Ángel "N", un estudiante de primaria que padece Parálisis Cerebral Infantil (PCI), ha sido víctima de diversos abusos por parte de sus compañeros de escuela y las autoridades educativas no han intervenido para frenarlos, al contrario, su salud ha empeorado por negligencias de propios docentes. Su madre exige justicia.
Rosa "N", madre del menor, denunció que durante el presente ciclo escolar su hijo, quien está por concluir el sexto grado, ha sufrido afectaciones físicas y psicológicas, sin que hasta el momento la profesora Mónica Belén Esparza, directora de la primaria “Mártires de la Reforma”, ubicada en la colonia Zona Urbana Ejidal Estrella Culhuacán, en Iztapalapa, haya dado respuesta a las quejas expuesta sobre los hechos recurrentes.
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Desde su llegada a la escuela, Ángel comenzó a ser víctima de bullyng, su mamá se lo hizo saber a la maestra frente a grupo y nada cambió. La molestia y preocupación se incrementó cuando durante el mes de noviembre del año pasado, un compañero le causó una importante lesión en la mano izquierda. Mediante engaños, lo sometió a un reto durante el cual talló sus uñas sobre su piel, hasta hacerlo sangrar, provocando que este terminara con un hueco en el dorso de la extremidad.
“Le dicen que jueguen al abecedario. Él tiene que decir palabras con todas las letras, de la A a la Z. Le ocasionó una herida. Lo recogí y me dijo que se había caído. Cuando lo curé, me di cuenta de que no era una caída y le pedí que me dijera la verdad. Me dijo que había jugado con Alex y que este le había causado la lesión. Él es muy inocente, tal vez por su condición física”, comentó la mujer, quien indignada acudió a dar la queja ante los directivos.
Reclamo llegó a la CNDH y a otras autoridades
La solución que le brindaron fue decir que trabajarían con el Marco para la Convivencia Escolar. “Yo lo que hice fue platicar con una trabajadora social del DIF y me dijo que fuera a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Fui a dar parte de esto a la supervisión de zona, a la Dirección General de Servicios Educativos Iztapalapa (DGSEI), al Gobierno de la Ciudad de México y a la Unidad De Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil (UAMASI)”, manifestó la señora.
Finalmente, desde la Fiscalía capitalina se gira un oficio con recomendaciones para la directora, en el que se le hacía responsable de cualquier cosa que le sucediera al niño. En ese momento, a manera de solución emergente, se le indica al menor que tendría que estar junto a su maestra todo el tiempo, que, si ella salía del salón, él fuera con ella. Un día se enfadó y no siguió dicha indicación más, pues le estaban limitando el libre esparcimiento.
El 2 de mayo del año en curso, se llevó cabo un evento denominado Olimpiada del Conocimiento, en el que Ángel participaría para demostrar capacidades intelectuales desarrolladas durante el curso, sin contar con que recibiría un trato diferente al de los demás concursantes. “Ángel llegó muy contento a realizar su examen”, dijo Rosa, mientras recordaba lo ocurrido durante primeras horas de ese martes.
Nunca había habido adecuación curricular alguna para el pequeño, pero ese día, la directora manifestó en público que él sería el único alumno que recibiría apoyo por parte de la maestra de Educación Especial, misma que nunca había trabajado con el menor, lo cual lo hizo sentir avergonzado. "No le dieron chance de decir si requería o no dicho acompañamiento. Desde que empezó el examen, ella le decía: Ángel, apúrate. Ángel, lee bien, responde bien. Lo presionó demasiado y a mi hijo le empezó a doler la cabeza".
Al salir de clases, su tía fue por él a la escuela. "Yo llegué como a las 5 a la casa y me dijo: ya no me duele la cabeza, pero tengo un tic en el ojo izquierdo. Un rato después se metió a bañar y gritó. El estrés le provocó una convulsión. Quedó inconsciente y se le tuvo que dar reanimación cardiopulmonar. Tuvieron que descartar un síncope", dijo la mujer, misma que manifestó haber sentido una angustia inmensa al pensar que una situación escolar pudiera poner en riesgo la vida de Ángel.
Concurso genera estrés en Ángel y termina con convulsiones
Después un mes y una semana de la convulsión, DGSEI y la dirección de la escuela se acordó que el niño regresara a clases. “Ese día, por la tarde, un padre de familia agredió a mi hermana y a mi hija. La mamá del niño que lesionó a Ángel con el reto del abecedario, se le fue a los golpes a mi hermana y la amenazó de muerte".
"Otro señor también intervino y comenzó a difamar a mi hijo, diciendo que él era un acosador, que le había levantado la falda a una niña y que le había tocado las nalgas, además de asegurar que le había enseñado el pene a otra de sus compañeras y que tenía fotos de lo ocurrido, pero nunca las mostró”, manifestó la señora Rosa.
A base de esfuerzo y de haber tomado diversas terapias de rehabilitación, el niño ha logrado superar su padecimiento y actualmente ha logrado alcanzar una autonomía de más del 90 por ciento, pero esto no quiere decir que no requiera de apoyo especial en algunas ocasiones. Él tiene la ilusión de continuar sus estudios y está muy cerca de iniciar una nueva etapa en la secundaria, durante la cual, su madre espera todo que todo sea distinto.
Actualmente, la mujer tiene que dejar al pequeño en casa al cuidado de su hermana, pero confiesa que es frustrante el hecho de llegar al plantel educativo a entregar alguna tarea y ver a los demás niños jugando, conviviendo entre ellos, y saber que su hijo se ha quedado sin esa oportunidad por la falta de compromiso de los directivos y de los docentes.
“Me duele que Ángel se esté privando de una convivencia con niños de su edad, es un daño a su salud mental el privarlo de cosas que forman parte de su desarrollo. A mí no se me hace justo. ¿Qué tiene que pasar para que intervengan las autoridades? Yo no voy a exponer a Ángel, porque no quiero que un día me entreguen a mi hijo muerto. Ahorita es él, pero al rato pueden ser otras personas”, concluyó Rosa, quien no descansará hasta obtener respuesta a sus demandas.
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