Durante décadas México ha sido víctima de una creciente ola de violencia, con un 2019 que ha sido el año más letal del que se tenga registro en el país, enmarcado por cientos de feminicidios, los enfrentamientos en Culiacán, así como la masacre de los LeBarón, en tanto que el 2020, comenzó con la noticia de un menor de edad como autor de un tiroteo en Torreón, Coahuila, que tuvo como resultado víctimas fatales.
Ante ese panorama la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, pugnó por generar los mecanismos apropiados para educar a la sociedad y, en especial, a las nuevas generaciones para construir una mejor conciencia social con respecto a la violencia.
La legisladora Mónica Almeida López refrendó que durante décadas el gobierno ha invertido millones de pesos para combatir la delincuencia y violencia que se genera en México.
Sin embargo, no ha funcionado debido a que esa inversión también debió asignarse para educar a la sociedad y con ello, lograr construir una conciencia social capaz de modificar el comportamiento de los mexicanos y así alejarlos de actos violentos.
Almeida López compartió que trabaja en una serie de iniciativas de ley para fortalecer a la sociedad y, con ello, comenzar a revertir la creciente violencia que se genera en el país.
“Uno de mis objetivos en la Cámara de Diputados es fortalecer y actualizar al sistema jurídico nacional para que este dé respuesta a las nuevas necesidades de nuestra sociedad y a partir de aquí podamos empezar a establecer las bases para lograr que sea la educación la herramienta principal para combatir la violencia y así generar un ambiente más sano para todos al cubrir legalmente las necesidades vitales de los mexicanos”, declaró.
Según las estadísticas de diciembre, el estado más violento fue Colima, con 8.9 víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes. Lo siguen de lejos Baja California, con una tasa de 5.5, y Guanajuato, con 5.3, esto mientras que el promedio nacional fue de 2.3 víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes.
Expuso que 2018 ya había sido considerado en su momento el año más violento en el país, pero las nuevas cifras demuestran un aumento de 839 víctimas de homicidios.