Repatriación o pena de muerte, alguna de estas dos opciones será la que definirá el futuro del mexico-britanico Manuel Guerrero, detenido en Doha, capital de Qatar, arrestado por la policía presuntamente por su preferencia sexual; la defensa legal y familiares del mexicano aseguran que ha sido sometido a tortura física y psicológica, mientras espera este miercoles su primera audiencia.
Este caso de presunta detención arbitraria ha generado reacciones entre activistas de Reino Unido y México, colectivos que piden la libertad de Manuel Guerrero a quien presuntamente le “sembraron” metanfetamina, para justificar su detención.
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En México, son integrantes del Comité Manuel Guerrero quienes fortalecieron sus protestas a fin de que la Secretaría de Relaciones Exteriores intervenga a fin de conseguir la repatriación del mexicano, quien reside desde hace 7 años en el país árabe.
Ante la llegada de su primera audiencia, fechada para este miercoles 13 de marzo, integrantes de dicho comité llegaron a la Cámara de Diputados, y acompañados de los diputados Klaus Ritter, Marisol Gasé, Alfredo Femat Bañuelos, Salma Luveano, entablaron una serie de acuerdos para emprender acciones con la SRE y a la Embajada Británica en México para que Manuel recupere su libertad.
De acuerdo al pronunciamiento de Vanesa Rojas, integrante del Comité Manuel Guerrero, dicha audiencia podría derivar en la libertad o repatriación del mexicano, aunque existe el riesgo de recibir una sentencia de siete años hasta la pena de muerte, ya que Qatar se rige por la ley Islámica, que castiga las prácticas homosexuales al calificarlas inmorales.
¿De qué acusan a Manuel Guerrero?
La detención de Manuel Guerrero ocurrió el pasado 4 de febrero por la policía de Qatar, quien prácticamente le tendió una trampa, al engañarlo per medio de un perfil falso de una red social, famosa en los países árabes por ser frecuentada por hombres de la comunidad gay.
Fue a través del perfil que se le invitó a Manuel a una reunión privada, para ser detenido y también sembrarle metanfetaminas para justificar la detención.
Familiares y organizaciones civiles han mencionado que Manuel ha sido sujeto de tortura psicológica, física y se le ha privado de su medicamento para el VIH, lo que pone en riesgo su integridad. Además, acusan que pese a que el sida no es una enfermedad contagiosa, lo mantienen aislado e incomunicado.
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