometer el crimen escaparon.
Además, se revisan las placas del automóvil donde fue ejecutado, a fin de conocer a nombre de quien estaba registrado.
Durante la inspección ocular efectuada por el Ministerio Público y peritos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México se logró conocer que el colombiano y presunto miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) presentaba al menos dos heridas de arma de fuego en la cabeza, las cuales le cortaron la existencia de manera inmediata.
Jhon Jairo Quintero, El Mono Quintero, quien estuvo preso en varias ocasiones en Colombia, es identificado como uno de los hombres de confianza de Germán Briceño Suárez, alias “Grannobles”, líder del Grupo Oriental de las FARC.
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El occiso era señalado como -narcoterrorista- por medios de comunicación colombianos y pesaban sobre él órdenes de captura por tentativa de extorsión y rebelión.
Se le atribuía la organización de milicias en los municipios de Arauquita y La Victoria, con el fin de realizar atentados en contra de unidades militares.
En 2001 fue detenido con 60 kilogramos de explosivos, con los cuales presuntamente pretendía realizar atentados terroristas en el caso urbano de Arauca. Pasó tres años preso, pero luego fue liberado, andaba en la Ciudad de México, donde fue ejecutado a balazos.
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