La conducta de hacer disparos al aire representa una de las mayores expresiones de impunidad, capaz de matar a gente inocente, sin que las autoridades hayan encontrado mecanismos eficientes, expeditos y combativos contra esa práctica, la cual es común en cualquier comunidad.
La muerte por balas perdidas tiene como autor a un asesino que jamás se conoce, debido a que los disparos se hacen desde algún lugar que termina siendo desconocido por familiares de quienes tienen la desgracia de ser blanco del proyectil.
Los disparos al aire libre son una práctica que en el Estado de México, al igual que en otros puntos del territorio nacional, rebasa tanto los gobiernos como al marco legal, aun cuando existen códigos penales que en teoría contemplan sanciones ante la portación y el uso ilegal de las armas.
Si bien ninguna comunidad está exenta de tener el riesgo de lidiar con balas perdidas, los disparos al aire se presentan en zonas cuya incidencia delictiva es elevada, o incluso en poblados donde las fiestas patronales representan un arraigo y una tradición, lo mismo en rancherías donde los jaripeos y los llamados lienzos charros registran permanente actividad.
TESTIMONIOS DE POLICÍAS
En un recorrido realizado por LA PRENSA en municipios del Estado de México se le preguntó a policías que patrullan las comunidades sobre esta mortal práctica de realizar disparos al aire.
De acuerdo con los tripulantes de la unidad SG-CC469 de Ecatepec “es muy seguido el reporte de los habitantes diciendo que alguno de sus vecinos está haciendo disparos al aire desde su casa, desde la azotea, pero nosotros no podemos hacer nada, más ir a ver, pero cuando llegamos, quizá por nuestra presencia, resulta que las cosas pues están en calma”, dijo uno de los policías.
Agregó que si una persona está haciendo uso de un arma de fuego en la vía pública sin justificación, entonces se procede a aplicar el protocolo correspondiente y en ese momento se eliminan los riesgos de que ese individuo pueda afectar la vida de gente inocente.
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Sin embargo, comentó que “si los disparos al aire se hacen desde el interior de un domicilio, y los vecinos ven y oyen cómo un individuo acciona una pistola, desde luego que pueden hacer el reporte o llamar al 911, pero hasta ahí; nosotros no podemos ingresar a esa casa, a menos de que en coordinación con la Fiscalía haya una orden otorgada por un juez”.
DISPAROS AL AIRE POR CONSUMO DE ALCOHOL
Al respecto, uniformados del municipio de Tezoyuca indicaron que las balas perdidas son un riesgo mortal, derivado de una práctica que resulta hasta cotidiana. "Aquí es muy común que los disparos al aire se escuchen a lo lejos. No sabemos exactamente de dónde provienen, pero de que se oyen se oyen”.
Según los efectivos de esa localidad perteneciente al Valle de México, “la mayoría de las veces sucede como consecuencia de bebidas alcohólicas, ya que los habitantes al consumir embriagantes se desinhiben y para ellos resulta fácil sacar sus pistolas y accionarlas”.
Dijeron que existen leyes, existen protocolos, pero no siempre cuentan con las vías para detener a una persona que hace disparos al aire “porque no se sabe a ciencia cierta quien es, quien es el que está realizando las detonaciones”.
DEBE HABER CASTIGO PENAL: DIPUTADOS
Sobre este asunto, este medio de información también consultó la tarea del Poder Legislativo en torno al tema, y los legisladores han intentado hacer esfuerzos para combatir la fatal conducta de accionar armas al aire, sin que exista ningún tipo de justificación.
A decir de la diputada local, Rosa María Zetina González, el intento más reciente para abordar este delicado problema social se retomó el pasado 7 de abril, cuando la fracción de Morena en el Congreso mexiquense presentó un proyecto encaminado a preservar la paz y combatir los disparos al aire.
Para ello, dijo, los legisladores propusieron reformar el Código Penal del Estado de México, con el objeto de penalizar estos disparos al aire. “Se trata de un proyecto de decreto por el que se reforma la fracción I del artículo 253 del Código Penal del Estado de México, para considerar sanciones a quien detone un arma de fuego apuntando al aire sin justificación alguna”, dijo.
Refirió que las estrategias de seguridad pública aplicadas por las administraciones federales pasadas han sido catastróficas y lejos de resolver o atenuar los efectos los agudizaron; “por ello el gobierno federal está aplicando un nuevo paradigma en materia de paz y seguridad”.
Añadió que en el ámbito estatal, desde la administración federal se plantea la estrategia del proceso regional de pacificación. “En la entidad la tarea de seguridad corresponde al Ejecutivo estatal, a través de la Secretaría de Seguridad, y de acuerdo a las últimas cifras de los delitos del fuero común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, indican que en el Estado de México falta mucho por hacer en materia de Seguridad Pública”.
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Aseveró que el territorio mexiquense ocupa el primer lugar a nivel nacional en delitos como homicidio, feminicidio, robo a transporte público, robo de motocicleta, robo a transportista, muestra de que el objetivo planteado por la dependencia está lejos de cumplirse.
Rosa María Zetina hizo referencia al artículo 10 constitucional, y señaló que en la actualidad es muy frecuente ver o conocer de personas que poseen algún arma de fuego con la justificación de la protección; sin embargo, esto ha generalizado externalidades negativas como es el incremento de los delitos del fuero común o el incremento en heridos y muertes a causa de balas perdidas.
MENORES DE EDAD, LOS MÁS AFECTADOS
Subrayó que de acuerdo al Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo de América Latina, en nuestro país, datos recientes advierten sobre 116 casos de accidentes o muertes por balas perdidas, que generaron 132 víctimas: 55 personas muertas y 77 lesionadas.
Añadió que el 54 de los afectados eran menores de edad, y según la información recabada, en el 28 por ciento de los casos no se supo de dónde provino la bala perdida, en 16 por ciento provino de situaciones de violencia social, en 15 por ciento provino del crimen organizado y en 14 por ciento provino de los llamados “tiros alegres”, aquellos que se lanzan al aire en algún festejo.
Estableció que las balas perdidas, entonces, son una consecuencia directa de actos de violencia armada; sin embargo, por el momento el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública cataloga a este tipo de hechos como lesiones y homicidios culposos o no intencionales cometidos con arma de fuego.
aunque no detalla, dijo, si se debieron a balas perdidas u otras causas, lo que hace difícil contabilizar estos hechos de manera más objetiva. Se considera que en festividades multitudinarias es donde se dan estos hechos.
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Según la legisladora, de prosperar el proyecto para combatir este fenómeno de los disparos al aire, la reforma del Artículo 253 (del Código Penal), en su fracción I, contempla sanciones contra quien "dispare un arma de fuego sobre una persona o grupo de personas, o en domicilio particular, en la vía pública, en un establecimiento comercial, de servicios, o fuera de un campo de tiro debidamente autorizado, o apuntando al aire sin justificación, o en algún lugar concurrido”.
EXISTEN NUMERABLES CASOS
Sólo por citar uno de tantos casos donde las balas perdidas destrozan vidas de familias, en octubre de 2019 se registró un caso en el municipio de Chimalhuacán, cuando un menor recibió un proyectil justo cuando dormía en una camioneta estacionada en la calle.
El proyectil hizo blanco en la cabeza del niño, por lo que después de que los padres se percataron del suceso las autoridades desplegaron un operativo para intentar salvarle la vida al infante, quien tuvo que ser trasladado por helicóptero a un hospital de Toluca.
El vehículo se encontraba estacionado en la calle de Salvador Sánchez Colín, en la zona urbana Ejidal de San Agustín, en cuyos alrededores, según testigos, se escucharon una serie de disparos en cadena.
Los padres del menor, tras oír las detonaciones, salieron y vieron que el parabrisas de la camioneta tenía un hoyo y rápidamente sacaron al niño, quien ya había sido víctima de la bala perdida.
En ese momento, y ante la desesperación de no saber qué hacer, los vecinos apoyaron para llevar al menor a un hospital del vecino municipio de Nezahualcóyotl, donde las autoridades del sector salud determinaron trasladarlo, vía aérea, a un nosocomio de la capital del Estado de México.
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El pequeño fue trasladado hacia el Colegio de Policía, en avenida Bordo de Xochiaca, donde un helicóptero del Agrupamiento Relámpagos descendió para llevarlo al Hospital Materno Infantil del Issemym en Toluca.
Cómo ese trágico hecho, existen cientos que no necesariamente son del conocimiento público, pues en muchas de las comunidades donde se registran disparos al aire ni siquiera existen patrullajes, lo que convierte a esta práctica como una de las expresiones más firmes de impunidad.
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