Estados Unidos.- Dulce o desagradable en el jardín de la Casa Blanca es uno de los rituales tradicionales del presidente de los Estados Unidos en la víspera de Halloween. Donald Trump, acompañado de la Primera Dama Melania, se encontró en las escaleras de la residencia del jefe de Estado con una fila de padres e hijos vestidos con disfraces, que esperaban su obsequio.
Esta vez, tanto los invitados como los anfitriones fueron eclipsados por una pareja joven. Una copia reducida de los cuatro Trump llegó a los altos funcionarios del país. El traje del niño era exactamente igual al del presidente: una chaqueta azul oscuro y una corbata roja, y en su cabeza llevaba una expresiva peluca amarilla que representaba un peinado tan reconocible del líder estadounidense. La niña llevaba un vestido de un solo hombro que se parecía al atuendo de Melania en el baile de inauguración de Trump en 2017. Se desconoce si al jefe de estado le gustó la atrevida sorpresa.
La reunión anual con los mimos de este año se llevó a cabo de acuerdo con el espíritu de la época, con la observancia de la distancia social y otras precauciones.
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