/ miércoles 4 de marzo de 2020

Mascarillas o gafas, los países preparan sus arsenales ante COVID-19

Al menos 500 personas hacían fila este miércoles ante un supermercado de Seúl intentando obtener el precioso equipo médico

Desde Rusia a Indonesia, los Estados intentan garantizar el suministro de mascarillas protectoras contra el coronavirus, en tanto aumentan las 'razzias', acopio e incluso robos de material médico.

Mascarillas, pero también guantes, gafas, desinfectantes y monos enteros protectores: cada país prepara su arsenal para resistir a la epidemia, mientras cunde el pánico entre los consumidores.

En Indonesia, la policía se incautó de cerca de 600.000 mascarillas en un depósito ubicado en la región de la capital Yakarta, en momentos en que el anuncio, el lunes, de los dos primeros casos de contaminación en el archipiélago provocó una demanda desenfrenada de éstas.

"Los precios de las mascarillas se disparan y ya hay escasez, probablemente porque los especuladores están tratando de ganar dinero a costa de la gente", señaló Yisri Yunus, portavoz de la policía de Yakarta.

Al menos 500 personas hacían fila este miércoles ante un supermercado de Seúl intentando obtener el precioso equipo médico que se ha vuelto escaso, al punto de que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se disculpó por la escasez.

Corea del Sur, el país más afectado por la epidemia después de China, produce 10 millones de mascarillas diarias para una población de unos 50 millones de habitantes.

El gobierno requisó la mitad de la producción para distribuirla en oficinas de correos, farmacias y una cooperativa agrícola que las vende a precio fijo, con límite de cinco unidades por persona.

El país asiático no es el único amenazado por la escasez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el martes sobre el "rápido agotamiento" de las existencias de equipos protectores. Su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a aumentar su producción en un 40%.

- Mascarillas en vez de mantas -

La OMS estima que serán necesarias 89 millones de mascarillas médicas por mes en todo el mundo, así como 76 millones de pares de guantes y 1,6 millones de lentes protectores.

El director general señaló que "la OMS ha enviado casi medio millón de equipos de protección individual a 27 países, pero las existencias se agotan rápidamente" por la "la creciente demanda, la acumulación y la mala utilización" de estos productos.

"No podremos detener la COVID-19 si no protegemos a nuestro personal médico", advirtió.

En China, donde la epidemia emergió en diciembre pasado y ha causado 2.981 muertes, la falta de equipos de protección en un comienzo provocó la contaminación de miles de médicos y enfermeras, y al menos una decena de decesos entre éstos.

El país ha reconvertido cadenas de producción de mantas, pañales e inclusive teléfonos móviles, para la fabricación de mascarillas o monos protectores.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció el martes que el Estado está requisando "todas las existencias y la producción de mascarillas protectoras" para suministrárselas al personal médico y a personas afectadas por coronavirus.

Más de 8.000 mascarillas han sido robadas en hospitales parisinos y 2.000 en Marsella.

Alemania y Rusia, por su parte, prohibieron este miércoles la exportación de material médico de protección.

Italia, que no las produce, recibirá 800.000 mascarillas desde Sudáfrica en un par de días, pero necesita al menos unos diez millones más para enfrentar a la epidemia, según Luigi D'Angelo, jefe de la Oficina de urgencias de la Protección Civil.

Los hospitales disponían de reservas, pero la expansión de la epidemia ha puesto a todo el sistema bajo presión, señaló a la AFP.

En China, un alto funcionario del ministerio de Industria indicó este miércoles que actualmente se alienta a las fábricas a producir también para la exportación, puesto que la fabricación ya supera las necesidades de Hubei (centro), el epicentro de la epidemia.

Desde Rusia a Indonesia, los Estados intentan garantizar el suministro de mascarillas protectoras contra el coronavirus, en tanto aumentan las 'razzias', acopio e incluso robos de material médico.

Mascarillas, pero también guantes, gafas, desinfectantes y monos enteros protectores: cada país prepara su arsenal para resistir a la epidemia, mientras cunde el pánico entre los consumidores.

En Indonesia, la policía se incautó de cerca de 600.000 mascarillas en un depósito ubicado en la región de la capital Yakarta, en momentos en que el anuncio, el lunes, de los dos primeros casos de contaminación en el archipiélago provocó una demanda desenfrenada de éstas.

"Los precios de las mascarillas se disparan y ya hay escasez, probablemente porque los especuladores están tratando de ganar dinero a costa de la gente", señaló Yisri Yunus, portavoz de la policía de Yakarta.

Al menos 500 personas hacían fila este miércoles ante un supermercado de Seúl intentando obtener el precioso equipo médico que se ha vuelto escaso, al punto de que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se disculpó por la escasez.

Corea del Sur, el país más afectado por la epidemia después de China, produce 10 millones de mascarillas diarias para una población de unos 50 millones de habitantes.

El gobierno requisó la mitad de la producción para distribuirla en oficinas de correos, farmacias y una cooperativa agrícola que las vende a precio fijo, con límite de cinco unidades por persona.

El país asiático no es el único amenazado por la escasez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el martes sobre el "rápido agotamiento" de las existencias de equipos protectores. Su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a aumentar su producción en un 40%.

- Mascarillas en vez de mantas -

La OMS estima que serán necesarias 89 millones de mascarillas médicas por mes en todo el mundo, así como 76 millones de pares de guantes y 1,6 millones de lentes protectores.

El director general señaló que "la OMS ha enviado casi medio millón de equipos de protección individual a 27 países, pero las existencias se agotan rápidamente" por la "la creciente demanda, la acumulación y la mala utilización" de estos productos.

"No podremos detener la COVID-19 si no protegemos a nuestro personal médico", advirtió.

En China, donde la epidemia emergió en diciembre pasado y ha causado 2.981 muertes, la falta de equipos de protección en un comienzo provocó la contaminación de miles de médicos y enfermeras, y al menos una decena de decesos entre éstos.

El país ha reconvertido cadenas de producción de mantas, pañales e inclusive teléfonos móviles, para la fabricación de mascarillas o monos protectores.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció el martes que el Estado está requisando "todas las existencias y la producción de mascarillas protectoras" para suministrárselas al personal médico y a personas afectadas por coronavirus.

Más de 8.000 mascarillas han sido robadas en hospitales parisinos y 2.000 en Marsella.

Alemania y Rusia, por su parte, prohibieron este miércoles la exportación de material médico de protección.

Italia, que no las produce, recibirá 800.000 mascarillas desde Sudáfrica en un par de días, pero necesita al menos unos diez millones más para enfrentar a la epidemia, según Luigi D'Angelo, jefe de la Oficina de urgencias de la Protección Civil.

Los hospitales disponían de reservas, pero la expansión de la epidemia ha puesto a todo el sistema bajo presión, señaló a la AFP.

En China, un alto funcionario del ministerio de Industria indicó este miércoles que actualmente se alienta a las fábricas a producir también para la exportación, puesto que la fabricación ya supera las necesidades de Hubei (centro), el epicentro de la epidemia.

Policiaca

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