Han pasado más de 100 días de tomadas las instalaciones de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se han realizado destrozos, donde también las autoridades de la FGR y del Centro Nacional de Inteligencia no han podido retirar y detener a los encapuchados que mantienen el paro escolar.
Y, es que a más de 100 días del paro de actividades académicas en la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM, es importante mencionar que, gracias a la determinación del Consejo Técnico se validó la propuesta de un calendario escolar, el cual tiene como principal finalidad el retomar la vida académica a través de sesiones a distancia, dado que el grupo de “estudiantes” paristas se niegan a entregar las instalaciones, pese a ello poco a poco tratan de regresar a la normalidad.
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Personal académico señaló que se distingue, que el retorno a clases está marcado por un alto porcentaje de asistencia y la respuesta en las aulas virtuales ha sido muy buena, dejando de lado el paro que, si bien es apoyado por un sector, de ninguna manera se trata de la mayor parte de esta comunidad.
En este regreso a las actividades se han respetado todos los protocolos tal como dicta la Legislación Universitaria. Es importante destacar que el pliego petitorio tiene grandes avances y que las exigencias han tenido respuesta desde los primeros momentos en que fueron tomadas las instalaciones, pero algunos de los puntos no podrán ser visualizados, sino hasta que los universitarios regresen a las aulas, por lo que es apremiante que el campus sea devuelto a la comunidad.
Es importante señalar, que algunas de las demandas no podrán resolverse sino hasta el mediano plazo, por ello, estudiantes y académicos se han pronunciado por la finalización del paro, ya que este se ha desvirtuado con exigencias cada vez más ajenas al pliego petitorio y como resultado de ello, dicho movimiento estudiantil ha ido perdiendo mucha fuerza.
Así, el grupo de paristas continúan utilizando diferentes estrategias y discursos con los que estudiantes y personal docente se sienten amenazados. Este grupo está organizado para reaccionar de diferentes maneras, todas violentas, desacreditando y señalando hacia qué individuos hay que enfocar el odio y las malas palabras.
Por esto, cada persona que piensa distinto a ellos y se atreva a expresar su punto de vista, puede llegar a sufrir lo que se conoce “como terrorismo íntimo”, el cual busca destruir la fraternidad, utilizando textos en las redes sociales, haciendo exhibiciones públicas o directas. También utilizan videos “informativos” y de desprestigio. Dentro de sus redes sociales se mantiene un discurso fundamentalista y que de ninguna manera pretende dar paso a la pluralidad, cualidad propia de un recinto universitario.
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Cualquier tipo de expresión ajena a sus ideas, se enfrentará ante la intolerancia de este pequeño grupo, quienes abiertamente se adjudican el derecho de agredir, de difundir rumores y hacer afirmaciones falsas para producir daño.
El personal académico señaló que es importante reflexionar y preguntarnos ¿Por qué alguien buscaría dañar con sus acciones a su propia comunidad?
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