El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), consideró que en México se vive un desastre, ya que el sistema de salud se encuentra plenamente superado, y frente a la evolución de la pandemia, la “nueva normalidad” y la reapertura de las actividades económicas y sociales es preocupante la subestimación de los hechos con la que está actuando el gobierno federal y los grandes riesgos que dicha conducta implica.
La Subestimación de la crisis sanitaria que se ha tenido que prolongar más allá de las previsiones oficiales y subestimación de la crisis económica, que amenaza en convertirse en una profunda recesión o, inclusive, en una grave depresión.
Por ello advirtió que los trabajadores de la UNAM regresarán cuando sea seguro, con un retorno seguro, ordenado, escalonado, ya que la salud y la vida es lo primero.
“Los trabajadores tomamos la palabra para decir: no habrá un retorno seguro sin pruebas de diagnóstico masivas confiables y gratuitas”.
La organización sindical externó su solidaridad total con los trabajadores de la salud y exigimos se les proporcione la información y capacitación apropiada; se les dote con equipos de protección personal suficientes; se establezcan horarios que les permitan descansar y recuperarse; que puedan acceder a productos higiénicos como jabón, alcohol y desinfectantes, cubrebocas, caretas protectoras y contar con un lugar de trabajo que reúnan las condiciones de higiene y seguridad.
Al mismo tiempo que demandó garantizar la seguridad e integridad del personal médico y de enfermería, se les debe reconocer el derecho de los trabajadores a optar por no trabajar, cuando su salud y seguridad puedan estar en riesgo o cuando los trabajadores o sus familias tengan problemas de salud crónicos, que podrían verse agravados por el virus.
En un desplegado, el sindicato remarcó “no estamos frente a una epidemia pasajera, nos encontramos en medio de una pandemia sin respuestas en el corto plazo”.
En su opinión, es necesario recurrir al Fondo de Desastres para poner los recursos necesarios y suficientes al servicio de la atención de la pandemia.
Durante los meses que ha durado y seguirá durando la pandemia, los trabajadores de la salud no han contado con el equipamiento y protección para sus actividades, ni con las prestaciones que los apoyen cuando están poniendo en grave riesgo sus vidas. No es posible que el gobierno los condene a trabajar en esas condiciones.
Frente al retorno a las actividades laborales, el gobierno sigue insistiendo que no son necesarias las pruebas masivas. Ese es un enfoque equivocado.
Para dar seguimiento estadístico a la pandemia se podía actuar con muestras representativas, pero cuando se trata del diseño estratégico del regreso al trabajo, lo que importa es la seguridad de todos y cada uno, de manera que no se creen falsas expectativas.
El secretario general Agustín Rodríguez Fuentes, aseguró que no se pueden inferir o suponer los contagios, sino que se deben tener certezas en el diagnóstico, puesto que se trata de la vida de las personas. La seguridad y salud en centros de trabajo libres de violencia y acoso, es una de las claves para la reactivación productiva con trabajo digno.
No habrá “nueva normalidad” sin protocolos robustos y sostenidos con las medidas materiales necesarias de equipamiento y capacitación. De lo que se trata es de sentar las condiciones para una salida lo más segura posible del confinamiento y proteger la salud física y mental de todos los trabajadores. No se trata de comer ansias para retornar a las labores, los riesgos de contagio continúan latentes, si se precipita el retorno nos arriesgamos a una segunda ola de contagios. La incertidumbre exige cautela.
La lucha contra la pandemia y por la reconstrucción de la economía y de la sociedad mexicana no puede ser sólo del gobierno. Se requiere de la participación plural y democrática de toda la sociedad.
(EGS)
