Un hombre que se dedicaba al comercio, murió apuñalado frente a su hija, sobre la vía pública en la zona de La Merced, en la alcaldía Cuauhtémoc. Sus agresores lo perseguían en moto y primero lo agarraron a golpes.
De acuerdo con los primeros reportes, el sujeto fue visto corriendo sobre la calle Circunvalación, mientras sus agresores lo perseguían para darle alcance en la esquina con Fray Teresa de Mier. Tras golpearlo, los señalados hicieron uso de un objeto punzocortante con el que lo hirieron a la altura de la pierna derecha.
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Adriana "N", la menor que presenció los hechos mientras esperaba a su padre en dicho cruce tras salir de la escuela, solicitó el apoyo de elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), que se encontraban por la zona, pero estos no lograron detener a los atacantes, quienes escaparon a bordo del potro de acero en color negro.
La víctima, quien fue identificado como Edgar Eduardo "N", y que al pacer trabajaba en el mercado de quesos, quedó sentado sobre la acera a la salida de una tienda Coppel, con la espalda recargada sobre la guarnición de una jardinera, a unos metros de una caseta de teléfono público de monedas, bajo las copas de dos frondosos árboles.
Tras los hechos ocurridos aproximadamente a las 20:00 horas del pasado jueves, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, pertenecientes a los sectores Asturias y Centauro, arribaron al lugar y de inmediato solicitaron el auxilio de los servicios de emergencia.
Paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), llegaron al sitio, pero el masculino ya no contaba con signos vitales. El sujeto quedó inmóvil, con el torso desnudo, el pantalón ensangrentado y los tenis blancos que llevaba puestos terminaron teñidos de rojo.
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Poco a poco fueron llegando amigos y familiares de la víctima, quienes buscaban a Adriana para intentar darle consuelo. La adolescente, quien vestía una chamarra y pantalón de mezclilla, además de un par de tenis blancos con negro, se mantenía al pendiente de su teléfono celular, pero rompía en llanto, cada que alguien la abrazaba para expresar sus condolencias.
Un hombre de aproximadamente 50 años de edad, al parecer en condición de calle y alcoholizado, se acercó al grupo conformado por aproximadamente unas 30 personas y tras preguntar sobre lo ocurrido sin que hubiera respuesta, levantó un vaso desechable con bebida y pronunció un "en paz descanse, el señor ya lo llamó" y se sentó a unos metros del acordonamiento.
Alrededor de las 23:00 horas, integrantes del área pericial y Forense de la Fiscalía capitalina, tras realizar varias maniobras para subir la unidad oficial a la banqueta, procedieron a realizar el levantamiento del cadáver para trasladarlo al anfiteatro correspondiente.
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