/ lunes 22 de junio de 2020

Después de Covid-19, ¿qué sigue para México?

El mayor riesgo que advierten es la polarización nacional que no permite crear los canales de interlocución entre los diversos sectores y el presidente

México requiere dejar atrás la polarización e impulsar un plan serio para fomentar el crecimiento económico, no sólo a partir de subsidios a los más pobres, a los que hay que seguir respaldando. Después de Covid-19 lo urgente será atender en los próximos meses la pobreza, de lo contrario en el corto plazo habrá un agravamiento de la inseguridad, violencia e informalidad que podrían dar paso a una crisis social, coinciden rectores, académicos y actores de la sociedad civil.

El mayor riesgo que advierten es la polarización nacional que no permite crear los canales de interlocución entre los diversos sectores y el presidente. Ello puede generar un mayor enfrentamiento social en medio de la crisis del sistema de salud, la economía y el desempleo.

A ello se suma el calendario electoral que o bien puede agitar aún más al país o ser la válvula de escape a la polarización social.

Las elecciones “se presentan como una oportunidad, un canal para despresurizar la tensión… de los ánimos caldeados, para manifestar el enojo, el reclamo y canalizarlos a través del voto”, afirma Jacqueline Peschard Mariscal, politóloga de la UNAM y ex comisionada del Instituto Federal Electoral.

En todo este contexto nacional “hay una responsabilidad muy fuerte del titular del Ejecutivo, pero el Estado no es él. En política todos los espacios que no se ocupan, alguien los ocupa, y acá los ha ocupado el propio López Obrador”.

Consultados por separado por El Sol de México para reflexionar Después de Covid ¿Qué sigue para México? El rector de la UNAM, Enrique Graue asegura que es momento de “poner lo mejor de nuestras capacidades y esfuerzos para transformar inercias innecesarias, muchas de las cuales tienen no sólo costos económicos sino sociales, permitiendo también pensar en nuevas alternativas para la solución de viejos problemas que siguen presentes”.

“Lo que sigue para México y para su Universidad es mantener el esfuerzo por entender la realidad actual, las amenazas que representa y, a partir de ahí, tomar las medidas para crear un futuro justo y equitativo, más racional, consciente y sensible al futuro que ya nos alcanzó”.

Para el rector lo que sigue es “identificar esas oportunidades y buscar las mejores herramientas para seguir adelante como personas y como sociedad, en un contexto que ya es de suyo distinto y que difícilmente volverá a ser igual al anterior”. Para ello considera que existe la capacidad individual y social de reinventarnos.

Sergio López Ayllón, director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dice que México necesita con “urgencia un sistema de seguridad social universal” que incluya acceso a servicios de salud, guarderías, pensión y seguro de desempleo. “Esta es la única manera de reducir las brechas de desigualdad y romper con el problema del sector formal e informal".

Ello se va a lograr con “una verdadera y profunda reforma que inicie con el componente tributario y genere una recaudación acorde con las necesidades del país. La misma debe reducir los costos de transacción asociados al pago de impuestos y la evasión. Además de la reestructura del ISR y el IVA. Necesitamos rediseñar el mecanismo de coordinación fiscal y transferir facultades recaudatorias a los estados”, propone.

Desde la Universidad de Las Américas Puebla, el rector Luis Ernesto Derbez Bautista, aseguró que México requerirá reconstruir en lo inmediato su sistema de salud, el de educación y el de ciencia.

La crisis por la presencia de Covid-19 mostró lo “débiles de las estructuras de salud en el sector público”, y en adelante es necesario “tener un programa de cómo se va a robustecer el sistema de salud en los próximos diez años”.

Lo mismo plantea para el sector educativo, la ciencia y la tecnología, en donde considera que si las autoridades educativas planean un programa remedial al inicio del próximo ciclo escolar significa que la alternativa educativa que impulsaron no funcionó. Mientras que un tercer rubro se requerirá la inmediata atención a la pobreza que calcula podría crecer hasta 25 por ciento y llevar a miles a condiciones de hambruna.

“Se requiere un plan serio, en los próximos 18 meses para atender ese crecimiento de pobreza y no es a través del subsidio o la transferencia” y en caso de que no lo haga el gobierno lo debe hacer la sociedad civil organizada.

Propone impulsar acuerdos entre el sector público y privado, una sociedad civil más activa y organizada, que se deje de usar la polarización como estrategia. Pareciera que lo que prevalece hoy es “el acuerdo nacional de cómo nos peleamos, nos polarizamos. Como muestro tus errores y cómo muestras los míos. No cómo buscamos soluciones juntos”.

Javier Oliva Posada, experto de la UNAM en temas de seguridad nacional, advierte que el mayor riesgo una vez que pase la primera ola de Covid-19 es atender el tema económico y la “acusada actitud de improvisación” que existe en muchas áreas de gobierno, no sólo en el sector salud para atender la pandemia, sino que ello es el signo de lo que ocurre en otras áreas como la seguridad.

Al igual que Derbez y Jaqueline Peschard, la preocupación de Oliva Posada se centra en la próxima crisis económica que acentuará la recesión en la que estaba el país, el crecimiento del desempleo, la informalidad, los indicadores criminales y violencia como los feminicidios, la extorsión, los homicidios, eso “nos colocan en un escenario muy difícil”.

Considera que las actividades delictivas pueden tener un repunte, pero lo que sí va a aumentar es la economía informal. Esta última entendida como el último eslabón de la actividad delictiva como el robo de autotransporte y otros delitos asociados.

“Más que una crisis nos podemos acercar, sin no hay una corrección de rumbo, a situaciones verdaderamente críticas en áreas que en su conjunto sí podría cuestionar de base el funcionamiento del sistema social. Las crisis económicas son cíclicas, son previsibles y hay forma de contenerlas, pero una crisis social esa sólo hay una”.

En opinión de Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, el gobierno de López Obrador no sabe construir estrategias de combate a la violencia, de activación de la economía o de salud pública. Tampoco sabe cómo se elabora una política pública que respalde una posible estrategia.

Explica que la tarea del tomador de decisiones en materia de política pública está en saber priorizar entre las necesidades de una sociedad, la cantidad de recursos económicos disponibles y el marco internacional para alcanzar resultados. Sólo que “lo que estamos viendo y viviendo es el pensamiento mágico y la improvisación que dominan la toma de decisiones del gobierno”.

Para la politóloga Jacqueline Peschard, académica de la UNAM, lo “urgente” después de Covid-19 será plantear “una mirada a mediano plazo. No puede ser que todo lo estemos resolviendo de hoy para mañana”. Y propone diseñar una estrategia, no a 10 años sino planear lo que ocurrirá a 4 o 5 años. “Un horizonte de construcción de lo que viene y no sólo estar tapando huecos o reaccionando para que la gente que no tiene recursos use sus afores”.

Es necesario “abrir canales, la interlocución, el intercambio y no mayor confrontación. Esa ya existe por la alta polarización”.

Para la estudiosa es preocupante ver a un Congreso “prácticamente mudo. Un convidado de piedra en todo este tiempo, con iniciativas que sólo son eco de lo que dice el presidente López Obrador”.

Considera que los reclamos que han surgido con las marchas y las protestas en las giras del presidente son porque no está escuchando. “No oye a sus propias bases. Él interpreta lo que dicen las bases”. Si el gobierno sigue por esa estrategia de sólo reaccionar a todos esos problemas “es poco esperanzador” lo que nos espera.

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México requiere dejar atrás la polarización e impulsar un plan serio para fomentar el crecimiento económico, no sólo a partir de subsidios a los más pobres, a los que hay que seguir respaldando. Después de Covid-19 lo urgente será atender en los próximos meses la pobreza, de lo contrario en el corto plazo habrá un agravamiento de la inseguridad, violencia e informalidad que podrían dar paso a una crisis social, coinciden rectores, académicos y actores de la sociedad civil.

El mayor riesgo que advierten es la polarización nacional que no permite crear los canales de interlocución entre los diversos sectores y el presidente. Ello puede generar un mayor enfrentamiento social en medio de la crisis del sistema de salud, la economía y el desempleo.

A ello se suma el calendario electoral que o bien puede agitar aún más al país o ser la válvula de escape a la polarización social.

Las elecciones “se presentan como una oportunidad, un canal para despresurizar la tensión… de los ánimos caldeados, para manifestar el enojo, el reclamo y canalizarlos a través del voto”, afirma Jacqueline Peschard Mariscal, politóloga de la UNAM y ex comisionada del Instituto Federal Electoral.

En todo este contexto nacional “hay una responsabilidad muy fuerte del titular del Ejecutivo, pero el Estado no es él. En política todos los espacios que no se ocupan, alguien los ocupa, y acá los ha ocupado el propio López Obrador”.

Consultados por separado por El Sol de México para reflexionar Después de Covid ¿Qué sigue para México? El rector de la UNAM, Enrique Graue asegura que es momento de “poner lo mejor de nuestras capacidades y esfuerzos para transformar inercias innecesarias, muchas de las cuales tienen no sólo costos económicos sino sociales, permitiendo también pensar en nuevas alternativas para la solución de viejos problemas que siguen presentes”.

“Lo que sigue para México y para su Universidad es mantener el esfuerzo por entender la realidad actual, las amenazas que representa y, a partir de ahí, tomar las medidas para crear un futuro justo y equitativo, más racional, consciente y sensible al futuro que ya nos alcanzó”.

Para el rector lo que sigue es “identificar esas oportunidades y buscar las mejores herramientas para seguir adelante como personas y como sociedad, en un contexto que ya es de suyo distinto y que difícilmente volverá a ser igual al anterior”. Para ello considera que existe la capacidad individual y social de reinventarnos.

Sergio López Ayllón, director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dice que México necesita con “urgencia un sistema de seguridad social universal” que incluya acceso a servicios de salud, guarderías, pensión y seguro de desempleo. “Esta es la única manera de reducir las brechas de desigualdad y romper con el problema del sector formal e informal".

Ello se va a lograr con “una verdadera y profunda reforma que inicie con el componente tributario y genere una recaudación acorde con las necesidades del país. La misma debe reducir los costos de transacción asociados al pago de impuestos y la evasión. Además de la reestructura del ISR y el IVA. Necesitamos rediseñar el mecanismo de coordinación fiscal y transferir facultades recaudatorias a los estados”, propone.

Desde la Universidad de Las Américas Puebla, el rector Luis Ernesto Derbez Bautista, aseguró que México requerirá reconstruir en lo inmediato su sistema de salud, el de educación y el de ciencia.

La crisis por la presencia de Covid-19 mostró lo “débiles de las estructuras de salud en el sector público”, y en adelante es necesario “tener un programa de cómo se va a robustecer el sistema de salud en los próximos diez años”.

Lo mismo plantea para el sector educativo, la ciencia y la tecnología, en donde considera que si las autoridades educativas planean un programa remedial al inicio del próximo ciclo escolar significa que la alternativa educativa que impulsaron no funcionó. Mientras que un tercer rubro se requerirá la inmediata atención a la pobreza que calcula podría crecer hasta 25 por ciento y llevar a miles a condiciones de hambruna.

“Se requiere un plan serio, en los próximos 18 meses para atender ese crecimiento de pobreza y no es a través del subsidio o la transferencia” y en caso de que no lo haga el gobierno lo debe hacer la sociedad civil organizada.

Propone impulsar acuerdos entre el sector público y privado, una sociedad civil más activa y organizada, que se deje de usar la polarización como estrategia. Pareciera que lo que prevalece hoy es “el acuerdo nacional de cómo nos peleamos, nos polarizamos. Como muestro tus errores y cómo muestras los míos. No cómo buscamos soluciones juntos”.

Javier Oliva Posada, experto de la UNAM en temas de seguridad nacional, advierte que el mayor riesgo una vez que pase la primera ola de Covid-19 es atender el tema económico y la “acusada actitud de improvisación” que existe en muchas áreas de gobierno, no sólo en el sector salud para atender la pandemia, sino que ello es el signo de lo que ocurre en otras áreas como la seguridad.

Al igual que Derbez y Jaqueline Peschard, la preocupación de Oliva Posada se centra en la próxima crisis económica que acentuará la recesión en la que estaba el país, el crecimiento del desempleo, la informalidad, los indicadores criminales y violencia como los feminicidios, la extorsión, los homicidios, eso “nos colocan en un escenario muy difícil”.

Considera que las actividades delictivas pueden tener un repunte, pero lo que sí va a aumentar es la economía informal. Esta última entendida como el último eslabón de la actividad delictiva como el robo de autotransporte y otros delitos asociados.

“Más que una crisis nos podemos acercar, sin no hay una corrección de rumbo, a situaciones verdaderamente críticas en áreas que en su conjunto sí podría cuestionar de base el funcionamiento del sistema social. Las crisis económicas son cíclicas, son previsibles y hay forma de contenerlas, pero una crisis social esa sólo hay una”.

En opinión de Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, el gobierno de López Obrador no sabe construir estrategias de combate a la violencia, de activación de la economía o de salud pública. Tampoco sabe cómo se elabora una política pública que respalde una posible estrategia.

Explica que la tarea del tomador de decisiones en materia de política pública está en saber priorizar entre las necesidades de una sociedad, la cantidad de recursos económicos disponibles y el marco internacional para alcanzar resultados. Sólo que “lo que estamos viendo y viviendo es el pensamiento mágico y la improvisación que dominan la toma de decisiones del gobierno”.

Para la politóloga Jacqueline Peschard, académica de la UNAM, lo “urgente” después de Covid-19 será plantear “una mirada a mediano plazo. No puede ser que todo lo estemos resolviendo de hoy para mañana”. Y propone diseñar una estrategia, no a 10 años sino planear lo que ocurrirá a 4 o 5 años. “Un horizonte de construcción de lo que viene y no sólo estar tapando huecos o reaccionando para que la gente que no tiene recursos use sus afores”.

Es necesario “abrir canales, la interlocución, el intercambio y no mayor confrontación. Esa ya existe por la alta polarización”.

Para la estudiosa es preocupante ver a un Congreso “prácticamente mudo. Un convidado de piedra en todo este tiempo, con iniciativas que sólo son eco de lo que dice el presidente López Obrador”.

Considera que los reclamos que han surgido con las marchas y las protestas en las giras del presidente son porque no está escuchando. “No oye a sus propias bases. Él interpreta lo que dicen las bases”. Si el gobierno sigue por esa estrategia de sólo reaccionar a todos esos problemas “es poco esperanzador” lo que nos espera.

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