/ jueves 23 de febrero de 2017

Triunfo de Donald Trump no es una casualidad ni algo excepcional

La Prensa en línea

Ciudad de México.- Pese a la “gran histeria que se hadesatado en los medios de comunicación”, el triunfo de DonaldTrump en la elección de los Estados Unidos no es una casualidad nialgo excepcional, sino parte de una crisis de gobernabilidad delneoliberalismo, afirmó el doctor Abelardo Mariña Flores, jefe delDepartamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana(UAM).

En su participación en la mesa Las relaciones México-EstadosUnidos bajo la administración de Trump, señaló que en el ámbitointernacional hay una tendencia caracterizada por el ascenso degrupos de extrema derecha con planteamientos nacionalistas,xenófobos y misóginos.

El investigador de la Unidad Azcapotzalco de la UAM afirmó queel capitalismo está mostrando contradicciones cada vez másfuertes en términos de las formas de gobernanza tradicionalesdesde la posguerra; de hecho “la gran recesión de 2007-2008 quetuvo efectos sobre el sistema capitalista mundial, es una de lascausas de la crisis de la gobernabilidad neoliberal”.

En particular, sostuvo, la crisis de deuda en el centro delcapitalismo es una cuestión no resuelta, pues “seis añosdespués continúa en Grecia”, a pesar de los costos sociales tanfuertes que ha habido en los programas de estabilización de esepaís, por lo que nuevamente está el riesgo de no pago y laposibilidad de que salga de la Unión Europea.

Mariña Flores aseveró que el resultado del “brexit” enGran Bretaña es una expresión clara de que una gran parte de lapoblación en los centros del capitalismo mundial está hasta hartodel neoliberalismo; estas manifestaciones a veces se dan por ellado de los movimientos progresistas, pero también por el delpopulismo de derecha. Por lo tanto el “brexit” es unantecedente directo del triunfo de Donald Trump.

En América Latina se vivió en la década de 2000 con una“marea roja” progresista, donde gobiernos con distintos gradosde progresismo ganaron elecciones y se propusieron metaseconómicas alternativas no basadas en la austeridad, sino en elfortalecimiento del poder de compra de los salarios y en mejorar elgasto público, sobre todo el gasto social.

La última crisis producto de la caída de precios de productosprimarios quitó una de las bases materiales de apoyo a este tipode políticas y de gobiernos y parece que esta marea roja se estárevirtiendo, como puede constatarse en los casos de Brasil yArgentina, a donde regresaron gobiernos de derecha, así como enlas “graves” dificultades por las que atraviesa Venezuela.

De acuerdo con el investigador, no es cierto que el voto enEstados Unidos se haya radicalizado hacia la derecha; eso es unafalsedad de los medios” y explicó que Hilary Clinton ganó concasi tres millones de votos, pero el Colegio electoral dio eltriunfo a Trump, “entonces la hipótesis del vuelco a la derechade la población estadounidense, es falsa”.

Trump ganó en una gran parte de distritos de clase obrera y elhecho resulta interesante para hacer un análisis sociológico,político y económico, porque es gente blanca, beneficiarios del“sueño americano” que vivía bien hasta que perdieron suempleo. Esa es la razón de su voto por Trump, pero no se trata de“un volcamiento radical a la derecha, eso es una mentira”,insistió.

El académico afirmó que habría sido más preocupante quellegara Hilary Clinton a la Casa Blanca, pues además a México y aAmérica Latina les ha ido mejor con gobiernos republicanos, ya quelos demócratas –tanto en los gobiernos de Bill Clinton como deBarak Obama– desplegaron una estrategia contrainsurgente yantiprogresista en la región, que pasó por Honduras, Paraguay,Bolivia y culminó con la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.Se trata de una nueva forma de golpe de Estado, que ni siquieranecesita la intervención directa de los militares.

Por su parte el doctor Arturo Guillén Romo, investigador delDepartamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, expresó que lallegada de Trump al gobierno estadounidense como el brexit en elReino Unido, representa el hecho de que los principales paísesmiembros del capitalismo no han logrado encontrar una salida a lacrisis económica de 2007 y las políticas que han intentado hanfracasado.

Si bien “no hay que temerle al presidente estadounidense, síhay que tomarlo muy en serio”, porque representa un cambio delfuncionamiento del capitalismo a nivel mundial, “precisamente porla incapacidad para resolver su crisis”.

El investigador opinó que el nuevo gobierno en Estados Unidosimpulsará cambios importantes en la política económica ycomercial, pero habrá también un intento por implementar“medidas fascistoides dirigidas a mantener, y si es posibleampliar, la base política que lo llevó al poder” y que halogrado en buena medida al cumplir lo que ofreció en campaña.

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https://twitter.com/laprensaoem/status/834830789128904704

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Ciudad de México.- Pese a la “gran histeria que se hadesatado en los medios de comunicación”, el triunfo de DonaldTrump en la elección de los Estados Unidos no es una casualidad nialgo excepcional, sino parte de una crisis de gobernabilidad delneoliberalismo, afirmó el doctor Abelardo Mariña Flores, jefe delDepartamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana(UAM).

En su participación en la mesa Las relaciones México-EstadosUnidos bajo la administración de Trump, señaló que en el ámbitointernacional hay una tendencia caracterizada por el ascenso degrupos de extrema derecha con planteamientos nacionalistas,xenófobos y misóginos.

El investigador de la Unidad Azcapotzalco de la UAM afirmó queel capitalismo está mostrando contradicciones cada vez másfuertes en términos de las formas de gobernanza tradicionalesdesde la posguerra; de hecho “la gran recesión de 2007-2008 quetuvo efectos sobre el sistema capitalista mundial, es una de lascausas de la crisis de la gobernabilidad neoliberal”.

En particular, sostuvo, la crisis de deuda en el centro delcapitalismo es una cuestión no resuelta, pues “seis añosdespués continúa en Grecia”, a pesar de los costos sociales tanfuertes que ha habido en los programas de estabilización de esepaís, por lo que nuevamente está el riesgo de no pago y laposibilidad de que salga de la Unión Europea.

Mariña Flores aseveró que el resultado del “brexit” enGran Bretaña es una expresión clara de que una gran parte de lapoblación en los centros del capitalismo mundial está hasta hartodel neoliberalismo; estas manifestaciones a veces se dan por ellado de los movimientos progresistas, pero también por el delpopulismo de derecha. Por lo tanto el “brexit” es unantecedente directo del triunfo de Donald Trump.

En América Latina se vivió en la década de 2000 con una“marea roja” progresista, donde gobiernos con distintos gradosde progresismo ganaron elecciones y se propusieron metaseconómicas alternativas no basadas en la austeridad, sino en elfortalecimiento del poder de compra de los salarios y en mejorar elgasto público, sobre todo el gasto social.

La última crisis producto de la caída de precios de productosprimarios quitó una de las bases materiales de apoyo a este tipode políticas y de gobiernos y parece que esta marea roja se estárevirtiendo, como puede constatarse en los casos de Brasil yArgentina, a donde regresaron gobiernos de derecha, así como enlas “graves” dificultades por las que atraviesa Venezuela.

De acuerdo con el investigador, no es cierto que el voto enEstados Unidos se haya radicalizado hacia la derecha; eso es unafalsedad de los medios” y explicó que Hilary Clinton ganó concasi tres millones de votos, pero el Colegio electoral dio eltriunfo a Trump, “entonces la hipótesis del vuelco a la derechade la población estadounidense, es falsa”.

Trump ganó en una gran parte de distritos de clase obrera y elhecho resulta interesante para hacer un análisis sociológico,político y económico, porque es gente blanca, beneficiarios del“sueño americano” que vivía bien hasta que perdieron suempleo. Esa es la razón de su voto por Trump, pero no se trata de“un volcamiento radical a la derecha, eso es una mentira”,insistió.

El académico afirmó que habría sido más preocupante quellegara Hilary Clinton a la Casa Blanca, pues además a México y aAmérica Latina les ha ido mejor con gobiernos republicanos, ya quelos demócratas –tanto en los gobiernos de Bill Clinton como deBarak Obama– desplegaron una estrategia contrainsurgente yantiprogresista en la región, que pasó por Honduras, Paraguay,Bolivia y culminó con la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.Se trata de una nueva forma de golpe de Estado, que ni siquieranecesita la intervención directa de los militares.

Por su parte el doctor Arturo Guillén Romo, investigador delDepartamento de Economía de la Unidad Iztapalapa, expresó que lallegada de Trump al gobierno estadounidense como el brexit en elReino Unido, representa el hecho de que los principales paísesmiembros del capitalismo no han logrado encontrar una salida a lacrisis económica de 2007 y las políticas que han intentado hanfracasado.

Si bien “no hay que temerle al presidente estadounidense, síhay que tomarlo muy en serio”, porque representa un cambio delfuncionamiento del capitalismo a nivel mundial, “precisamente porla incapacidad para resolver su crisis”.

El investigador opinó que el nuevo gobierno en Estados Unidosimpulsará cambios importantes en la política económica ycomercial, pero habrá también un intento por implementar“medidas fascistoides dirigidas a mantener, y si es posibleampliar, la base política que lo llevó al poder” y que halogrado en buena medida al cumplir lo que ofreció en campaña.

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