/ lunes 27 de enero de 2020

Tradición del Niño Dios en la capital mexicana, más viva que nunca

A pocos días que se festeje en nuestro país, el 2 de febrero, Día de la Candelaria; miles de personas acuden a diario a la calle Talavera y Roldán a la "Romería del Niños Dios".

La tradición del vestir al Niño Dios continúa viva entre muchos mexicanos. A pocos días que se festeje en nuestro país, el 2 de febrero, Día de la Candelaria; miles de personas acuden a diario a la calle Talavera y Roldán a la "Romería del Niños Dios"", así como en la Plaza Atarazanas (calle Roldán, esquina Manzanares, a comprar la ropa de las imágenes de santos o arcángeles que más le tienen fe y amor.

A la fecha, está de moda El Niño de la salud, El Niño de la Luz, el de la Abundancia; San Judas Tadeo, San Charbel, Juan Diego, El Niño del Trabajo, el Sagrado Corazón; otros con atuendos tipo árabe como el Divino Maestro, Rey del Universo, Niño del Perdón, El Niño de Belén, Protector, de Pasión, Rey de Reyes, el Divino Maestro, el Rey del Universo aunque en los últimos 13 años se ha puesto de moda los arcángeles como Gabriel, Miguel, Jofiel, Chamuel.

Esta en usanza popular, no sólo es una creencia de los católicos, también da de comer a muchas familias de artesanos de la Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Estado de México. Ellos comercializan imágenes del Niño Dios, elaborados de yeso, cerámica, cartón, resinas y madera, así́ como sus respectivos vestuarios y accesorios.

Además, en esta tradición laboran muchos artesanos, desde las costureras y diseñadores, los que realizan accesorios como huaraches, zapatos, cuneros, corazones, palomas; como los resanadores y reparadores de niños, que con sus ágiles manos hacen verdaderas obras de arte, con niños que llegan hechos añicos o en mil pedazos.

Así como los artesanos que hacen los niños Dios en distintos tamaños y formas y colores.Margarita Rodríguez, originaria del Estado de México, quien tiene más de 35 años fabricando imágenes religiosas en bulto de resina platicó que desde su punto de vista, la tradición sigue muy viva y a ella le sorprende que los niños conozcan los nombres de los Niños Dios como, El Niño de la Suerte, la divina Infantita que vino de Italia, El Niño Tradicional, El Niño Apiñonado; El Niño de Belén, el que venera el Papa; El Niño Clásico, El Niño de Colombia, El Niño Doctorcito.

Comerciantes entrevistados por este diario platicaron que cada año fabrican a mano miles de niños de distintos tamaños y ahí los conocen por número, desde el 8 al 80.Por ejemplo, la imagen en bulto del niño clásico, número 25 cuesta 230 pesos. El Niño de la Suerte del número 35 cuesta 300 pesos; la divinita del número 25 cuesta 250. El más grande cuesta 450 pesos.

Ángel Pérez quien trabaja en uno de los puestos colocados en Roldán, nos comentó que tiene mucha demanda El Niño de las rosas del Tepeyac, El Niño del Ropón, El Niño de Praga. El Ángel del Buen Camino, Cautivo, Ángel Guardián, El Niño de la Virtud, Divina Infantita. El Ángel de La Paz Mundial, Niño de la Virtud, Niño Protector, el Santo Papa, San Charbel, Ángel de la Creación, Ángel del Universo, del Corazón.

Explicó que los precios de la ropa varían mucho por la competencia que hay, para una imagen pequeña se puede encontrar entre 150 y 170 pesos. Los precios se mantienen en toda la temporada. Y es más grande el atuendo puede costar 220 pesos.

La talla más grande es la número 50; por ejemplo para El Niño de la Salud se utiliza raso de seda, con tergal de color con hilo metálico importado.

Muchos de los trajes son hechos a mano, y se fabrica en México. Sus diseños los compran personas que vienen de Puebla, Veracruz, Morelos, Guerrero y Querétaro para revender.

Mucha gente lleva la ropa y otras traen a sus hijos y ahí se los visten con la compra del vestido Esa plaza trabaja de 8 de la mañana a 8 de la noche. El mercado de la Romería del Niño Dios se instala del 2 de enero al 2 de febrero, informó Armando, un artesano que repara Niños Dios.

A sus manos llegan niños hechos añicos, pero la gente los lleva a reparar por el cariño y devoción que le tiene a sus niños. "Nos han traído niños a reparar que tienen más de 60 años. Para arreglar los niños se tardan entre 20 y 30 minutos. Pegan sus piezas, los detallan, luego pasa a pintura, a decoración de su carita y pestañas... y está listo, agrega don

Armando, originario de Iztapapala, quien tiene más 10 años reparado figuras religiosas, pero su familia lleva varias generaciones haciendo esta actividad artesanal.

Dijo que luego hay muchos niños que no se quieren ir del puesto, "ya los tenemos arreglados, se los vamos a pasar a sus dueños y se rompe el bracito, y se tiene que volver a pintar o bien le pasa al pintor, por lo que se les habla con mucho cariño para que se dejan reparar y se vayan su hogar.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem


La tradición del vestir al Niño Dios continúa viva entre muchos mexicanos. A pocos días que se festeje en nuestro país, el 2 de febrero, Día de la Candelaria; miles de personas acuden a diario a la calle Talavera y Roldán a la "Romería del Niños Dios"", así como en la Plaza Atarazanas (calle Roldán, esquina Manzanares, a comprar la ropa de las imágenes de santos o arcángeles que más le tienen fe y amor.

A la fecha, está de moda El Niño de la salud, El Niño de la Luz, el de la Abundancia; San Judas Tadeo, San Charbel, Juan Diego, El Niño del Trabajo, el Sagrado Corazón; otros con atuendos tipo árabe como el Divino Maestro, Rey del Universo, Niño del Perdón, El Niño de Belén, Protector, de Pasión, Rey de Reyes, el Divino Maestro, el Rey del Universo aunque en los últimos 13 años se ha puesto de moda los arcángeles como Gabriel, Miguel, Jofiel, Chamuel.

Esta en usanza popular, no sólo es una creencia de los católicos, también da de comer a muchas familias de artesanos de la Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y Estado de México. Ellos comercializan imágenes del Niño Dios, elaborados de yeso, cerámica, cartón, resinas y madera, así́ como sus respectivos vestuarios y accesorios.

Además, en esta tradición laboran muchos artesanos, desde las costureras y diseñadores, los que realizan accesorios como huaraches, zapatos, cuneros, corazones, palomas; como los resanadores y reparadores de niños, que con sus ágiles manos hacen verdaderas obras de arte, con niños que llegan hechos añicos o en mil pedazos.

Así como los artesanos que hacen los niños Dios en distintos tamaños y formas y colores.Margarita Rodríguez, originaria del Estado de México, quien tiene más de 35 años fabricando imágenes religiosas en bulto de resina platicó que desde su punto de vista, la tradición sigue muy viva y a ella le sorprende que los niños conozcan los nombres de los Niños Dios como, El Niño de la Suerte, la divina Infantita que vino de Italia, El Niño Tradicional, El Niño Apiñonado; El Niño de Belén, el que venera el Papa; El Niño Clásico, El Niño de Colombia, El Niño Doctorcito.

Comerciantes entrevistados por este diario platicaron que cada año fabrican a mano miles de niños de distintos tamaños y ahí los conocen por número, desde el 8 al 80.Por ejemplo, la imagen en bulto del niño clásico, número 25 cuesta 230 pesos. El Niño de la Suerte del número 35 cuesta 300 pesos; la divinita del número 25 cuesta 250. El más grande cuesta 450 pesos.

Ángel Pérez quien trabaja en uno de los puestos colocados en Roldán, nos comentó que tiene mucha demanda El Niño de las rosas del Tepeyac, El Niño del Ropón, El Niño de Praga. El Ángel del Buen Camino, Cautivo, Ángel Guardián, El Niño de la Virtud, Divina Infantita. El Ángel de La Paz Mundial, Niño de la Virtud, Niño Protector, el Santo Papa, San Charbel, Ángel de la Creación, Ángel del Universo, del Corazón.

Explicó que los precios de la ropa varían mucho por la competencia que hay, para una imagen pequeña se puede encontrar entre 150 y 170 pesos. Los precios se mantienen en toda la temporada. Y es más grande el atuendo puede costar 220 pesos.

La talla más grande es la número 50; por ejemplo para El Niño de la Salud se utiliza raso de seda, con tergal de color con hilo metálico importado.

Muchos de los trajes son hechos a mano, y se fabrica en México. Sus diseños los compran personas que vienen de Puebla, Veracruz, Morelos, Guerrero y Querétaro para revender.

Mucha gente lleva la ropa y otras traen a sus hijos y ahí se los visten con la compra del vestido Esa plaza trabaja de 8 de la mañana a 8 de la noche. El mercado de la Romería del Niño Dios se instala del 2 de enero al 2 de febrero, informó Armando, un artesano que repara Niños Dios.

A sus manos llegan niños hechos añicos, pero la gente los lleva a reparar por el cariño y devoción que le tiene a sus niños. "Nos han traído niños a reparar que tienen más de 60 años. Para arreglar los niños se tardan entre 20 y 30 minutos. Pegan sus piezas, los detallan, luego pasa a pintura, a decoración de su carita y pestañas... y está listo, agrega don

Armando, originario de Iztapapala, quien tiene más 10 años reparado figuras religiosas, pero su familia lleva varias generaciones haciendo esta actividad artesanal.

Dijo que luego hay muchos niños que no se quieren ir del puesto, "ya los tenemos arreglados, se los vamos a pasar a sus dueños y se rompe el bracito, y se tiene que volver a pintar o bien le pasa al pintor, por lo que se les habla con mucho cariño para que se dejan reparar y se vayan su hogar.

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