César "N" ahorcó a su esposa hasta matarla para después guardar sus restos dentro de un refrigerador. El presunto feminicida conocido como "el caníbal de Taxco" fue detenido el pasado 9 de julio en la ciudad de Tijuana.
Además Silvia "N", madre del acusado, fue sentenciada por estar coludida en el homicidio.
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Desaparece
César era el esposo de Magdalena, madre de dos pequeños. La joven era nutrióloga, pero el 13 de enero de 2018 desapareció.
Nueve días después, la víctima de 28 años de edad fue encontrada en un local, ubicado cerca del Zócalo de Taxco, Guerrero, propiedad de la familia del ahora acusado.
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La desmembró
De acuerdo a la necropsia, Magdalena murió por asfixia por ahorcamiento y después su cuerpo fue desmembrado.
Los restos de la víctima fueron encontrados en ollas de peltre cocinándose en la estufa y otros estaban guardados en el refrigerador.
César “N” habría sido ayudado por su madre Silvia “N”, por lo que fue detenida en 2019.
Cae en Tijuana
El pasado 9 de julio, la Fiscalía de Guerrero, en coordinación con la Guardia Turística de Tijuana y la Fiscalía de Baja California, lograron cumplimentar la orden de aprehensión en contra de César.
La Fiscalía de Baja California entregó a César “N” a las autoridades de Guerrero para trasladarlo a dicho estado y consignarlo ante el Juez de control y enjuiciamiento penal, con sede en Iguala de la Independencia.
El detenido era buscado por la Interpol y acusado por el delito de feminicidio, de acuerdo a la carpeta de investigación C-08/2018, en la cual un juez de control de Guerrero ordena su aprehensión.
Por estos hechos, en 2019 la Fiscalía de Guerrero obtuvo una sentencia condenatoria de 40 años de prisión contra la madre de César “N”, identificada como Silvia “N”.
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Otros caníbales mexicanos
Gumaro de Dios, el caníbal de Playa del Carmen
A Gumaro de Dios le prometió un brujo la inmortalidad si entregaba la sangre de tres sacrificios, pero por puro placer, a su última víctima la desolló como a un conejo y, despaciosamente, degustó su corazón, luego algunas costillas y para concluir su macabro crimen, con la carne de sus muslos se preparó unos filetes; era su propia pareja a quien paladeó.
Gumaro fue, las notas que aparecieron en diciembre de 2004 en LA PRENSA así lo atestiguan, un híbrido destinado a matar y morir, como el que acuña su propia muerte con las de otros.
Aunque el caso apareció en El Periódico que Dice lo que Otros Callan uno o dos días después de ocurrido el hecho, de cualquier modo, quedó consignado en las páginas que todo lector ávido de muertos frescos desea ver impresas con letras rojas, al señalar que el denominado Caníbal Caribeño o Caníbal de Playa del Carmen había reconocido el asesinato de su compañero, además de que luego lo había destazado para cocinarlo y comérselo.
El caníbal de la Guerrero: Mente perversa y demoniaca
En un lote baldío, cercano a las vías del tren, en la calle de Lerdo, Colonia Nonoalco-Tlatelolco, Delegación Cuauhtémoc, roedores y fauna nociva pululaban en el interior de una maleta, una imagen grotesca que llamó la atención de algunos transeúntes que pasaron por ahí. Cuál fue su sorpresa, que en el interior se hallaban miembros de un cuerpo humano, así que decidieron dar parte a la policía. Era la mañana soleada del 9 de abril de 2007, las autoridades ministeriales habían dado con el cadáver de una joven mujer, que fue sin piedad desmembrada.
El responsable, José Luis Calva Zepeda, el poeta torcido y sádico que asesinó, descuartizó y se comió a sus enamoradas.
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