Una clara venganza fue cometida en contra de un taxista a quien ejecutaron a quemarropa de tres balazos en la cabeza, uno en la sien izquierda, otro en el cuello y otro en la mandíbula, los cuales le cortaron la existencia de manera instantánea.
Cometido el crimen, los sicarios escaparon, por lo que siguen siendo buscados por las policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y agentes de la Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia de la CDMX.
De acuerdo a las primeras investigaciones, la tarde de este miércoles un hombre se acercó al taxista con cromática blanco con rosa tipoTsuru que se encontraba frente a la casa marcada con la Manzana 94, Lote 1389de la calle de Campeche de la Colonia Guadalupe Chalma de Guadalupe en la Alcaldía de Gustavo A. Madero.
Sin mediar palabra le apuntó con un arma de fuego en la cabeza y le disparó en tres ocasiones. Uno de los proyectiles de arma de fuego se le incrustó en la sien izquierda, otro en el cuello y un tercero en la mandíbula. Ello, trajo como consecuencia que el ruletero se desvaneciera mortalmente herido.
Luego de ello, el agresor escapó del lugar, en tanto que algunos testigos y vecinos pidieron la intervención de personal de los cuerpos de socorro y de la policía. Los paramédicos nada pudieron hacer, debido a que cuando revisaron el cuerpo del taxista, diagnosticaron que ya había dejado de existir a consecuencia de las tres heridas de bala. El ahora occiso fue identificado con el nombre de Luis Ángel “N”, de 35 años de edad.
Policías preventivos acordonaron el escenario del crimen, en tanto que peritos y el Ministerio Público se dieron a la tarea de realizar la inspección ocular.
El cadáver del taxista quedó en el asiento delantero izquierdo y tras el volante. Una vez que los peritos y el Ministerio Público recogieron toda evidencia que los lleve al esclarecimiento de este crimen, el cadáver fue trasladado al anfiteatro de la Fiscalía de la Procuraduría capitalina en Gustavo A. Madero, donde se continúa con las indagaciones, a fin de localizar y detener al criminal y con ello, conocer los motivos reales por los que fue ultimado.
