/ lunes 23 de noviembre de 2020

Suiza apuesta por turismo local para salvar temporada de esquí

Las empresas de turismo dedicadas a esta actividad obligan a los visitantes a usar cubrebocas todo el tiempo

La pandemia también ha cambiado las costumbres en las estaciones de esquí suizas. El personal de las telecabinas que llevan a la cumbre de las pistas de la estación de Verbier, una de las más reputadas, lleva viseras de protección facial.

“Las ventanas de las telecabinas permanecen abiertas todo el día. La ventilación, las mascarillas, el gel hidroalcohólico, las distancias físicas, se suman a las medidas de protección”, explica Laurent Vaucher, director de Téléverbier, la empresa de remontes mecánicos más importante de la parte francófona de Suiza.

En Verbier, como en otras estaciones, las fuerzas del orden, no lejos de la zona de salida de las telecabinas, vigilan que las reglas anticovid se respeten.

Tras tener que acortar la temporada a mediados de marzo por la primera ola de coronavirus, las estaciones de esquí helvéticas apuestan por reforzar las medidas sanitarias y la sed de evasión de los suizos. “La mascarilla es obligatoria en todas partes, salvo en las pistas para poder aprovechar el aire fresco”, resume a la AFP el antiguo campeón olímpico de esquí Didier Défago, presidente de los Remontes Mecánicos del cantón del Valais.

Aunque los restaurantes están cerrados, la clientela regional se ha lanzado a las pistas en Verbier en este inicio de temporada. Como Ludovic Guigoz, de 40 años, que lleva una braga de cuello con un filtro contra el virus

Foto: AFP

“El Covid es un freno. Pero si vienes a esquiar por la mañana es razonable. Me siento seguro”, dice antes de descender la pista en familia.

El cierre de las pistas en marzo hizo temer lo peor para el sector. Y la segunda ola ha golpeado a Suiza con tasas de incidencia regionales de las más altas de Europa.

Pero las estaciones de esquí se han adaptado. Llevar mascarilla es obligatorio no solo en las cabinas cerradas, sino también en las instalaciones al aire libre y en las filas de espera, incluidas las que están a cielo abierto.

Las estaciones esperan que los suizos, que se lanzaron a las montañas este verano, lo hagan también en invierno.

“¡Todos a la pista!”, es la consigna que la asociación de Remontes mecánicos suizos lanzó este otoño.

Ante la ausencia de clientela estadounidense y asiática, las estaciones de esquí esperan que los suizos y los europeos salven la temporada.

Y es que los turistas europeos en principio podrán ir a esquiar en Navidad a Suiza ahora que el gobierno ha retirado a la mayoría de los países europeos de su lista roja que obliga a la cuarentena. Falta saber si podrán salir de su país, como los británicos, grandes amantes de las pistas suizas, que están confinados. Debido al Covid, muchas estaciones no podrán contar con los ingresos que generan las actividades que rodean al esquí ni con las clases, que han prohibido varios cantones y que generan entre “cinco y 30 por ciento del volumen de negocio de muchas estaciones”, dice Grégory Quin, historiador del deporte de la Universidad de Lausana.

Pero los amantes de la nieve han respondido por el momento. A finales de octubre, unas 110 mil personas habían contratado el Magic Pass, el pase barato que permite esquiar en más de 30 estaciones.

“Los baby boomers adoraban el esquí. Las generaciones siguientes son menos numerosas y en parte procedentes de la inmigración por lo que no tienen cultura del esquí. Lo que hace que en las generaciones jóvenes haya menos esquiadores”, explica a la AFP Laurent Vanat, autor de un informe anual sobre el mercado mundial de esquí.

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La pandemia también ha cambiado las costumbres en las estaciones de esquí suizas. El personal de las telecabinas que llevan a la cumbre de las pistas de la estación de Verbier, una de las más reputadas, lleva viseras de protección facial.

“Las ventanas de las telecabinas permanecen abiertas todo el día. La ventilación, las mascarillas, el gel hidroalcohólico, las distancias físicas, se suman a las medidas de protección”, explica Laurent Vaucher, director de Téléverbier, la empresa de remontes mecánicos más importante de la parte francófona de Suiza.

En Verbier, como en otras estaciones, las fuerzas del orden, no lejos de la zona de salida de las telecabinas, vigilan que las reglas anticovid se respeten.

Tras tener que acortar la temporada a mediados de marzo por la primera ola de coronavirus, las estaciones de esquí helvéticas apuestan por reforzar las medidas sanitarias y la sed de evasión de los suizos. “La mascarilla es obligatoria en todas partes, salvo en las pistas para poder aprovechar el aire fresco”, resume a la AFP el antiguo campeón olímpico de esquí Didier Défago, presidente de los Remontes Mecánicos del cantón del Valais.

Aunque los restaurantes están cerrados, la clientela regional se ha lanzado a las pistas en Verbier en este inicio de temporada. Como Ludovic Guigoz, de 40 años, que lleva una braga de cuello con un filtro contra el virus

Foto: AFP

“El Covid es un freno. Pero si vienes a esquiar por la mañana es razonable. Me siento seguro”, dice antes de descender la pista en familia.

El cierre de las pistas en marzo hizo temer lo peor para el sector. Y la segunda ola ha golpeado a Suiza con tasas de incidencia regionales de las más altas de Europa.

Pero las estaciones de esquí se han adaptado. Llevar mascarilla es obligatorio no solo en las cabinas cerradas, sino también en las instalaciones al aire libre y en las filas de espera, incluidas las que están a cielo abierto.

Las estaciones esperan que los suizos, que se lanzaron a las montañas este verano, lo hagan también en invierno.

“¡Todos a la pista!”, es la consigna que la asociación de Remontes mecánicos suizos lanzó este otoño.

Ante la ausencia de clientela estadounidense y asiática, las estaciones de esquí esperan que los suizos y los europeos salven la temporada.

Y es que los turistas europeos en principio podrán ir a esquiar en Navidad a Suiza ahora que el gobierno ha retirado a la mayoría de los países europeos de su lista roja que obliga a la cuarentena. Falta saber si podrán salir de su país, como los británicos, grandes amantes de las pistas suizas, que están confinados. Debido al Covid, muchas estaciones no podrán contar con los ingresos que generan las actividades que rodean al esquí ni con las clases, que han prohibido varios cantones y que generan entre “cinco y 30 por ciento del volumen de negocio de muchas estaciones”, dice Grégory Quin, historiador del deporte de la Universidad de Lausana.

Pero los amantes de la nieve han respondido por el momento. A finales de octubre, unas 110 mil personas habían contratado el Magic Pass, el pase barato que permite esquiar en más de 30 estaciones.

“Los baby boomers adoraban el esquí. Las generaciones siguientes son menos numerosas y en parte procedentes de la inmigración por lo que no tienen cultura del esquí. Lo que hace que en las generaciones jóvenes haya menos esquiadores”, explica a la AFP Laurent Vanat, autor de un informe anual sobre el mercado mundial de esquí.

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