/ miércoles 22 de septiembre de 2021

Olimpia Coral: Facebook es cómplice de la violencia digital

La activista feminista e impulsora de la ley que lleva su nombre, está en la lista de las 100 personas más influyentes de la revista TIME

Después de haber sido reconocida e ingresar a la lista de la revista TIME como la única mexicana que alcanza la designación de líder mundial en 2021 Olimpia sueña estar un día frente a Mark Zuckerberg y decirle: “Mark querido y de mi alma si tú no permitieras que tu algoritmo en Facebook subiera imágenes de nuestros cuerpos desnudos sin consentimiento salvarías muchas vidas y yo te puedo ayudar”.

➡️ En defensa del valor del periodismo digital

La joven que ha encabezado manifestaciones y movilizaciones en México para impulsar reformas legales para hacer visible la violencia digital asegura que la ley Olimpia es más allá de un conjunto de reformas, un cambio legislativo, es una causa que ayuda a cambiar el lenguaje, no hablar más de porno venganza y empezar a hablar de violencia digital como primera justicia y no que las víctimas son provocadoras de la violencia.

Duda que un día lo pueda lograr, pero es un sueño para iniciar un cambio radical. “Ojalá las empresas mundiales, las empresas sociodigitales, los dueños como Mark permitan que eso que no está regulado podamos regularlo, yo les ayudo”.

Así se iniciaría un cambio radical y “ver a internet más igualitaria y justa, donde podamos habitar las mujeres sin tener miedo, a que sus algoritmos jueguen con nuestras dignidades y a que sus algoritmos secuestren nuestra sexualidad”.

Lo que se observa es la “coparticipación y a veces la complicidad que tienen las empresas sociodigitales, no dan información, se tardan mucho tiempo en darla. No sé si sea por omisión, acción, dolo o por culpa, pero en muchos casos donde no están identificados plenamente los agresores para las víctimas y es un perfil anónimo en Facebook e Instagram han tardado hasta seis o nueve meses en brindar información a las instituciones. No es solo un trabajo del ministerio público, de las fiscalías, de la administración pública”.

En entrevista con El Sol de México Olimpia Coral Melo Cruz (1995) asegura que ahora la lucha feminista sigue en América Latina, en Argentina y Ecuador.

“Si mi nombre y cara en la revista TIME, si la visibilidad mundial sirve a otras mujeres qué bueno, será importante porque sé qué se siente que no te nombren, que te minimicen, desprestigien y sé qué se siente que en tú pequeño mundo, como Huachinango, Puebla, hablen de ti, te traten como si fueras una basura, una criminal injustamente”.

Foto: Roberto Hernández

➡️ Entendiendo el proceso penal en una era de violencia digital

Hoy después de tres meses de aprobada en el Congreso la Ley Olimpia voltea a aquel mundo que ultrajó su intimidad al difundir un video que grabó junto a su pareja de forma consensuada y se difundió en redes sociales en 2008, señala: “les dije que no teníamos la culpa, que nuestras vaginas no eran un fin, que nuestros cuerpos no eran para su placer sexual, que teníamos derecho a la intimidad y teníamos razón”.

A pesar de lo que ha logrado la joven dice que en su caso quisiera la pena máxima para su agresor, “por más que me pagaran para reparar el daño y meter a mi agresor a la cárcel yo sigo sintiendo miedo”, es al final un punto de partida para cambiar lo que haya que cambiar.

Ese video es como un tatuaje que en la piel. Es algo que nunca te puedes quitar. No puedes aplicar la Lupillo Rivera (borrarlo), es algo con lo que te presentas, asumes y se vuelve parte de ti. Cuando le quitas ese estigma no soy solo mi vagina, mis bubis, mis lonjas, sino en lo que significo realmente. No significo un video sexual, yo no soy una gordibuena, eso que dijeron”.

Olimpia asegura que lo ocurrido en aquel año "es como un tipo de cáncer: vas a terapias, a lugares de contención, estoy con mis compañeras y me hacen sentir que no estoy sola. A lo mejor vas al doctor extirpan el tumor cancerígeno, pero siempre tienen miedo a que regrese la célula, a joder tu vida, pero a diferencia de esa Olimpia de ayer en la de hoy puedo defenderme”.

➡️ Hay un ciberataque cada 39 segundos; mujeres y niñas son las más afectadas

Ella misma se define como mexicana, huauchinanguense, poblana, serrana, hija de Josefina, nieta de Teresa, bisnieta de Olimpia y tataranieta de Hermila, hermana de Abigail y hermana de muchas más en el movimiento.

Soy feminista, defensora de espacios libres de violencia, soy una mujer humana que siente, que llora, que ve al mundo con una mayor esperanza que la mujer que había hace algunos años y está entendiendo que la salud mental, la vida, la paz y la felicidad son cosas que hay luchar que alcanzar, aspiro a que podamos lograrlo”.

El miércoles 15 de septiembre, justo en el Día de la conmemoración de la Independencia de México Olimpia Coral Melo camina por Tlatelolco, en la Ciudad de México, al lado de su perro, suena el teléfono y escucha a su mamá decirle que la revista TIME la ha colocado al lado de cien figuras mundiales. En un principio ella cree que es solo en México, le explica y está sorprendida.

Cuelga, se emociona y a su mente llega la imagen de un meme argentino y retumba la frase en su cerebro: “Mirá, mirá… de quién te burlaste, mirá”.

Se ve levantar el puño izquierdo envuelto en pañuelo morado, al igual que lo hizo en Puebla, en la Ciudad de México y en el Congreso de la Unión para impulsar una reforma que defiende el derecho de las mujeres a su intimidad.

“Fue increíble porque al principio no lo alcancé a dimensionar la magnitud del impacto y más allá del reconocimiento y la vanagloria me siento honrada y contenta”, la causa de estos años se escucha en diversos idiomas, en diferentes países, a fin de que nuestros cuerpos no son objetos sexuales, sino que somos sujetas de derechos en los espacios digitales.

➡️ El ciberacoso, un victimario silencioso

Desde esa posición, Olimpia Coral Melo lo ve como otra oportunidad para elevar la lucha colectiva, “decirle al mundo que cuando las mujeres nos organizamos desde el territorio logramos cambiar las cosas y de hacer política”.

Foto: Roberto Hernández

Se trata de “empoderar la lucha colectiva y que es más allá de la ley, de mi cara y de mi nombre, reivindica el anónimo de las historias de las mujeres”.

Afirma que un día tuvo miedo de llamarse Olimpia, que la vieran pública, la señalaran y fuera blanco del escrutinio público para mal, blanco de misoginia y críticas a su cuerpo desnudo. “Ojalá sea el momento para generar conciencia porque no somos cuerpos, no somos hoyos, no solo gestantes, no objetos, somos sujetas de derechos, merecemos una vida digna off line y on line. No somos para su diversión”.

Hasta antes de la Ley Olimpia las violencias digitales estaban relacionadas con lo económico y financiero: robo de tarjetahabientes, fraude interbancario y robo de identidad, la dignidad de las personas y de las mujeres no estaba prevista en las leyes. “Yo espero que las medidas de protección, de privacidad, de seguridad, incluso los cambios que se hacen para salvaguardar a los usuarios y usuarias de las redes sociodigitales no vayan solo enfocadas en lo financiero sino en lo humano y feminista”.

➡️ Sexting y stalkear redes para extorsionar ingresan al violentómetro del IPN

Los retos de la Ley Olimpia siguen siendo que exista una discusión avanzada y un diseño de capacitaciones para procuradores y administradores de justicia. “Aún siguen pensando que nosotros tuvimos la culpa por dejarnos grabar”.

La ley lleva dos meses en México, la han ratificado 29 estados pero “queremos ampliar la gama y especificar los verbos producción y difusión no consentida”.

Insistiremos como lo reconoció la ONU como un hito para América Latina que “la violencia digital se define como los actos agravados y perpetuados a través de las nuevas tecnologías de la información, la comunicación, redes sociales o cualquier otro espacio digital conocido o por conocer que dañe al menos cuatro cosas: la seguridad, la intimidad, la privacidad y la vida digna de las mujeres y de las niñas”.

Como sobreviviente de la violencia asegura “resurgir de las cenizas, pero no lo hacemos solas, a todas las mujeres a las que nos han llamado estoicamente locas cuando nos juntamos, cuando nos menospreciaron y cuestionaron que qué ganamos, pues vean, ganamos esto: alzar la voz para que el mundo cambie”.

Afirma que las feministas-activistas “no luchamos contra una persona sino contra un sistema”, agrega, al señalar que su movimiento no está en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A él “le diría que lo perdono, porque él vivió en otros tiempos, tal vez no se da cuenta de que es machista y que a veces hace comentarios sumamente misóginos. Tal vez a él le pase lo que a mi abuelito y mi abuelita que vivieron en otros tiempos”.

Para Olimpia la postura del presidente quizá “no es con la intención directa de jodernos, tal vez no se da cuenta y por eso el perdón porque tiene la oportunidad de cambiar”.

Puntualiza que no tiene nada en contra del presidente ni en contra de ningún funcionario público, “ni un senador que nos llama feminazis, ni de un gobernador que nos reprime, ellos traen algo en contra del machismo y de la misoginia. No es personal, no importo yo, importan las otras que no tienen la cámara, las que lucharon, marcharon nuestras ancestras y las que vienen”.

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Dice que contradictorio es que en el país se haya avanzado en reconocer a Beatriz Gutiérrez Müller no como la esposa del presidente López Obrador sino como la investigadora y la historiadora. “Aunque no se den cuenta es un gran impacto a las mujeres, podemos dar like o un dislike a la gestión del presidente, pero ese gesto de visibilizarnos, ¡uuuff, eso está bien! Está chido, es por lo que estamos luchando y nos vamos construyendo en una nueva realidad”.

Uno de los pendientes que advierte es que México aún no ha firmado el Tratado de Budapest y cuando el agresor está en otros países no hay un instrumento jurídico para hacer exigible el acceso a la justicia de las mujeres. Durante la conversación con la OEM, Olimpia pide al canciller Marcelo Ebrard firmar ese tratado o aprovechar “que eres amigo de los presidentes y hacemos un tratado internacional, que se firme en México, y se impulse la colaboración institucional para la investigación de violencia digital”.


Te recomendamos el podcast ⬇️

Puedes escucharlo en: Acast, Spotify, Apple Podcasts, Google Podcasts, Deezer y Amazon Music

Después de haber sido reconocida e ingresar a la lista de la revista TIME como la única mexicana que alcanza la designación de líder mundial en 2021 Olimpia sueña estar un día frente a Mark Zuckerberg y decirle: “Mark querido y de mi alma si tú no permitieras que tu algoritmo en Facebook subiera imágenes de nuestros cuerpos desnudos sin consentimiento salvarías muchas vidas y yo te puedo ayudar”.

➡️ En defensa del valor del periodismo digital

La joven que ha encabezado manifestaciones y movilizaciones en México para impulsar reformas legales para hacer visible la violencia digital asegura que la ley Olimpia es más allá de un conjunto de reformas, un cambio legislativo, es una causa que ayuda a cambiar el lenguaje, no hablar más de porno venganza y empezar a hablar de violencia digital como primera justicia y no que las víctimas son provocadoras de la violencia.

Duda que un día lo pueda lograr, pero es un sueño para iniciar un cambio radical. “Ojalá las empresas mundiales, las empresas sociodigitales, los dueños como Mark permitan que eso que no está regulado podamos regularlo, yo les ayudo”.

Así se iniciaría un cambio radical y “ver a internet más igualitaria y justa, donde podamos habitar las mujeres sin tener miedo, a que sus algoritmos jueguen con nuestras dignidades y a que sus algoritmos secuestren nuestra sexualidad”.

Lo que se observa es la “coparticipación y a veces la complicidad que tienen las empresas sociodigitales, no dan información, se tardan mucho tiempo en darla. No sé si sea por omisión, acción, dolo o por culpa, pero en muchos casos donde no están identificados plenamente los agresores para las víctimas y es un perfil anónimo en Facebook e Instagram han tardado hasta seis o nueve meses en brindar información a las instituciones. No es solo un trabajo del ministerio público, de las fiscalías, de la administración pública”.

En entrevista con El Sol de México Olimpia Coral Melo Cruz (1995) asegura que ahora la lucha feminista sigue en América Latina, en Argentina y Ecuador.

“Si mi nombre y cara en la revista TIME, si la visibilidad mundial sirve a otras mujeres qué bueno, será importante porque sé qué se siente que no te nombren, que te minimicen, desprestigien y sé qué se siente que en tú pequeño mundo, como Huachinango, Puebla, hablen de ti, te traten como si fueras una basura, una criminal injustamente”.

Foto: Roberto Hernández

➡️ Entendiendo el proceso penal en una era de violencia digital

Hoy después de tres meses de aprobada en el Congreso la Ley Olimpia voltea a aquel mundo que ultrajó su intimidad al difundir un video que grabó junto a su pareja de forma consensuada y se difundió en redes sociales en 2008, señala: “les dije que no teníamos la culpa, que nuestras vaginas no eran un fin, que nuestros cuerpos no eran para su placer sexual, que teníamos derecho a la intimidad y teníamos razón”.

A pesar de lo que ha logrado la joven dice que en su caso quisiera la pena máxima para su agresor, “por más que me pagaran para reparar el daño y meter a mi agresor a la cárcel yo sigo sintiendo miedo”, es al final un punto de partida para cambiar lo que haya que cambiar.

Ese video es como un tatuaje que en la piel. Es algo que nunca te puedes quitar. No puedes aplicar la Lupillo Rivera (borrarlo), es algo con lo que te presentas, asumes y se vuelve parte de ti. Cuando le quitas ese estigma no soy solo mi vagina, mis bubis, mis lonjas, sino en lo que significo realmente. No significo un video sexual, yo no soy una gordibuena, eso que dijeron”.

Olimpia asegura que lo ocurrido en aquel año "es como un tipo de cáncer: vas a terapias, a lugares de contención, estoy con mis compañeras y me hacen sentir que no estoy sola. A lo mejor vas al doctor extirpan el tumor cancerígeno, pero siempre tienen miedo a que regrese la célula, a joder tu vida, pero a diferencia de esa Olimpia de ayer en la de hoy puedo defenderme”.

➡️ Hay un ciberataque cada 39 segundos; mujeres y niñas son las más afectadas

Ella misma se define como mexicana, huauchinanguense, poblana, serrana, hija de Josefina, nieta de Teresa, bisnieta de Olimpia y tataranieta de Hermila, hermana de Abigail y hermana de muchas más en el movimiento.

Soy feminista, defensora de espacios libres de violencia, soy una mujer humana que siente, que llora, que ve al mundo con una mayor esperanza que la mujer que había hace algunos años y está entendiendo que la salud mental, la vida, la paz y la felicidad son cosas que hay luchar que alcanzar, aspiro a que podamos lograrlo”.

El miércoles 15 de septiembre, justo en el Día de la conmemoración de la Independencia de México Olimpia Coral Melo camina por Tlatelolco, en la Ciudad de México, al lado de su perro, suena el teléfono y escucha a su mamá decirle que la revista TIME la ha colocado al lado de cien figuras mundiales. En un principio ella cree que es solo en México, le explica y está sorprendida.

Cuelga, se emociona y a su mente llega la imagen de un meme argentino y retumba la frase en su cerebro: “Mirá, mirá… de quién te burlaste, mirá”.

Se ve levantar el puño izquierdo envuelto en pañuelo morado, al igual que lo hizo en Puebla, en la Ciudad de México y en el Congreso de la Unión para impulsar una reforma que defiende el derecho de las mujeres a su intimidad.

“Fue increíble porque al principio no lo alcancé a dimensionar la magnitud del impacto y más allá del reconocimiento y la vanagloria me siento honrada y contenta”, la causa de estos años se escucha en diversos idiomas, en diferentes países, a fin de que nuestros cuerpos no son objetos sexuales, sino que somos sujetas de derechos en los espacios digitales.

➡️ El ciberacoso, un victimario silencioso

Desde esa posición, Olimpia Coral Melo lo ve como otra oportunidad para elevar la lucha colectiva, “decirle al mundo que cuando las mujeres nos organizamos desde el territorio logramos cambiar las cosas y de hacer política”.

Foto: Roberto Hernández

Se trata de “empoderar la lucha colectiva y que es más allá de la ley, de mi cara y de mi nombre, reivindica el anónimo de las historias de las mujeres”.

Afirma que un día tuvo miedo de llamarse Olimpia, que la vieran pública, la señalaran y fuera blanco del escrutinio público para mal, blanco de misoginia y críticas a su cuerpo desnudo. “Ojalá sea el momento para generar conciencia porque no somos cuerpos, no somos hoyos, no solo gestantes, no objetos, somos sujetas de derechos, merecemos una vida digna off line y on line. No somos para su diversión”.

Hasta antes de la Ley Olimpia las violencias digitales estaban relacionadas con lo económico y financiero: robo de tarjetahabientes, fraude interbancario y robo de identidad, la dignidad de las personas y de las mujeres no estaba prevista en las leyes. “Yo espero que las medidas de protección, de privacidad, de seguridad, incluso los cambios que se hacen para salvaguardar a los usuarios y usuarias de las redes sociodigitales no vayan solo enfocadas en lo financiero sino en lo humano y feminista”.

➡️ Sexting y stalkear redes para extorsionar ingresan al violentómetro del IPN

Los retos de la Ley Olimpia siguen siendo que exista una discusión avanzada y un diseño de capacitaciones para procuradores y administradores de justicia. “Aún siguen pensando que nosotros tuvimos la culpa por dejarnos grabar”.

La ley lleva dos meses en México, la han ratificado 29 estados pero “queremos ampliar la gama y especificar los verbos producción y difusión no consentida”.

Insistiremos como lo reconoció la ONU como un hito para América Latina que “la violencia digital se define como los actos agravados y perpetuados a través de las nuevas tecnologías de la información, la comunicación, redes sociales o cualquier otro espacio digital conocido o por conocer que dañe al menos cuatro cosas: la seguridad, la intimidad, la privacidad y la vida digna de las mujeres y de las niñas”.

Como sobreviviente de la violencia asegura “resurgir de las cenizas, pero no lo hacemos solas, a todas las mujeres a las que nos han llamado estoicamente locas cuando nos juntamos, cuando nos menospreciaron y cuestionaron que qué ganamos, pues vean, ganamos esto: alzar la voz para que el mundo cambie”.

Afirma que las feministas-activistas “no luchamos contra una persona sino contra un sistema”, agrega, al señalar que su movimiento no está en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A él “le diría que lo perdono, porque él vivió en otros tiempos, tal vez no se da cuenta de que es machista y que a veces hace comentarios sumamente misóginos. Tal vez a él le pase lo que a mi abuelito y mi abuelita que vivieron en otros tiempos”.

Para Olimpia la postura del presidente quizá “no es con la intención directa de jodernos, tal vez no se da cuenta y por eso el perdón porque tiene la oportunidad de cambiar”.

Puntualiza que no tiene nada en contra del presidente ni en contra de ningún funcionario público, “ni un senador que nos llama feminazis, ni de un gobernador que nos reprime, ellos traen algo en contra del machismo y de la misoginia. No es personal, no importo yo, importan las otras que no tienen la cámara, las que lucharon, marcharon nuestras ancestras y las que vienen”.

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Dice que contradictorio es que en el país se haya avanzado en reconocer a Beatriz Gutiérrez Müller no como la esposa del presidente López Obrador sino como la investigadora y la historiadora. “Aunque no se den cuenta es un gran impacto a las mujeres, podemos dar like o un dislike a la gestión del presidente, pero ese gesto de visibilizarnos, ¡uuuff, eso está bien! Está chido, es por lo que estamos luchando y nos vamos construyendo en una nueva realidad”.

Uno de los pendientes que advierte es que México aún no ha firmado el Tratado de Budapest y cuando el agresor está en otros países no hay un instrumento jurídico para hacer exigible el acceso a la justicia de las mujeres. Durante la conversación con la OEM, Olimpia pide al canciller Marcelo Ebrard firmar ese tratado o aprovechar “que eres amigo de los presidentes y hacemos un tratado internacional, que se firme en México, y se impulse la colaboración institucional para la investigación de violencia digital”.


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