/ martes 29 de junio de 2021

Nuevos estudios sobre vacuna anticovid dan esperanza

Tecnología de Pfizer daría inmunidad “de por vida”; más espacio entre dosis de AstraZeneca, más efectivo

En medio de los temores por la variante Delta de Covid-19, que ha disparado los contagios en varios países y provocado el regreso de los confinamientos en otros, algunos estudios científicos publicados ayer dieron esperanzas sobre la eficacia de algunas vacunas para aumentar la respuesta inmunitaria y reducir así los casos y las muertes.

El primer estudio, publicado por la revista Nature, mostró que las vacunas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna pueden dar protección por años contra el Covid-19.

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Los investigadores encontraron que personas que superaron el contagio y que después recibieron las dos dosis de estas vacunas, las cuales usan la tecnología experimental de ARN mensajero (ARNm), ´tuvieron respuesta inmune “fuerte” y “persistente”.

El hallazgo se suma a la evidencia de que la mayoría de las personas inmunizadas con las vacunas de ARNm pueden no necesitar refuerzos, siempre que el virus y sus variantes no evolucionen más allá de sus formas actuales, según el periódico estadounidense The New York Times.

Cuando alguien se infecta con Covid-19 o se vacuna contra él, se forma un centro germinal en los ganglios linfáticos, donde maduran las llamadas células B de memoria, que reconocen los virus y los marcan para que el sistema inmune los destruya, indica el Times.

El estudio sugiere que en las personas que habían sobrevivido al Covid-19, las células inmunes que reconocen el virus permanecían en la médula ósea al menos ocho meses después de la infección, por lo que la inmunidad podría durar años, posiblemente toda la vida, en personas que fueron infectadas y luego vacunadas.

Los investigadores acotaron que esta respuesta sólo sería posible en vacunas de ARNm y no de tecnología convencional.

Las vacunas Covid usan principalmente dos estrategias para activar el sistema inmune: la de adenovirus o vector viral, la más clásica que utiliza AstraZeneca, y la nueva técnica de ARN mensajero que usan Pfizer y Moderna.

Por otra parte, otros dos estudios mostraron que inyectar una vacuna contra el Covid-19 de Pfizer/BioNTech tras otra de AstraZeneca/Oxford, y espaciar de varios meses las dos dosis de esta última mejoran sustancialmente la inmunidad.

Los estudios publicados por la Universidad de Oxford mostraron que, lejos de mermar la eficacia de la vacuna, un intervalo de hasta 45 semanas entre las dos dosis necesarias de AstraZeneca/Oxford mejora la respuesta inmunitaria al virus.

El intervalo entre las dos primeras dosis es de 45 semanas -unos diez meses-, los niveles de anticuerpos son hasta cuatro veces más altos que con un período intermedio de 12 semanas.

“Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menos suministros de vacunas, que pueden estar preocupados por los retrasos en la obtención de segundas dosis para sus poblaciones”, comentó el profesor Andrew Pollard, director del Oxford Vaccine Group, que desarrolló la vacuna junto al grupo farmacéutico anglosueco AstraZeneca.

Otro estudio de la misma universidad publicado en febrero por la prestigiosa revista científica en The Lancet ya indicaba que la eficacia de la vacuna era mayor con un intervalo de tres meses entre las dosis (81 por ciento) que con un intervalo de seis semanas (55 por ciento).

A raíz de esta nueva investigación, los científicos también descubrieron que una tercera dosis inyectada más de seis meses después de la segunda da lugar a un “aumento significativo” de los anticuerpos y provoca un “fuerte incremento” de la respuesta inmunitaria contra el covid-19, incluso contra las variantes conocidas del coronavirus.

Estos datos también respaldan la decisión de algunos países europeos que han comenzado a ofrecer alternativas a AstraZeneca como segunda inyección después de que la vacuna se vinculó a coágulos sanguíneos raros.

En medio de los temores por la variante Delta de Covid-19, que ha disparado los contagios en varios países y provocado el regreso de los confinamientos en otros, algunos estudios científicos publicados ayer dieron esperanzas sobre la eficacia de algunas vacunas para aumentar la respuesta inmunitaria y reducir así los casos y las muertes.

El primer estudio, publicado por la revista Nature, mostró que las vacunas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna pueden dar protección por años contra el Covid-19.

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Los investigadores encontraron que personas que superaron el contagio y que después recibieron las dos dosis de estas vacunas, las cuales usan la tecnología experimental de ARN mensajero (ARNm), ´tuvieron respuesta inmune “fuerte” y “persistente”.

El hallazgo se suma a la evidencia de que la mayoría de las personas inmunizadas con las vacunas de ARNm pueden no necesitar refuerzos, siempre que el virus y sus variantes no evolucionen más allá de sus formas actuales, según el periódico estadounidense The New York Times.

Cuando alguien se infecta con Covid-19 o se vacuna contra él, se forma un centro germinal en los ganglios linfáticos, donde maduran las llamadas células B de memoria, que reconocen los virus y los marcan para que el sistema inmune los destruya, indica el Times.

El estudio sugiere que en las personas que habían sobrevivido al Covid-19, las células inmunes que reconocen el virus permanecían en la médula ósea al menos ocho meses después de la infección, por lo que la inmunidad podría durar años, posiblemente toda la vida, en personas que fueron infectadas y luego vacunadas.

Los investigadores acotaron que esta respuesta sólo sería posible en vacunas de ARNm y no de tecnología convencional.

Las vacunas Covid usan principalmente dos estrategias para activar el sistema inmune: la de adenovirus o vector viral, la más clásica que utiliza AstraZeneca, y la nueva técnica de ARN mensajero que usan Pfizer y Moderna.

Por otra parte, otros dos estudios mostraron que inyectar una vacuna contra el Covid-19 de Pfizer/BioNTech tras otra de AstraZeneca/Oxford, y espaciar de varios meses las dos dosis de esta última mejoran sustancialmente la inmunidad.

Los estudios publicados por la Universidad de Oxford mostraron que, lejos de mermar la eficacia de la vacuna, un intervalo de hasta 45 semanas entre las dos dosis necesarias de AstraZeneca/Oxford mejora la respuesta inmunitaria al virus.

El intervalo entre las dos primeras dosis es de 45 semanas -unos diez meses-, los niveles de anticuerpos son hasta cuatro veces más altos que con un período intermedio de 12 semanas.

“Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menos suministros de vacunas, que pueden estar preocupados por los retrasos en la obtención de segundas dosis para sus poblaciones”, comentó el profesor Andrew Pollard, director del Oxford Vaccine Group, que desarrolló la vacuna junto al grupo farmacéutico anglosueco AstraZeneca.

Otro estudio de la misma universidad publicado en febrero por la prestigiosa revista científica en The Lancet ya indicaba que la eficacia de la vacuna era mayor con un intervalo de tres meses entre las dosis (81 por ciento) que con un intervalo de seis semanas (55 por ciento).

A raíz de esta nueva investigación, los científicos también descubrieron que una tercera dosis inyectada más de seis meses después de la segunda da lugar a un “aumento significativo” de los anticuerpos y provoca un “fuerte incremento” de la respuesta inmunitaria contra el covid-19, incluso contra las variantes conocidas del coronavirus.

Estos datos también respaldan la decisión de algunos países europeos que han comenzado a ofrecer alternativas a AstraZeneca como segunda inyección después de que la vacuna se vinculó a coágulos sanguíneos raros.

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