Los frentes descubiertos por las autoridades ante la pandemia por Covid-19, no solo son atendidos por la muerte, sino también por el esfuerzo de los sectores implicados en la primera línea, que amenaza ante la falta de capacitación en crematorios, funerarias y panteones, donde no se les ha instruido para el manejo de los cuerpos ante el nivel de contagio latente.
Desconsolados y asustados, acuden los familiares de las víctimas del coronavirus a pedir informes para despedir a sus familiares, algunas veces sin tener respuesta positiva, ya sea porque no se dan abasto con la cantidad de defunciones o bien, porque no cuentan con las medidas necesarias para atender los casos.
En un breve recorrido por algunas funerarias, durante esta investigación para LA PRENSA, nos percatamos del abandono en el que se encuentra este sector por parte de las autoridades, donde solo han recibido instrucciones para su operación, pero no la capacitación necesaria para evitar manipular los cuerpos que llegan por Covid-19.
Las indicaciones de operación que recibieron Mario Pedrero y Josué Rosas, nombrados así con fines informativos, se limitan al uso indispensable de equipo de protección en sus respectivas funerarias, una ubicada en la zona Centro y otra al Sur de la Ciudad de México.
Las medidas, comenta Pedrero, “son las mismas que te dicen en todos lados, uso de guantes, gel, desinfectar, poca gente, distancia sana entre los visitantes y cuidados para el proceso de incineración, sin que ninguna autoridad se presente a darnos más información y procedimientos con los cuerpos y el personal que se hace cargo de ellos”.
Al parecer, la indiferencia de las autoridades no les toma por sorpresa a los encargados de las funerarias, quienes han tenido que aprender sobre la marcha, “lo mismo pasó cuando se atendieron los primeros casos de VIH, donde tampoco se nos capacitó, incluso con los decesos donde los cadáveres han requerido un tratamiento post-mórtem especial, los hemos investigado y trabajado por nuestra cuenta”, platica Josué, quien heredó la funeraria familiar, fundad por su abuelo en 1957.
Los pequeños establecimientos, que son visitados por la muerte, casi a diario, son las más olvidadas por las dependencias, no así, “para el pago de impuestos o el cumplimiento de las reglas de sanidad que debemos de tener al día, ahí nos tienen muy controlados, pero no ha pasado con el Covid-19 o las enfermedades infectocontagiosas, que requieren una capacitación para el personal que trabaja con los cuerpos y para el momento de la velación y cremación”, compartió Mario.
A pesar de que los decesos por coronavirus les han llevado más trabajo, también reconocen que los gastos de operación no son suficientes, ante los esfuerzos que hacen para mantener a salvo a su personal, ya que han invertido en equipo especializado que es desechado constantemente, así como el uso de desinfectante, gel y cubrebocas que destinan para los usuarios de sus servicios.
En el caso de ambos, entrevistados por separado, reconocen que su trabajo y en su plantilla es de alto riesgo de contagio por la pandemia, el tratamiento de los cuerpos, así como la sensibilidad en el que llegan las familias a despedir a sus seres queridos.
CREMATORIOS REBASADOS
La pila de cuerpos en espera de incineración ha sido la preocupación principal en los crematorios, especialmente en los públicos, donde los casos no dejan de llegar en estos tiempos de Covid-19, a pesar de que algunas familias deciden sepultarlos por creencias religiosas o bien, por el costo que implica para ellos, ya que la cremación es más onerosa.
Los cementerios se han visto en la necesidad de requerir un servicio funerario forzoso para el traslado del cuerpo, ya sea para sepultura o incineración, dado que el cupo por ahora es limitado, según platicó Teresa, empleada de un panteón ubicado al oriente de la Ciudad de México.
A decir de su testimonio, los certificados que más reciben en el camposanto, “de un cien por ciento, solo el cinco por ciento vienen confirmados con Covid-19, aunque la mayoría de los decesos en la actualidad son por neumonía atípica”, comentó.
Al panteón pueden ingresar solo cinco personas si se confirmó que es por coronavirus, en el caso de muerte por otras causas, se da acceso a 15 personas como máximo y todas deben cumplir con cubrebocas como mínimo, sin menores de edad ni adultos mayores, y no sin acceso para visitas hasta el término de la contingencia.
La trabajadora del cementerio compartió que la alcaldía ha emitido varias indicaciones que se siguen al pie de la letra, “se han mandado a descansar a los servicios de transporte aquí dentro y se usa el equipo sugerido por la Secretaría de Salud, pero no han dado una capacitación adecuada a los incineradores para que hagan su trabajo de manera segura, lo han tenido que aprender aquí”.
Por su parte, Manuel Ramírez, Director General de J. García López, comentó que dentro de las funerarias se llevan a cabo procesos de sanitización constante en las Salas de Velación tres veces al día y desinfección cada 30 minutos de las áreas comunes como sanitarios, puertas, manijas y tapetes de entrada; además de brindar jabón en los baños para el lavado correcto de manos y gel antibacterial en todas las instalaciones.
Asimismo, dio a conocer que en la Agencia Funeraria de Casa Prim se cuentan con dos Termokings con el fin de atender de manera adecuada los servicios que se están presentando por la Emergencia Sanitaria, mismos que permiten “resguardar para su correcta preservación de aproximadamente 100 cuerpos, garantizando la cadena de frío” y que, actualmente uno de estos se encuentra operando. El segundo se utilizará solamente en caso de ser necesario.
El directivo dijo que cuentan y promueven todas las medidas sanitarias “para seguridad de todos, el personal de primer contacto cuenta con Equipo de Protección Personal (EPP); guantes de uso clínico, overol de protección con capucha, cubrebocas N95, protector facial y goggles para protección de ojos. Además de aspersores con productos químicos cuaternarios: viricida, fungicida y alguicida, que permite la eliminación de hasta un 99.99% de virus y bacterias.
FUNERARIAS AL CIEN POR CIENTO
“El sistema funerario como tal no está rebasado a nivel nacional” Roberto García, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores Funerarios (ANDF), lo que está saturado es el sistema de disposición final, los cementerios y los crematorios, que están en capacidad máxima.
El vicepresidente refiere que, en la Ciudad de México se cuenta con aproximadamente 40 crematorios tanto públicos como particulares, lo que ha provocado que se genere una saturación para el proceso final del cuerpo que es la cremación.
A decir de las declaraciones de García, el sector no se encuentra bajo colapso y han hecho un compromiso, “de no subir los precios de los servicios funerarios, pese que para nosotros si han aumentado sobre todo en la adquisición de equipos de protección personal”, mismos que absorbe cada prestador de este servicio.
A principios del mes de abril la Secretaría de Salud Federal impartió de manera virtual, “una capacitación para manejo de cuerpos, y principalmente para explicar la vía de manejo de cadáveres por Covid-19, mientras la mayoría de agencias sanitarias en cada uno de los estados han hecho lo propio”.
Desafortunadamente no todas las funerarias recibieron el adiestramiento impartido por las autoridades sanitarias, debido a que deben cumplir con ciertos requisitos, a su vez, que no todas estuvieron informadas de dicho curso vía online, que se llevó a cabo por primera vez, ya que en anteriores momentos no había ocurrido.
Roberto García comentó que nivel nacional existen alrededor de cinco mil funerarias y la ANDF solo representan a 150, logrando el curso una asistencia virtual de alrededor de 250 negocios dedicados a este giro.
Dentro de las peticiones que hacen al gobierno, consideran que, además de la urgencia a los crematorios que ya trabajan al cien por ciento, y que no se ha atendido es, atender la “emergencia emocional que están pasando las personas que pierden a un ser querido y no pasan por un proceso de duelo sano, ya que se han roto todos los ritos funerarios a los que estamos acostumbrados”, dijo en referencia a las medidas de sana distancia.
Una de las urgencias a atender como población vulnerable, radica en que el valor de la industria funeraria en México que oscila entre los 12 mil millones de pesos, y se prevé que solo un siete por ciento de la población cuenta con una cobertura de este tipo, por lo que la pandemia, ha provocado llamar la atención de autoridades y ciudadanos, para generar una cultura responsable post mortem.