/ sábado 26 de noviembre de 2022

Mitad de mexicanas sufre violencia emocional por parte de sus parejas

De acuerdo con la ENDIREH, 51.6% de mujeres en el país ha experimentado al menos una vez a lo largo de su relación insultos o amenazas

En México, la mitad de las mujeres de 15 años y más sufren violencia emocional por parte de sus parejas a lo largo de la relación, la cual se caracteriza por la indiferencia, intimidación, acecho y degradación psicológica. Este tipo de violencia no sólo se ejerce sólo por la pareja o en el hogar, también ocurre en centros de trabajo y de enseñanza.

De acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 (ENDIREH), 51.6 por ciento de mujeres en el país han experimentado al menos una vez a lo largo de su relación insultos, amenazas, humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico o emocional.

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De las víctimas de este tipo de violencia, 3.7 por ciento intentó suicidarse y otro 4.9 por ciento pensó en hacerlo.

El maltrato suele comenzar, explicó Cristina Curiel, académica del departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana (Ibero), con conductas de abuso difíciles de identificar porque están enmascaradas en apariencia de cariño y afecto. “Estos comportamientos restrictivos y controladores van socavando la capacidad de decisión y autonomía de las mujeres”.

La censura en su manera de vestir, en sus amistades, sus horarios, decirle lo que coma, que hacer en el día, son algunos de los ejemplos de este tipo de violencia, que las mujeres suelen enfrentar por parte de sus esposos o novios, pero también de sus propios hijos, padres o demás familiares, incluso por otra mujer.

“En la mayoría de los casos, este tipo de violencia está relacionada con cuestiones que tienen que ver con el machismo y también, en la mayoría de los casos es el inicio de un proceso de violencia que avanza a la violencia física y económica”, agregó.

El estrés y mal humor de los adultos, crean consecuencias emocionales entre los infantes. Foto: Casimiro Sánchez

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia establece en su artículo 6 que la violencia emocional es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica. Ello engloba actos de abandono, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, indiferencia, infidelidad y amenazas, entre otras, las cuales conllevan a la víctima a la depresión e incluso al suicidio.

Misha González, psicóloga especializada en violencia familiar y perito, señaló que aunque es difícil probar la violencia emocional no por eso es menos grave que la física. Incluso también puede tener consecuencias fatales como la muerte, ya sea por suicidio o feminicidio.

“Desafortunadamente se cree que la violencia física es más grave que la psicológica o emocional y que sólo la violencia física puede provocar la muerte y no es así; las mujeres que sufren violencia emocional caen en profundas depresiones o periodos de ansiedad y miedo que las llevan al suicidio”, alerta.

La violencia emocional no sólo se ejerce en el hogar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada vez más se registra en el ámbito laboral como una manera de obligar a las mujeres a renunciar a sus trabajos sin pasar por el procedimiento de despido.

 

 

Ángeles tuvo que dejar su empleo como secretaria en una empresa dedicada al autotransporte pues “ya no podía soportar todos los días los regaños del jefe que me decía que no servía para nada, que cómo era posible que me hubieran contratado si no sabía hacer nada”. El trato de su jefe llevó a Ángeles, según narró a El Sol de México, a caer en depresión y a padecer enfermedades como gastritis y colitis crónicas.

“Como el marido que te maltrata en casa, en el trabajo también te violentan. Te hacen creer que eres incapaz de realizar tu trabajo, te destruyen la autoestima.

No era que mi jefe me gritara sino que demeritaba mi trabajo, me decía cosas como que no sabía hacer nada, que quién me había contratado, que me vestía mal, me humillaba frente a mis compañeros y eso afectó en mi salud, pero sobre todo emocionalmente”, aseguró.

También las escuelas son escenarios de violencia emocional contra mujeres.

Sólo el año pasado, 46.2 por ciento de las mujeres de la ENDIREH refirieron haber sufrido violencia emocional en centros escolares, seguido por violencia sexual (39.8 por ciento) y física (13.9 por ciento).

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Querétaro, la Ciudad de México y Yucatán son las entidades de la República con mayor prevalencia de violencia emocional contra mujeres en el ámbito escolar, según la encuesta del Inegi, mientras Sinaloa, San Luis Potosí y Baja California, registraron el año pasado el registro más bajo.

“En centros laborales y escuelas existe un elemento de poder por parte de jefes y profesores que se ejerce para condicionar el empleo y la aprobación y que en la mayoría de las veces se inicia con violencia emocional disfrazada de bromas, por ejemplo, y que incluye a compañeros de trabajo o compañeros de aula”, afirmó Cristina Curiel.

En México, la mitad de las mujeres de 15 años y más sufren violencia emocional por parte de sus parejas a lo largo de la relación, la cual se caracteriza por la indiferencia, intimidación, acecho y degradación psicológica. Este tipo de violencia no sólo se ejerce sólo por la pareja o en el hogar, también ocurre en centros de trabajo y de enseñanza.

De acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 (ENDIREH), 51.6 por ciento de mujeres en el país han experimentado al menos una vez a lo largo de su relación insultos, amenazas, humillaciones y otras ofensas de tipo psicológico o emocional.

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De las víctimas de este tipo de violencia, 3.7 por ciento intentó suicidarse y otro 4.9 por ciento pensó en hacerlo.

El maltrato suele comenzar, explicó Cristina Curiel, académica del departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana (Ibero), con conductas de abuso difíciles de identificar porque están enmascaradas en apariencia de cariño y afecto. “Estos comportamientos restrictivos y controladores van socavando la capacidad de decisión y autonomía de las mujeres”.

La censura en su manera de vestir, en sus amistades, sus horarios, decirle lo que coma, que hacer en el día, son algunos de los ejemplos de este tipo de violencia, que las mujeres suelen enfrentar por parte de sus esposos o novios, pero también de sus propios hijos, padres o demás familiares, incluso por otra mujer.

“En la mayoría de los casos, este tipo de violencia está relacionada con cuestiones que tienen que ver con el machismo y también, en la mayoría de los casos es el inicio de un proceso de violencia que avanza a la violencia física y económica”, agregó.

El estrés y mal humor de los adultos, crean consecuencias emocionales entre los infantes. Foto: Casimiro Sánchez

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia establece en su artículo 6 que la violencia emocional es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica. Ello engloba actos de abandono, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, indiferencia, infidelidad y amenazas, entre otras, las cuales conllevan a la víctima a la depresión e incluso al suicidio.

Misha González, psicóloga especializada en violencia familiar y perito, señaló que aunque es difícil probar la violencia emocional no por eso es menos grave que la física. Incluso también puede tener consecuencias fatales como la muerte, ya sea por suicidio o feminicidio.

“Desafortunadamente se cree que la violencia física es más grave que la psicológica o emocional y que sólo la violencia física puede provocar la muerte y no es así; las mujeres que sufren violencia emocional caen en profundas depresiones o periodos de ansiedad y miedo que las llevan al suicidio”, alerta.

La violencia emocional no sólo se ejerce en el hogar. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada vez más se registra en el ámbito laboral como una manera de obligar a las mujeres a renunciar a sus trabajos sin pasar por el procedimiento de despido.

 

 

Ángeles tuvo que dejar su empleo como secretaria en una empresa dedicada al autotransporte pues “ya no podía soportar todos los días los regaños del jefe que me decía que no servía para nada, que cómo era posible que me hubieran contratado si no sabía hacer nada”. El trato de su jefe llevó a Ángeles, según narró a El Sol de México, a caer en depresión y a padecer enfermedades como gastritis y colitis crónicas.

“Como el marido que te maltrata en casa, en el trabajo también te violentan. Te hacen creer que eres incapaz de realizar tu trabajo, te destruyen la autoestima.

No era que mi jefe me gritara sino que demeritaba mi trabajo, me decía cosas como que no sabía hacer nada, que quién me había contratado, que me vestía mal, me humillaba frente a mis compañeros y eso afectó en mi salud, pero sobre todo emocionalmente”, aseguró.

También las escuelas son escenarios de violencia emocional contra mujeres.

Sólo el año pasado, 46.2 por ciento de las mujeres de la ENDIREH refirieron haber sufrido violencia emocional en centros escolares, seguido por violencia sexual (39.8 por ciento) y física (13.9 por ciento).

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Querétaro, la Ciudad de México y Yucatán son las entidades de la República con mayor prevalencia de violencia emocional contra mujeres en el ámbito escolar, según la encuesta del Inegi, mientras Sinaloa, San Luis Potosí y Baja California, registraron el año pasado el registro más bajo.

“En centros laborales y escuelas existe un elemento de poder por parte de jefes y profesores que se ejerce para condicionar el empleo y la aprobación y que en la mayoría de las veces se inicia con violencia emocional disfrazada de bromas, por ejemplo, y que incluye a compañeros de trabajo o compañeros de aula”, afirmó Cristina Curiel.

Policiaca

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