GB / EFE
Bangkok, 3 abr (EFE).- La ejecución mediante la lapidación ola mutilación de extremidades son castigos basados en la leyislámica o sharía que entraron hoy en vigor en el sultanato deBrunéi, entre campañas de boicot y la condena de la comunidadinternacional.
La reforma legislativa del Código penal supone consumar el giroconservador de esta nación musulmana del Sudeste Asiáticogobernada con puño de hierro por el sultán Hassanal Bolkiah,quien ejerce de máximo representante del islam en el país.
El nuevo Código Penal incluye la lapidación por delitoshomosexuales y adulterio; la mutilación de la mano o el pie porrobo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profetaMahoma y la apostasía; y la flagelación por aborto, entreotras.
La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, MichelleBachelet, señaló esta semana que la aplicación de estas leyes"supondría un serio retroceso de los derechos humanos enBrunéi".
"El nuevo Código Penal es brutal en su núcleo al imponer estosarcaicos métodos de castigo a actos que no deberían serconsiderados crímenes", declaró hoy Phil Robertson, subdirectorpara Asia de Human Rights Watch.
La oficina del primer ministro, puesto ocupado por el sultán -asus 72 años afamado por una vida opulenta y varios escándalosamorosos-, anunció el sábado la medida con un breve comunicadodonde apunta que la sharía ayudará a mantener "la paz y el orden"y tiene como objetivo "educar, respetar y proteger los derechoslegítimos de todos los individuos de cualquier raza y fe".
El sultanato, próspero gracias a sus ingentes reservas depetroleo y gas, comenzó a introducir los castigos basados en laley islámica en 2014, con una primera batería de enmiendas paralas condenas menos duras, en un plan de dos años por etapas quefue suspendido temporalmente por la campaña internacional deboicot contra el entramado de negocios bajo el patronazgo delpaís.
Matthew Woolfe, fundador de la organización The Brunei Project,señaló a Efe que los cambios en el ordenamiento penal crean miedoy ansiedad entre los habitantes, muchos de los cuales no se atrevena hablar o lo hacen bajo condición de anonimato.
Entre ellos un bruneano, quien se encuentra en proceso desolicitar asilo en Canadá y abandonó el país por miedo al futuroque les esperaba siendo transgénero.
El actor estadounidense George Clooney renovó, en una columnapublicada por el medio Deadline, el boicot contra los hoteles deBrunéi, entre ellos el Beverly Hills en Los Ángeles, PlazaAthenee en París o Eden en Roma, una medida a la que se han sumadootros famosos, políticos y colectivos en favor de los derechoshumanos.
"Cada vez que nos alojamos, reunimos o comemos en cualquiera deesos nueve hoteles, estamos dando dinero a los que eligen lapidar opegar latigazos hasta la muerte de sus propios ciudadanos por sergais o acusados de adulterio", escribió Clooney.
Aunque el actual Código Penal ya contempla la pena de muerte,Brunéi no ha realizado ninguna ejecución desde 1957.
La nueva legislación se aplicará principalmente a losciudadanos que profesen la fe musulmana, quienes representan el 70por ciento de la población del sultanato (unos 300.000 bruneanos),aunque en algunos casos también se utilizará con extranjeros ofieles de otras creencias, en su mayoría budistas ycristianos.
"Obviamente, la apostasía, que conlleva pena de muerte, solo seaplica a musulmanes. Entre los castigos más crueles, el adulterioy la sodomía entre dos hombres -penada con la lapidación- seaplicará si una o ambas de las personas son musulmanas. En caso deno ser creyente en el islam, no se aplicará", apunta a EfeWoolfe.
"Para la mutilación de extremidades en caso de robo, el castigose aplica independientemente de si la persona es musulmana o no",incide el fundador de The Brunei Project.
Los no musulmanes ya tenían prohibido desde 2014 utilizar 19palabras islámicas, incluido "Alá", y son sancionadas laimpresión, divulgación, difusión y la distribución de laspublicaciones contrarias a la enseñanza islámica.
La homosexualidad ya era ilegal en el sultanato, mientras eldelito por vestir ropa clasificada como indecentes acarrea una penade hasta 6 meses de cárcel, y el consumo del alcohol en lugarespúblicos se castiga con hasta los dos años de prisión.
Brunéi cuenta con un sistema jurídico doble que combina lostribunales civiles, basados en las leyes británicas -el sultanatofue protectorado británico hasta 1984-, y las islámicas. EFE