/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Covid-19: a seis meses de la sana distancia

Analistas, académicos y organismos internacionales reprueban las medidas del Gobierno federal en el manejo de la pandemia

El estadio de Ciudad Universitaria hoy no sería suficiente para darle albergue a la cantidad de mexicanos que perdieron la vida a consecuencia del coronavirus en seis meses, ellos son la muestra más tangible del “fracaso de las medidas del gobierno ante la emergencia sanitaria”, coinciden investigadores y expertos epidemiólogos.

Hoy se cumple medio año del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia en México, cuando se emitió el decreto que declaró en emergencia sanitaria a todo el país, y los más de 700 mil casos de personas contagiadas son una muestra de que “la epidemia no está domada”, asegura Antonio Lazcano, integrante del grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ha dado seguimiento y asesora a la institución ante la expansión del virus.

Según los datos reportados por la Secretaría de Salud hasta ahora, en los últimos 184 días, 17 personas perdieron la vida cada hora en el país a causa del SARS CoV2. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que la epidemia va a la baja y “no hay rebrote”.

En este lapso, México se colocó en el primer lugar en el mundo por el número de personal médico infectado y en el tercer lugar a nivel global por la cantidad de personas fallecidas, aunque fue desplazado a un cuarto lugar en las últimas semanas por la cantidad de personas contagiadas en la India.

Foto: Alejandro Aguilar


Hay espacio para reforzar las acciones y hacer que más personas usen el cubrebocas, mantener las medidas de sana distanciaMauricio Rodríguez / Profesor de Medicina

El balance en México era en las últimas horas superior a 700 mil casos confirmados de Covid-19, casi 74 mil defunciones, otras 75 mil personas que calificaban como sospechosas portadoras del virus, pero hasta un millón y medio de personas que la Secretaría de Salud o los servicios en las entidades estudió como posibles portadoras del virus entre el tercer mes y el noveno mes del año.

El 23 de marzo, el gobierno del presidente López Obrador decretó la suspensión de actividades, salvo las denominadas esenciales para proveer servicios de salud relacionados con la epidemia, la alimentación y el transporte. Se suspendieron actividades económicas, escolares, culturales, sociales y de entretenimiento. Con la Nueva Normalidad, que cumple 116 días, se iniciaron los protocolos para que de manera gradual se recupere la actividad económica.

Con la creación de los semáforos epidemiológicos, en colaboración con los estados, la reapertura ha sido gradual y se inician los preparativos del regreso a clases con el semáforo verde, como última medida de recuperación de actividades para evitar los rebrotes.

Una de las características de lo sucedido en este periodo lo dio a conocer hace apenas una semana la revista británica The Lancet, que difundió un informe de Amnistía Internacional en el que se afirmó que en México han muerto más trabajadores de la salud que en cualquier otro país en el mundo.

Las cifras que proporcionó el reporte señalan al menos 70 protestas del personal médico por la falta de insumos y material básico de protección y medicamentos para atender a los pacientes.

En consecuencia, a inicios de septiembre se reportaron mil 320 defunciones a causa del Covid-19, mientras que Estados Unidos ocupó el segundo lugar con mil 77 muertes y el Reino Unido tercero con 677.

La mitad de los médicos mexicanos reportaba para entonces que no había recibido los insumos necesarios para brindar una atención hospitalaria. Sin considerar las agresiones en el transporte público, en sus propios domicilios e incluso por parte del presidente López Obrador, que provocó el reclamo de las agrupaciones médicas en dos ocasiones.

Para hacer frente a esos reclamos el gobierno federal quiso recompensarles con estímulos salariales y también con la entrega de la máxima presea del gobierno de México, la Miguel Hidalgo a un grupo de 58 especialistas que se han destacado en la atención en los centros Covid.

Otro de los claros señalamientos al gobierno federal ha sido la falta de contundencia por parte del subsecretario de la Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell para aceptar como obligatorio el uso del cubrebocas o impedir que México tuviera una política clara de aplicación de pruebas a nivel nacional para detectar los casos de contagio y dar seguimiento a las cadenas de contacto.

Son dos de los temas detectados por la Organización Panamericana de la Salud y por los cuales la estrategia mexicana fue señalada a nivel internacional.

“El país ha seguido una estrategia de no realizar pruebas extensivas o de rastreo de contactos, sino monitorear la capacidad hospitalaria”.

Para el científico Antonio Lazcano, investigador emérito de la UNAM, la pandemia que surgió en Wuhan, China en diciembre de 2019, sobrepasó en seis meses en México de un escenario catastrófico y pasó a uno de “rotundo fracaso” con las medidas implementadas desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, debido a que “se han negado a escuchar a los críticos y a la comunidad científica para crear una estrategia que pueda contener el número de contagios y fallecimientos”.

Foto: Alejandro Aguilar

Se han negado a escuchar a los críticos y a la comunidad científica para crear una estrategia que pueda contener los contagiosAntonio Lazcano / Investigador de la UNAM

Es un gobierno que “desperdició los primeros dos meses para preparar, advertir y educar a los mexicanos sobre el uso y promoción de algo tan sencillo como el cubrebocas. No generó un programa de apoyo o seguro de desempleo para los más necesitados, ha desdeñado a la comunidad científica y académica y ha ignorado las propuestas de seis exsecretarios de salud, que más allá de estar o no de acuerdo con su pasado político o su ideología, han realizado dos propuestas para enfrentar la situación sin que nadie los escuche”.

Desde mayo, las declaraciones del exsecretario de Salud, José Narro Robles y la presencia de los exsecretarios Julio Frenk y Salomón Chertorivski pusieron bajo la lupa las estrategias del gobierno y desde entonces señalaron “falta de rectoría del gobierno federal, en las directrices de la Secretaría de Salud a los estados, quienes sortean la emergencia con sus propios recursos. La información no es clara, concisa, consistente ni creíble”.

Desde ese momento, la confrontación con los gobiernos estatales creció por los reclamos de medidas que permitieran atender las particularidades de cómo fue creciendo la pandemia en el país y ante la presencia de un subsecretario López-Gaell, que respondió a los mandatarios estatales con criterios políticos tras el argumento que su respuesta era de técnico y que la falta de insumos y de atención se debían al rezago y desmantelamiento que los gobiernos anteriores tenían en el sistema de salud.

Narro Robles aseguró que no era momento de seguir echándole la culpa al pasado, cuando se requiere tomar decisiones. Rechazó, al igual que los otros funcionarios, que en el pasado haya habido manipulación de datos.

Para Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero de la Comisión Especial, “México se ha enfrentado a una epidemia fuerte, compleja en condiciones de infraestructura y de personal que provocaron que pegara al igual que lo hizo en otros países”; sin embargo, más allá de los calificativos que puedan darse a la actuación o la estrategia aplicada, afirma que existe oportunidad para “reforzar las acciones y hacer que más personas usen el cubrebocas, mantener las medidas de sana distancia, evitar las grandes concentraciones y los espacios mal ventilados, así como promover la higiene de manos, en vísperas de que llegue la temporada de influenza”.




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Hoy se cumple medio año del inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia en México, cuando se emitió el decreto que declaró en emergencia sanitaria a todo el país, y los más de 700 mil casos de personas contagiadas son una muestra de que “la epidemia no está domada”, asegura Antonio Lazcano, integrante del grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien ha dado seguimiento y asesora a la institución ante la expansión del virus.

Según los datos reportados por la Secretaría de Salud hasta ahora, en los últimos 184 días, 17 personas perdieron la vida cada hora en el país a causa del SARS CoV2. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que la epidemia va a la baja y “no hay rebrote”.

En este lapso, México se colocó en el primer lugar en el mundo por el número de personal médico infectado y en el tercer lugar a nivel global por la cantidad de personas fallecidas, aunque fue desplazado a un cuarto lugar en las últimas semanas por la cantidad de personas contagiadas en la India.

Foto: Alejandro Aguilar


Hay espacio para reforzar las acciones y hacer que más personas usen el cubrebocas, mantener las medidas de sana distanciaMauricio Rodríguez / Profesor de Medicina

El balance en México era en las últimas horas superior a 700 mil casos confirmados de Covid-19, casi 74 mil defunciones, otras 75 mil personas que calificaban como sospechosas portadoras del virus, pero hasta un millón y medio de personas que la Secretaría de Salud o los servicios en las entidades estudió como posibles portadoras del virus entre el tercer mes y el noveno mes del año.

El 23 de marzo, el gobierno del presidente López Obrador decretó la suspensión de actividades, salvo las denominadas esenciales para proveer servicios de salud relacionados con la epidemia, la alimentación y el transporte. Se suspendieron actividades económicas, escolares, culturales, sociales y de entretenimiento. Con la Nueva Normalidad, que cumple 116 días, se iniciaron los protocolos para que de manera gradual se recupere la actividad económica.

Con la creación de los semáforos epidemiológicos, en colaboración con los estados, la reapertura ha sido gradual y se inician los preparativos del regreso a clases con el semáforo verde, como última medida de recuperación de actividades para evitar los rebrotes.

Una de las características de lo sucedido en este periodo lo dio a conocer hace apenas una semana la revista británica The Lancet, que difundió un informe de Amnistía Internacional en el que se afirmó que en México han muerto más trabajadores de la salud que en cualquier otro país en el mundo.

Las cifras que proporcionó el reporte señalan al menos 70 protestas del personal médico por la falta de insumos y material básico de protección y medicamentos para atender a los pacientes.

En consecuencia, a inicios de septiembre se reportaron mil 320 defunciones a causa del Covid-19, mientras que Estados Unidos ocupó el segundo lugar con mil 77 muertes y el Reino Unido tercero con 677.

La mitad de los médicos mexicanos reportaba para entonces que no había recibido los insumos necesarios para brindar una atención hospitalaria. Sin considerar las agresiones en el transporte público, en sus propios domicilios e incluso por parte del presidente López Obrador, que provocó el reclamo de las agrupaciones médicas en dos ocasiones.

Para hacer frente a esos reclamos el gobierno federal quiso recompensarles con estímulos salariales y también con la entrega de la máxima presea del gobierno de México, la Miguel Hidalgo a un grupo de 58 especialistas que se han destacado en la atención en los centros Covid.

Otro de los claros señalamientos al gobierno federal ha sido la falta de contundencia por parte del subsecretario de la Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell para aceptar como obligatorio el uso del cubrebocas o impedir que México tuviera una política clara de aplicación de pruebas a nivel nacional para detectar los casos de contagio y dar seguimiento a las cadenas de contacto.

Son dos de los temas detectados por la Organización Panamericana de la Salud y por los cuales la estrategia mexicana fue señalada a nivel internacional.

“El país ha seguido una estrategia de no realizar pruebas extensivas o de rastreo de contactos, sino monitorear la capacidad hospitalaria”.

Para el científico Antonio Lazcano, investigador emérito de la UNAM, la pandemia que surgió en Wuhan, China en diciembre de 2019, sobrepasó en seis meses en México de un escenario catastrófico y pasó a uno de “rotundo fracaso” con las medidas implementadas desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, debido a que “se han negado a escuchar a los críticos y a la comunidad científica para crear una estrategia que pueda contener el número de contagios y fallecimientos”.

Foto: Alejandro Aguilar

Se han negado a escuchar a los críticos y a la comunidad científica para crear una estrategia que pueda contener los contagiosAntonio Lazcano / Investigador de la UNAM

Es un gobierno que “desperdició los primeros dos meses para preparar, advertir y educar a los mexicanos sobre el uso y promoción de algo tan sencillo como el cubrebocas. No generó un programa de apoyo o seguro de desempleo para los más necesitados, ha desdeñado a la comunidad científica y académica y ha ignorado las propuestas de seis exsecretarios de salud, que más allá de estar o no de acuerdo con su pasado político o su ideología, han realizado dos propuestas para enfrentar la situación sin que nadie los escuche”.

Desde mayo, las declaraciones del exsecretario de Salud, José Narro Robles y la presencia de los exsecretarios Julio Frenk y Salomón Chertorivski pusieron bajo la lupa las estrategias del gobierno y desde entonces señalaron “falta de rectoría del gobierno federal, en las directrices de la Secretaría de Salud a los estados, quienes sortean la emergencia con sus propios recursos. La información no es clara, concisa, consistente ni creíble”.

Desde ese momento, la confrontación con los gobiernos estatales creció por los reclamos de medidas que permitieran atender las particularidades de cómo fue creciendo la pandemia en el país y ante la presencia de un subsecretario López-Gaell, que respondió a los mandatarios estatales con criterios políticos tras el argumento que su respuesta era de técnico y que la falta de insumos y de atención se debían al rezago y desmantelamiento que los gobiernos anteriores tenían en el sistema de salud.

Narro Robles aseguró que no era momento de seguir echándole la culpa al pasado, cuando se requiere tomar decisiones. Rechazó, al igual que los otros funcionarios, que en el pasado haya habido manipulación de datos.

Para Mauricio Rodríguez, profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero de la Comisión Especial, “México se ha enfrentado a una epidemia fuerte, compleja en condiciones de infraestructura y de personal que provocaron que pegara al igual que lo hizo en otros países”; sin embargo, más allá de los calificativos que puedan darse a la actuación o la estrategia aplicada, afirma que existe oportunidad para “reforzar las acciones y hacer que más personas usen el cubrebocas, mantener las medidas de sana distancia, evitar las grandes concentraciones y los espacios mal ventilados, así como promover la higiene de manos, en vísperas de que llegue la temporada de influenza”.




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