La justicia parece no llegar para Ángel Cibrián Lueso tras su muerte en el 2011, de quien se sospecha fue asesinado dentro de un prestigiado hospital ubicado sobre Ejercito Nacional, además habría sido despojado de un bien inmueble, que ahora reclama el heredero y las autoridades no han dictado sentencia a su favor, a pesar de las pruebas presentadas por la defensa.
Los abogados Fernando Sandoval Calderón y Óscar Sandoval, aseguran que Diego Ricardo Salceda, amigo y beneficiario del ahora fallecido, ha presentado pruebas ante las autoridades para comprobar que el inmueble fue aparentemente robado por Pablo Mirantes Suárez y José Julián Mirantes López, padre e hijo, durante su convalecencia en dicho nosocomio.
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“El 26 de enero de 2022 se dictó sentencia definitiva en el juicio civil, tras siete años de litigio, sin embargo, la jueza 20ª Dra. Yolanda Morales Romero, no envía el expediente completo a la 7ª Sala Civil, demostrando su parcialidad hacia el notario público 222, que junto con la Sala han retardado de forma deliberada el trámite del juicio ordinario civil, específicamente, la magistrada Josefina Rosey González”, comentó el legista Óscar Sandoval.
A decir de los representantes legales, también “se dio inicio al juicio de nulidad de escrituras en el Juzgado 19º Civil de la Ciudad de México, en el expediente 1117/2015 y posteriormente 20º Civil en el 360/2017, seguido por Diego Ricardo Salceda y de Tomás y en su carácter de albacea, único y universal heredero a bienes de Ángel Cibrián Lueso”.
Por su parte, Óscar Sandoval, también aseguró que se logró demostrar en el juicio, que “la huella dactilar que dio fe el notario público 222 resulta ser una plasta de tinta y no una huella atribuible a Don Ángel”, sin que lo tomara en cuenta la autoridad.
El litigante, Fernando Sandoval Calderón, recordó que el casó comenzó cuando Ángel Cibrián estaba ingresado al asilo ubicado al Poniente de la capital, y tuvo que pasar por un estudio socioeconómico practicado por el trabajador social Pablo Mirantes Suárez quien le presenta a su hijo José Julián Mirantes López, como supuesto administrador de inmuebles.
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“Los presenta Pablo Mirantes Suárez y, Don Ángel decide contratar al hijo como administrador del edificio ubicado en la calle de Begonias 63, colonia Clavería, por lo que José Julián Mirantes López entregaba mensualmente a Ángel Cibrián Lueso la cantidad de 40 mil pesos a través de cheques, cantidad usada por Don Ángel para pagar el asilo de él y de su esposa, así como su manutención mensual”, agregó Calderón.
Antes de su muerte, Ángel llamó a su amigo Diego Ricardo Salceda a quien comentó que tenía el presentimiento de que José Julián Mirantes López había hecho maniobras turbias, mismas que se han encargado de demostrar ante la ley, pero está no les ha dado la razón en su totalidad para hacer justicia al hombre, del que todavía no se esclarecen las causas de su muerte.
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